Apenas terminábamos de digerir el aviso del presidente de Francia, Emmanuel Macron, quien ayer viernes denunciaba que el embajador francés en Níger, Sylvain Itté, había sido tomado como "rehén" por los militares que tomaron el control del país a finales del pasado mes de julio, la junta militar en el poder en Burkina Faso ordenaba al agregado de Defensa de la Embajada de Francia en el país abandonar su territorio en un plazo de dos semanas. Viernes negro para la presencia de Francia, y de los intereses europeos, en el Sahel.
Pero recapitulemos. En Burkina Faso, en septiembre de 2022, hace ahora un año, un grupo de militares, liderados por el capitán Ibrahim Traorу, anunció la destitución del jefe del gobierno de transición del país, el teniente coronel Paul-Henri Sandaogou Damiba, la suspensión de la constitución y la disolución del gobierno.
Por otra parte, este pasado 26 de julio se produjo otro golpe de Estado en Níger en el que el presidente Mohamed Bazoum fue derrocado y detenido por su propia guardia, encabezada por el general Abdourahamane Tchiani. Tras el golpe, la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO) amenazó con una invasión si los golpistas no reinstauraban a Bazoum.
Dos estados miembros de la CEDEAO, Mali y Burkina Faso (ambos con gobierno militar impuesto por golpe estado) se opusieron al plan de invasión y prometieron su apoyo a Níger. En agosto, Níger autorizó a las fuerzas armadas de Malí y Burkina Faso a intervenir en su territorio en caso de agresión militar. Posteriormente fuerzas armadas de Burkina Faso llegaron a Níger "para recibir entrenamiento antiterrorista."
Ayer Burkina Faso decidió expulsar al agregado militar de la embajada francesa, Emmanuel Pasquier, por "actividades subversivas", Según AIB, Pasquier y otros empleados de la misión militar francesa en Uagadugú deberán abandonar el país africano en un plazo de dos semanas.
Tres gobiernos electos pro-franceses (Níger, Malí y Burkina Faso) han sido derrocados por los militares en las tres antiguas colonias francesas. El último golpe tuvo lugar en Níger, tras el cual los militares denunciaron acuerdos previos con París y exigieron la retirada de los diplomáticos y las tropas francesas.
Mientras que el bloque económico regional CEDEAO y Francia han amenazado a Níger con una invasión, Malí y Burkina Faso se han puesto del lado de los golpistas nigerinos y han prometido que intervendrán de su lado en caso de invasión.
Los países vecinos de Níger han solicitado ayuda económica a la UE para su posible intervención militar. África Occidental ha solicitado por carta a Borrell que aplique las sanciones contra los golpistas y que contribuya en “los costes operacionales de la fuerza de reserva que será desplegada”.