El pasado jueves 9 de mayo dos aeronaves militares estadounidenses sobrevolaron la capital de Guyana y áreas circundantes, en un claro mensaje de apoyo a Guyana de Estados Unidos. Este incidente, calificado como una provocación por parte de Venezuela por boca de su ministro de Defensa, se suma a las crecientes tensiones entre ambos países latinoamericanos debido a la disputa territorial por el Esequibo.
Previamente, la embajada estadounidense en Guyana anunció por sus redes sociales que dos aviones de combate F/A-18F Super Hornets llevarían a cabo un sobrevuelo coordinado y aprobado por las autoridades de Guyana sobre Georgetown y sus alrededores. Esta acción se realiza en el contexto de la colaboración militar entre Washington y Georgetown, lo que ha generado un aumento de la preocupación en Venezuela que insiste en tomar la región del Esequibo.
La disputa territorial entre Venezuela y Guyana sobre el territorio del Esequibo, una región rica en recursos naturales como minerales y petróleo, ha sido motivo de conflicto durante décadas. Venezuela reclama la soberanía sobre esta área desde 1897, argumentando que fue despojada de ella durante la delimitación de fronteras a finales del siglo XIX. Esta región representa dos tercios del territorio de Guyana.
Las relaciones militares entre Estados Unidos y Guyana se han fortalecido en los últimos tiempos, con Washington comprometiéndose a ayudar a Guyana en la adquisición de nuevo equipamiento militar, incluyendo aviones, helicópteros y drones. Sin embargo, Guyana no ha proporcionado detalles sobre esta colaboración.
Venezuela ha reafirmado la activación de su Sistema de Defensa Aeroespacial Integral ante cualquier intento de violación de su espacio geográfico, incluyendo el territorio del Esequibo, lo que podría conllevar un “incidente” si aviones de combate norteamericanos sobrevuelan esa zona. El gobierno venezolano ha tomado medidas unilaterales, como la celebración de un referéndum para establecer un nuevo estado en el Esequibo y la promulgación de una ley para su creación, acciones que han sido criticadas por Guyana como pasos hacia la anexión del territorio disputado.
Ambos países mantienen posturas divergentes sobre la resolución del conflicto, con Guyana defendiendo la intervención de la Corte Internacional de Justicia, mientras que Venezuela aboga por negociaciones en el marco del Acuerdo de Ginebra. Sin embargo, las acciones unilaterales de Venezuela han complicado aún más la situación y han elevado las tensiones en la región.
Las próximas elecciones a finales de julio en Venezuela están empujando al presidente Maduro a tomar decisiones precipitadas, tanto con respecto a sus rivales más directos en las urnas, como en su política exterior.