China purga a su ejército con la mirada puesta en Taiwán

Xi Jinping ha destituido recientemente al ministro de defensa y varios generales y militares para incrementar la fiabilidad y rendimiento de sus tropas.

Pedro Fernaud

Periodista

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Plaza de Tiananmén (Pekín).
Plaza de Tiananmén (Pekín).

Xi Jinping, presidente de la República Popular China, está realizando una purga en las fuerzas armadas del país para combatir la corrupción y asegurar el control total del Partido Comunista Chino (PCCh), en un contexto de crecientes desafíos económicos y militares. En sus alocuciones públicas, el presidente chino está poniendo el acento en la importancia de la “estricta disciplina” y el “liderazgo absoluto” del Partido Comunista Chino (PCCh) sobre los militares, de manera que ha hecho de la lucha contra la corrupción un eje central de su mandato. Esta decisión ilustra un cambio de ciclo político de calado en el gigante asiático.

Durante años, China experimentó un crecimiento económico, industrial y militar impresionante, ganándose la atención y la inversión de importantes empresas del planeta. Esa dinámica de apertura al mundo le ha dado muchos réditos financieros, ha reforzado su nómina de naciones que funcionan como aliados estratégicos y ha robustecido su pujante papel como una de las grandes potencias políticas, financieras y militares en el orden internacional. Sin embargo, en los últimos tiempos, la economía se ha enfriado y las relaciones con Occidente se han ido deteriorando, de manera que las empresas internacionales están buscando nuevos mercados y las grandes tecnológicas chinas han perdido su brillo en Wall Street.

El enfoque nacionalista prima sobre la apertura económica

En este contexto, el gobierno chino ha adoptado una agenda política nacionalista, desplazando la económica. Sobre esos ejes versa este artículo, que profundiza en las motivaciones y los métodos que el titán asiático está articulando para remozar y muscular su poderío militar, siempre con el horizonte de una posible invasión de Taiwán en el corto y medio plazo. Hablamos de un anhelo que genera una gran inquietud en la Comunidad Internacional y en el propio pueblo taiwanés, que en enero de este año eligió su nuevo primer ministro Lai Ching-te, candidato independentista de Taiwán, que obtuvo el 40% de los votos representando el Partido Democrático Progresista, dando continuidad de este modo al gobierno que defiende la independencia de Taiwán frente a los reclamos de soberanía por parte de China, de manera que el nuevo máximo responsable taiwanés es considerado como un separatista por parte del Gobierno de Pekín.

Dicho de otra manera: China parece estar volviéndose sobre sí misma. Recordemos que este país funciona como una república socialista de partido único, gobernada por el Partido Comunista Chino (PCCh). Se trata de un régimen se caracteriza por la centralización del poder político en esta entidad política, que controla todos los aspectos del gobierno y de la vida pública. Ese recrudecimiento de la ortodoxia política comunista, que durante años se ha visto matizado por una fuerte expansión capitalista, se está traduciendo en la intervención del PCCh en empresas privadas, colocando comisarios políticos en sus consejos de administración, y las grandes compañías tecnológicas han sido severamente reguladas. Hablamos de dinámicas que ilustran cómo el gobierno ha aumentado su control. En ese contexto, Hong Kong también ha perdido su libertad política, hecho constatado en 2020, con creciente recorte de derechos universales, como el de los principios democráticos, la comunicación con el exterior y el derecho a la manifestación, como denuncia Amnistía Internacional.

Xi Jinping ha llevado su campaña de control al ejército. En este marco, China ha admitido por primera vez la expulsión de siete militares del ejército por "graves violaciones de la ley y la disciplina". Esta información, recogida en su momento por Europa Press, se dio a conocer oficialmente después de que en diciembre los medios informaran sobre los ceses sin especificar las causas.

En esa dinámica de lucha por establecer un férreo control en el ejército, VisualPolitiks informa de que, en 2023, nueve generales de la armada china fueron destituidos por corrupción. Este episodio ha recordado a la guerra chino-vietnamita de 1979, donde la corrupción y falta de preparación militar fueron evidentes y generaron una sensación de humillación en el pueblo chino. Xi Jinping teme que una situación similar ocurra en la China actual, de manera análoga a lo que también está pasando en la actualidad con la invasión, de momento fallida, de Ucrania por parte de Rusia, que funciona como una advertencia para Xi Jinping sobre los peligros de la corrupción y la falta de transparencia en una dictadura. En este escenario, el presidente chino teme que la corrupción en China pueda sabotear sus ambiciones políticas, tal como está ocurriendo en Rusia con los anhelos imperialistas de Vladimir Putin.

Claves que explican las purgas de Xi Jinping

¿Qué coordenadas explican estos movimientos encaminados a mejorar la eficacia y el control del ejército chino? Xi Jinping busca una lealtad absoluta en el Ejército Popular de Liberación, factor esencial para desarrollar, en el corto y medio plazo, sus planes de invasión sobre Taiwán. En ese marco, la Fuerza de Cohetes del titán asiático, encargada de aniquilar defensas enemigas, tuvo un rendimiento paupérrimo en 2023, con pruebas fallidas y corrupción en la gestión de recursos. Esas carencias se tradujeron en que, en agosto de 2023, el comandante y el comisario político de esta fuerza fue destituido. Medidas que se complementaron con el cese, en octubre de 2023, del ministro de Defensa, el general Li Shangfu.

¿Cómo interpretan los expertos en política internacional y en la realidad china estas purgas? Rebecca Choong Wilkins, analista en Bloomberg, señala que “un informe reciente ha revelado fallos significativos en la fuerza de misiles y la preparación militar de China. Estas carencias incluyen misiles llenos de agua en lugar de combustible y misiles que carecen de estructuras esenciales, lo que ha llevado a una purga de al menos quince individuos del sector de defensa, incluyendo dos miembros del Politburó. Estas acciones reflejan un intento de reestructuración radical dentro del establecimiento militar chino. Además, China mantiene su firme postura sobre la reunificación con Taiwán y ha sancionado a cinco empresas de defensa estadounidenses por vender armamento al ‘hermano democrático chino’, aunque estas sanciones son más simbólicas que prácticas”.

Rebecca Choong Wilkins, analista en Bloomberg.

Entretanto, los movimientos de purga en el ejército chino, que incluyen la ya mencionada expulsión de siete militares del Parlamento por violaciones graves de la ley y la disciplina, fueron confirmados oficialmente el 15 de enero. Esta purga es gestionada directamente por el gobierno chino, como lo demuestra la repentina desaparición pública y posterior despido del anterior ministro de Defensa, Li Shangfu, y la sustitución del principal responsable en el Ministerio de Exteriores en 2023.

Al hilo de estas situaciones, Cercius, una consultora con sede en Canadá, informa sobre la pérdida de poder no aclarada de una decena de funcionarios actuales y retirados de la Fuerza de Misiles del Ejército Popular de Liberación (PLARF). Hablamos de una oleada de destituciones que incluye al excomandante Li Yuchao y su adjunto Liu Guangbin. Además, el gobierno chino ha pedido la creación de un "mecanismo de alerta temprana de riesgos para la integridad en el ejército" para investigar de este modo los casos de corrupción. En este contexto, se especula sobre la posible divulgación de secretos militares como una razón detrás de la reestructuración de la cúpula del ejército.

A este respecto, el medio South China Morning Post informa que la unidad anticorrupción de la Comisión Militar Central (CMC) está investigando a Li y a sus colaboradores actuales y anteriores. Sobre este particular, Lyle Morris, investigador principal del Centro de Análisis de China del Instituto de Política de la Sociedad de Asia, considera que la sustitución de altos cargos en la Fuerza de Misiles es "bastante rara" y un "movimiento político" para llenar las filas con gente de confianza de Xi, similar a la destitución del exministro de Asuntos Exteriores Qin Gang, en una reflexión que recoge el medio DW.

Por su parte, Taylor Fravel, experto del Instituto Tecnológico de Massachusetts, cree que estos incidentes ponen de relieve la precariedad de las posiciones de liderazgo en el partido bajo el gobierno de Xi Jinping, y señala un patrón en esos comportamientos del ejército que son característicos de la administración del máximo mandatario chino, no errores.

Lin Ying-Yu, profesor adjunto de la Universidad Tamkang de Taipei, afirma que es poco probable que la política de China hacia Taiwán cambie significativamente, ya que Xi Jinping prioriza la lealtad sobre la experiencia. Además, señala que las capacidades de la fuerza no disminuirán únicamente por los cambios de mando, ya que los planes para desarrollar el ejército han sido preestablecidos previamente y continuarán con independencia de los relevos en el entramado militar.

Campaña contra la corrupción relativa a la fuerza de cohetes y compra de armas

Para comprender las claves de esas purgas en el ejército chino, nos parece pertinente citar el artículo de Christian Shepherd en The Washington Post, que se puede encontrar en castellano en Infobae, en el que se detallan los recientes cambios en la cúpula militar china, liderados por el presidente Xi Jinping, quien destituyó a una docena de generales y altos ejecutivos de empresas militares estatales y nombró al almirante Dong Jun como nuevo ministro de Defensa. Estos cambios se enmarcan en una amplia campaña contra la corrupción, especialmente en la adquisición de armas y la fuerza de cohetes. Xi Jinping, en su tercer mandato, busca erradicar la corrupción para fortalecer al Ejército Popular de Liberación como una fuerza de combate de nivel mundial.

La destitución del anterior ministro de Defensa, Li Shangfu, fue parte de esta purga, aunque no se dieron detalles oficiales sobre su desaparición de la escena pública en octubre. Fuentes estadounidenses sugieren que Li estuvo implicado en un escándalo de amaño de licitaciones y tuvo una supervisión laxa sobre sus subordinados. La magnitud de estas purgas sugiere la posibilidad de un gran escándalo de corrupción o una filtración de inteligencia. Aunque el cargo de ministro de Defensa es principalmente ceremonial, la elección de Dong Jun, un oficial naval con experiencia en la marina china y ejercicios conjuntos con Rusia, refleja un cambio hacia el poder marítimo, crucial para las ambiciones de China en el Indo-Pacífico y sus reclamaciones sobre Taiwán. Se espera que Dong impulse el diálogo militar entre China y Estados Unidos, aunque los fundamentos de la relación probablemente no cambiarán. Las tensiones persistentes, especialmente en el Mar de China Meridional, podrían complicar los esfuerzos por calmar las hostilidades entre ambas potencias.

Así pues la hoja de ruta de una posible invasión taiwanesa por parte de China se ve lastrada por la corrupción y el mal desempeño que se registra en algunas facciones del ejército chino. En cualquier caso, las recientes purgas podrían retrasar cualquier intento de invasión a Taiwán, dando así tiempo a la isla y sus aliados para prepararse mejor.

En resumen: la corrupción y el mal desempeño en el ejército sugieren que, a pesar de las reformas, las fuerzas armadas chinas no están tan en forma como se pensaba. Ante estas coordenadas, el presidente del titán asiático, Xi Jinping, está tomando medidas drásticas para combatir la corrupción en el ejército y asegurar su control sobre el país. Las recientes purgas reflejan un intento de fortalecer las fuerzas armadas, aunque los problemas persistentes de corrupción y mal desempeño ponen en duda la eficacia de estas reformas.