Para muchos este 2024 ha sido el año de conflictos amenazantes y de la formación de bloques antagonistas. Presupuestos de defensa que se disparan, una OTAN superpoblada con 32 Estados miembros y un nivel de agresividad militar no visto hace mucho tiempo en la propia Europa. Rusia, China, Irán y Corea del Norte son los enemigos de Occidente y una disuasión más agresiva que nunca nos trae a la mesa titulares como III Guerra Mundial, guerra nuclear, ataque terrorista…
Guerra en Ucrania: incursión en territorio ruso
El conflicto entre Rusia y Ucrania comenzó en febrero de 2022, cuando Rusia lanzó una invasión a gran escala en territorio ucraniano que nadie esperaba en esa magnitud. Estimaciones de The Economist en junio de 2024 sugieren que entre 462.000 y 728.000 soldados rusos han muerto o resultado heridos desde el inicio del conflicto. El mismo medio afirma que por parte de Ucrania, habría entre 60.000 y 100.000 soldados muertos y alrededor de 400.000 heridos. Además, en este 2024, Ucrania se atrevió a lo impensable, invadir una parte de Rusia.
Con la reciente elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos y su llamado a un “alto el fuego inmediato” en Ucrania, es posible que se inicien negociaciones de paz en 2025 (¿enero?). Sin embargo, la situación sigue siendo incierta y dependerá de la disposición de las partes involucradas para alcanzar un acuerdo.
En este conflicto, además de Rusia y Ucrania, han estado involucrados muchos más países, especialmente de Europa y todos los miembros de la OTAN. Ahora también habría que incluir a Corea del Norte, que ha mandado soldados a combatir a suelo ucraniano para ayudar a Moscú.
España, como miembro activo de la OTAN, ayuda a Kiev con material y entrenamiento. Además, ha mostrado preocupación por la posible instalación de bases militares rusas en regiones cercanas, como Argelia, lo que podría alterar el equilibrio de poder en el Mediterráneo occidental y afectar la seguridad regional.
Escalada entre Israel y Hezbolá en el Líbano
Las tensiones entre Israel y Hezbolá han existido desde la década de los ochenta, con conflictos significativos en 2006. En cuanto a los combatientes fallecidos, Hezbolá ha reconocido la muerte de aproximadamente 320 de sus miembros en enfrentamientos con las IDF (Fuerzas de Defensa de Israel). Esta cifra coincide con la proporcionada por el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant.
Las Fuerzas de Defensa han informado de la muerte de al menos 62 soldados desde el inicio de octubre de 2024, marcando el mes más mortal para el ejército israelí en este año. Además, se reportaron 910 soldados heridos en enfrentamientos en el Líbano durante el mismo período.
Además de Israel y Líbano, este conflicto involucra a Siria e Irán, y tiene implicaciones para Estados Unidos y países europeos con intereses en la región. España, como miembro de la ONU, la UE y la OTAN, podría participar en misiones de paz o mediación en la región, y afrontaría posibles repercusiones económicas y de seguridad derivadas de la inestabilidad en Oriente Medio.
Conflicto entre Israel y Hamás en Gaza
El conflicto entre Israel y Hamás, que comenzó en 2023, se intensificó en 2024, aunque las hostilidades han ocurrido de manera intermitente desde el nacimiento de Hamás en 1987. Según recoge Naciones Unidas, hasta diciembre de 2024 se estiman al menos 45.000 muertes, en su mayoría civiles palestinos, debido a las operaciones militares en Gaza. Casi un tercio eran menores.
Se prevé que para 2025 las tensiones continúen. La comunidad internacional podría intensificar esfuerzos diplomáticos para evitar una guerra a gran escala. Es más que probable que las tensiones continúen en el venidero 2025. Los esfuerzos internacionales podrían centrarse en mediaciones para lograr treguas temporales y abordar la crisis humanitaria. En este conflicto, Egipto, Jordania y otros países de la región también se ven implicados, además de actores internacionales como Estados Unidos y la Unión Europea.
La inestabilidad en Oriente Próximo puede afectar los intereses económicos y de seguridad de España, incluyendo el suministro energético y la participación en misiones diplomáticas o humanitarias.
Intercambio de misiles en la Península de Corea
Ha habido tensión en esta región del mundo desde la Guerra de Corea (1950-1953), con fluctuaciones en la intensidad de los conflictos. Pero en 2024 se registraron intercambios de misiles entre Corea del Norte y Corea del Sur, que causaron daños materiales sin que se reportaran bajas humanas.
Seguramente las tensiones persistan y continuarán con posibles pruebas de armamento y ejercicios militares de advertencia. La comunidad internacional (Trump) podría buscar vías diplomáticas para reducir la confrontación. Además de las dos Coreas, Japón, China, Estados Unidos y Rusia tienen intereses directos en la estabilidad de la región.
España, aunque lejos geográficamente, como miembro de la OTAN y socio de Estados Unidos, podría verse involucrada en sanciones económicas, esfuerzos diplomáticos y operaciones militares si la crisis en la península de Corea escalara. Además, un conflicto abierto podría afectar el comercio global, especialmente en sectores como la tecnología y la automoción, donde España tiene intereses clave.
China y Taiwán: escalada de tensión en el Estrecho de Taiwán
El conflicto entre China y Taiwán se remonta a 1949, cuando el Partido Comunista asumió el poder en el continente y los nacionalistas se refugiaron en Taiwán. Pero en 2024, debido a ejercicios militares chinos cerca de la isla, la tensión regional ha aumentado.
Es probable que la situación se mantenga tensa en 2025, con posibles bloqueos navales y escaladas esporádicas. Estados Unidos, Japón y Australia podrían fortalecer alianzas defensivas, mientras que China podría intensificar su presión militar.
Además de China y Taiwán, Japón, Filipinas, Corea del Sur, Estados Unidos y Australia serían los principales afectados debido a sus alianzas estratégicas. Los países europeos también podrían involucrarse de manera diplomática. Una crisis en el Estrecho de Taiwán podría afectar a España en términos económicos, especialmente en el suministro de tecnología y componentes electrónicos, como semiconductores, esenciales para la industria automotriz y tecnológica.
Guerra civil siria: derrocamiento de Bashar al-Assad y transición política
El conflicto en Siria comenzó en 2011 durante la Primavera Árabe, transformándose en una larga guerra civil. Sin embargo, el derrocamiento de Bashar al-Assad este diciembre de 2024 ha marcado una nueva fase en el conflicto.
Se estima que la guerra civil en Siria ha dejado más de 500.000 muertos desde sus comienzos. Los enfrentamientos recientes durante el derrocamiento de Assad provocaron miles de nuevas bajas, principalmente entre milicias rivales y fuerzas gubernamentales.
Se espera que Siria afronte una fase de reconstrucción y reconfiguración política, aunque es probable que la inestabilidad persista debido a la presencia de grupos rebeldes y tensiones étnicas y religiosas. Potencias como Rusia, Turquía e Irán podrían influir significativamente en el futuro del país.
Además de Siria, Irak, Turquía, Líbano e Israel serán los más afectados debido a la posible expansión de grupos extremistas y flujos de refugiados. Europa y Estados Unidos también podrían involucrarse diplomáticamente.
España podría verse afectada en términos de gestión de migraciones y crisis humanitarias, haciendo frente a un posible aumento en la llegada de refugiados sirios. Además, podría participar en misiones de mantenimiento de la paz lideradas por la ONU o la OTAN, dependiendo de cómo evolucione la situación en la región.
El año 2025 va a entrar con muchas tensiones internacionales y a la espera que de lo que ocurra en el conflicto de Ucrania y Rusia con la llegada de Donald Trump. Las grandes inversiones en defensa continuarán creciendo en Europa bajo presión del Tío Sam en la OTAN, y veremos cuál es la situación entre Israel/EE. UU. e Irán…