Desde hace tiempo, los servicios de inteligencia de Estados Unidos tienen evidencias que sugieren que Irán trabaja activamente en complots para matar a Donald Trump, en venganza al ataque que acabó con la vida del general Qassem Soleimani en 2020, según abordamos en estas líneas el pasado mes de julio.
Entonces, señalamos que la amenaza iba en aumento y este viernes, solo tres días después de que los comicios certificaran el regreso de Trump a la Casa Blanca, el Departamento de Justicia de Estados Unidos ha emitido un comunicado en el que acusa públicamente al régimen iraní de orquestar planes de asesinatos a sueldo no solo contra su reelegido presidente sino también contra otros líderes gubernamentales y disidentes que critican al régimen de Teherán.
"Hay pocos actores en el mundo que representen una amenaza tan grave para la seguridad nacional de los Estados Unidos como lo hace Irán", ha afirmado el fiscal general de Estados Unidos, Merrick Garland.
El director del FBI, Christopher Wray, ha señalado directamente al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CRGI), diciendo que es "una organización extranjera designada terrorista" que "ha estado conspirando con criminales y sicarios para atacar y matar a tiros a estadounidenses en suelo estadounidense".
"Y eso, simplemente, no se va a tolerar. Gracias al arduo trabajo del FBI, sus planes letales fueron desbaratados. Estamos comprometidos a utilizar todos los recursos del FBI para proteger a nuestros ciudadanos de Irán o de cualquier otro adversario que ataque a los estadounidenses".
Ha presentado cargos criminales contra tres hombres
La acusación de Estados Unidos sobre Irán se fundamenta en una investigación por la que ha presentado cargos criminales contra tres hombres: Farhad Shakeri, un agente iraní del CGRI de 52 años; y dos ciudadanos estadounidenses llamados Carlisle Rivera y Jonathon Loadholt, de 49 y 36 años respectivamente.
Shakeri es el único que sigue en libertad y los investigadores creen que reside en Teherán, mientras que Rivera y Leadholt han sido arrestados en Nueva York y están a la espera de juicio, tras haber realizado este mismo jueves una comparecencia inicial ante las autoridades estadounidense.
Según explica el Departamento de Justicia de EE.UU. en su comunicado, Shakeri emigró a Estados Unidos cuando era niño y fue deportado en 2008, tras cumplir 14 años de cárcel por una condena por robo. En los últimos meses, ha utilizado una red de socios criminales que conoció durante su paso por prisión en Estados Unidos para proporcionar al CGRI agentes dedicados vigilar y asesinar a sus objetivos. Entre estos agentes, se encuentran Rivera y Loadholt, quienes fueron reclutados en la red de Shakeri para silenciar y matar, en suelo estadounidense, a un periodista estadounidense que ha sido un destacado crítico del régimen.
Planearon matar a Trump durante la campaña electoral
Siguiendo su información, Shakeri ha reconocido ante agentes de la ley, en entrevistas que han sido grabadas, que el CGRI le ha encomendado tareas para asesinar a ciudadanos estadounidenses e israelíes ubicados en Estados Unidos, incluido Donald Trump. El presidente se sumó a la lista hace relativamente poco, el pasado 7 de octubre, cuando estaba en plena campaña electoral y Shakeri recibió el encargo de presentar un plan para matarle. "También afirmó que se le encargó vigilar a dos ciudadanos judíos estadounidenses que residen en la ciudad de Nueva York y que un funcionario del CGRI le ofreció 500.000 dólares por el asesinato de cualquiera de las víctimas. También se le encargó atacar a turistas israelíes en Sri Lanka".
Estados Unidos acusa a Shakeri, Rivera y Loadholt de los mismos delitos, solo tres, pero por los que se enfrentan a una condena de hasta 40 años de cárcel: asesinato por encargo, que conlleva una pena máxima de 10 años de prisión; conspiración para cometer asesinato por encargo, que conlleva una pena máxima de 10 años de prisión; y conspiración de lavado de dinero, que conlleva una pena máxima de 20 años de prisión.
"Los cargos de hoy son otro mensaje para quienes continúan con sus esfuerzos: seguiremos implacables en nuestra búsqueda de malos actores, sin importar dónde residan, y no nos detendremos ante nada para llevar ante la justicia a quienes dañan nuestra seguridad", ha señalado el fiscal general Damian Williams.
Las lecturas al comunicado: de la advertencia al "allanamiento del terreno" para una guerra
Con este comunicado, Estados Unidos endurece su postura frente a Irán ante los ojos del mundo, advirtiendo que va a ser implacable ante cualquier intento de agresión a sus ciudadanos. Para expertos en geopolítica consultados por Escudo Digital, esta acusación formal podría ser más que un aviso y, en realidad, tratarse del primer paso de la preparación de un posible ataque contra Teherán, impulsado por el inminente regreso de Donald Trump a la Casa Blanca.