Los últimos “incidentes” ocurridos en los mares del norte de Europa en los que se sospecha del sabotaje (ruso) de cables submarinos europeos, ha puesto en alerta a la OTAN, que se ha tomado en serio esta amenaza y ha puesto en marcha una nueva misión para luchar contra esta emergente herramienta híbrida. La misión Baltic Sentry es una iniciativa reciente de la OTAN destinada a proteger la infraestructura submarina crítica en la región del Mar Báltico, especialmente los cables submarinos que son vitales para las comunicaciones y transacciones financieras internacionales. Todo este asunto se suma a la creciente tensión de la OTAN con Rusia por la guerra de Ucrania, un conflicto que no marcha precisamente bien para los aliados y para el que se espera la pronta intervención de Donald Trump.
Material y recursos de la Baltic Sentry
Para llevar a cabo Baltic Sentry, la Alianza Atlántica ha desplegado diversos recursos militares y tecnológicos, que incluyen:
Fragatas. Buques de guerra equipados para operaciones de vigilancia y defensa marítima.
Aviones de patrulla marítima. Aeronaves especializadas en la supervisión de áreas marítimas extensas, capaces de detectar actividades sospechosas en la superficie y debajo del agua.
Drones navales. Vehículos no tripulados diseñados para operaciones de reconocimiento y vigilancia en entornos marítimos, proporcionando datos en tiempo real sobre posibles amenazas.
Además, se están integrando activos nacionales de vigilancia de los países aliados para garantizar una detección integral de amenazas.
Y es que el presunto corte deliberado esta pasada Navidad del cable eléctrico submarino Estlink 2 y de cuatro cables de comunicación entre Finlandia y Estonia ha sido la gota que ha colmado el vaso de la paciencia de la Alianza y se ha puesto manos a la obra para defender estas infraestructuras, que son críticas hoy en día.
Finlandia afirma taxativamente que el buque Eagle S (relacionado con Rusia) arrastró intencionadamente su ancla por el lecho marino hasta conseguir cortar estos cables. Además de esto y en un posterior registro se descubrió que el buque estaba cargado con equipo de espionaje.
Tras el corte del cable Estlink 2, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, respondió a la solicitud de Finlandia y Estonia para proteger el Estlink 1 prometiendo que la alianza "reforzaría" su presencia en el Mar Báltico de manera permanente.
Respuesta de la OTAN a amenazas híbridas rusas ¿y chinas?
La OTAN cuenta con un Grupo Marítimo Permanente 1 (SNMG1), que consiste en una flota de buques de guerra lista para responder a cualquier amenaza en cualquier momento y que realizan ejercicios anuales de entrenamiento en el Norte de Europa y América. Por la situación actual, se espera que su presencia en el Báltico sea más frecuente debido a incidentes como el reciente daño al cable Estlink 2.
Aparte de este grupo permanente de la OTAN, existe una Fuerza Expedicionaria Conjunta (JEF, por sus siglas en inglés) formado por 10 países del norte de Europa (seguridad marítima europea) y liderado por el Reino Unido y que ha reactivado un sistema basado en inteligencia artificial para rastrear embarcaciones sospechosas en el Báltico. Este mismo grupo naval habría activado la semana pasada la Nordic Warden, un sistema de reacción avanzado liderado también por Londres para rastrear amenazas potenciales a la infraestructura submarina y monitorear la flota fantasma rusa.
En el Golfo de Finlandia, también opera desde hace 15 años el sistema de control de buques GOFREP. Con este sistema, cada barco que entra en la zona debe reportar su destino, y sus movimientos son monitoreados de cerca. Si una embarcación se desvía de su ruta, puede ser detenida.
Últimos incidentes
Además del incidente referido del corte del cable Estlink 2, se han registrado varios incidentes de posible sabotaje a cables submarinos en diversas regiones del mundo.
Enero de 2025. Ruptura de un cable submarino entre Taiwán y EE.UU. Este mismo enero de 2025, la Guardia Costera de Taiwán afirmó que un barco con nombre chino y bandera camerunesa rompió un cable submarino de telecomunicaciones entre Taiwán y Estados Unidos. Aunque el servicio no se vio afectado, se considera que podría ser un intento de sabotaje.
Noviembre de 2024. Daños a cables de telecomunicaciones en el Mar Báltico. El 18 de noviembre de 2024, se reportaron daños en dos cables submarinos de telecomunicaciones en el Mar Báltico: uno que conecta Alemania con Finlandia y otro que une Suecia con Lituania. Las investigaciones preliminares sugieren que podrían ser resultado de actos de sabotaje.
Noviembre de 2024. Vinculación de un buque chino en daños a cables en el Báltico. En noviembre de 2024, el buque de carga chino Yi Peng 3 fue sospechoso de dañar cables submarinos de fibra óptica en el Mar Báltico. Las autoridades suecas investigan su posible implicación en estos incidentes, que afectaron las comunicaciones entre Suecia y Lituania.
Septiembre de 2022. Explosiones en los gasoductos Nord Stream. En septiembre de 2022, se registraron explosiones en los gasoductos Nord Stream 1 y 2 en el Mar Báltico, que transportan gas natural desde Rusia a Europa. Aunque las causas aún están bajo investigación, se sospecha de un posible sabotaje.
Balance
Las infraestructuras submarinas críticas son, sin duda, muy vulnerables, y por eso también están siendo atacadas en Europa (y Taiwán) y se requieren medidas de protección más robustas para garantizar la seguridad de las comunicaciones y el suministro energético a nivel global, pero especialmente el nuestro en Europa.
Una reparación como la del cable Estlink 2 podría llevar varios meses (aunque ya se han reparado dos de los cuatro cables dañados) lo que significa un daño importante y un coste económico importante para los afectados, que es precisamente el objetivo de estas herramientas híbridas, o directamente, sabotaje.