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EE.UU. se rearma: 2.456 nuevos aviones de combate F-35 para la Marina, la Fuerza Aérea y el Cuerpo de Marines

El coste del programa F-35 se estima en más de un billón de dólares, lo que lo convierte en uno de los programas militares más caros de la historia. Sin embargo, el gobierno de EE.UU. justifica esta inversión como una necesidad estratégica.

Sergio Delgado Martorell.

Periodista especializado en tecnología, ciberseguridad e innovación.

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EEUU se rearma hasta los dientes con 2.456 nuevos aviones de combate F-35.
EEUU se rearma hasta los dientes con 2.456 nuevos aviones de combate F-35.

Estados Unidos ha puesto en marcha un ambicioso plan para reforzar sus capacidades militares con la incorporación de 2.456 nuevos aviones de combate F-35. Este esfuerzo forma parte de una estrategia más amplia destinada a mantener la supremacía militar y tecnológica frente a desafíos globales crecientes.

El F-35, diseñado por Lockheed Martin, es considerado el avión de combate más avanzado del mundo. Su capacidad para combinar sigilo, velocidad supersónica, sensores avanzados y capacidad de ataque preciso lo convierte en una pieza clave en el arsenal de EE.UU.

Este programa no solo es crucial para la defensa estadounidense, sino que también está diseñado para mantener una ventaja táctica sobre potencias emergentes como China y Rusia, que han intensificado sus programas de modernización militar.

Reforzando la defensa con innovación

El programa F-35 no solo representa una expansión en términos de número de aeronaves, sino también una inversión en tecnología de vanguardia. Estos aviones están equipados con sistemas de inteligencia artificial, capacidad de compartir datos en tiempo real y sensores avanzados que los hacen una herramienta versátil para operaciones en múltiples dominios, desde aire hasta tierra y mar.

La Fuerza Aérea, la Marina y el Cuerpo de Marines recibirán diferentes variantes del F-35, cada una adaptada a sus necesidades específicas. El F-35A se integrará principalmente en la Fuerza Aérea, mientras que el F-35B, con capacidad de despegue y aterrizaje vertical, será un activo fundamental para los Marines. Por su parte, el F-35C, diseñado para operar en portaaviones, fortalecerá las capacidades de la Marina.

Un exorbitado gasto estratégico

El coste del programa F-35 se estima en más de un billón de dólares, lo que lo convierte en uno de los programas militares más caros de la historia. Sin embargo, el gobierno de EE.UU. justifica esta inversión como una necesidad estratégica. La modernización de las fuerzas armadas es vista como crucial en un mundo cada vez más volátil, con desafíos que incluyen disputas en el Indo-Pacífico, el fortalecimiento militar de China y la amenaza de conflictos híbridos.

Implicaciones para la geopolítica

La decisión de reforzar las fuerzas armadas con una cantidad tan significativa de F-35 tiene profundas implicaciones geopolíticas. La presencia de este avión en la región del Indo-Pacífico podría ser un factor disuasorio clave frente a las crecientes tensiones en el Mar de China Meridional. Además, su integración en Europa, donde algunos aliados de la OTAN también operan el F-35, refuerza los compromisos de defensa colectiva frente a posibles amenazas en la región.

En el contexto de la competencia tecnológica global, el F-35 también simboliza la capacidad de Estados Unidos para liderar en innovación militar. La interoperabilidad de estos aviones con sistemas aliados fortalece la coordinación militar en escenarios multinacionales, consolidando a EE.UU. como el pilar central de la defensa occidental.

Impacto en la industria militar

El programa F-35 también tiene un impacto significativo en la industria militar estadounidense. Lockheed Martin y sus socios industriales, como Northrop Grumman y BAE Systems, han desarrollado una extensa red de producción y suministro. Esto ha creado miles de empleos directos e indirectos, impulsando la economía en regiones clave del país.

A nivel global, más de una docena de países aliados participan en el programa F-35, lo que también genera oportunidades económicas y estratégicas. Esta colaboración no solo reduce costos de producción, sino que también fortalece los lazos entre las naciones que comparten esta tecnología.

…. Pero hay polémicas

A pesar de sus capacidades avanzadas, el programa F-35 no ha estado exento de críticas. Los sobrecostes y los retrasos en el desarrollo han generado preocupación en algunos sectores, al igual que ciertos problemas técnicos identificados en los aviones iniciales. Sin embargo, el Departamento de Defensa ha asegurado que estos problemas se han resuelto o están en proceso de solución, y que los beneficios superan ampliamente las dificultades.

Además, algunos analistas cuestionan si una inversión tan grande en el F-35 es la mejor manera de enfrentar desafíos contemporáneos como la guerra cibernética o los ataques asimétricos. Estos críticos abogan por una distribución más equilibrada de los recursos hacia otras áreas de defensa.

Trump, a por todas

El ambicioso plan para dotar a las fuerzas armadas de 2.456 F-35 fue impulsado durante la administración Trump, que priorizó la reconstrucción militar como una de sus políticas centrales. Esta estrategia no solo buscaba reforzar la capacidad defensiva, sino también proyectar poderío y disuasión frente a posibles adversarios.

La administración consideraba que un ejército fuerte era clave para mantener la influencia global de EE.UU. y proteger sus intereses estratégicos en un mundo cada vez más competitivo.

El programa F-35 representa un pilar fundamental en la estrategia de defensa de Estados Unidos. A medida que estas aeronaves se integren en las fuerzas armadas, su impacto será evidente en operaciones tanto nacionales como internacionales. Además, su capacidad para adaptarse a futuros avances tecnológicos asegura que el F-35 seguirá siendo relevante en los próximos años.