Desde la invasión a Ucrania Rusia tiene más que nunca puestos sus esfuerzos cibernéticos apuntando a los países occidentales, y no solo mediante ciberataques, sino también utilizando campañas de desinformación.
Funcionarios franceses han acusado públicamente a actores rusos de llevar a cabo una de esta campañas de manipulación digital contra Francia, para la cual habrían contado con la ayuda de entidades estatales rusas.
Las autoridades galas a través de VIGINUM (Servicio de Vigilancia y Protección contra la Interferencia Digital Extranjera de Francia) aseguran que la campaña lleva en marcha desde hace más de un año y habría supuesto la creación de páginas webs falsas que se hacían pasar por departamentos del gobierno francés, así como por medios de comunicación nacionales.
Los cibermalos habrían realizado un uso extensivo de 'typosquatting' para replicar y tratar de suplantar dominios web legítimos, así como crear nuevos sitios que buscaban emular a los diarios más populares, como 20 Minutes, Le Monde, Le Parisien y Le Figaro. Estos medios fake llegaron a recoger 58 artículos.
El typosquatting es definido por Kaspersky como "una clase de ataque de ingeniería social. Se aprovecha de quienes optan por escribir a mano las direcciones web que quieren visitar (en lugar de usar un buscador, por ejemplo) y, al hacerlo, cometen un error de escritura. El ataque, por lo general, consiste en hacer que el usuario visite un sitio malicioso con una dirección muy similar, pero no exactamente igual, a la del sitio verdadero".
También se incluiría la creación de cuentas de redes sociales falsas por parte de los atacantes rusos, según recoge The Record Media.
Cuestionando su apoyo a Ucrania
En concreto, el informe redactado por VIGINUM advierte de que la campaña había intentado impulsar una serie de narrativas falsas diseñadas para echar por tierra el apoyo francés a Ucrania.
Las narrativas tratan de sugerir, entre otras cosas, que las sanciones dirigidas a Rusia fueron ineficaces y perjudiciales para los países europeos; que los estados occidentales eran rusofóbicos; que las fuerzas armadas ucranianas eran bárbaras y estaban asociadas con los neonazis; y que acoger a los refugiados ucranianos tuvo efectos negativos en los países de acogida.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia ha afirmado que Rusia estaba socavando "las condiciones para un debate democrático pacífico y, por lo tanto, socavando nuestras instituciones democráticas". Defienden que las embajadas y centros culturales rusos también han participado de manera activa para amplificar la campaña.
“Francia condena estas acciones como indignas de un miembro permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Ningún intento de manipulación disuadirá a Francia de apoyar a Ucrania frente a la guerra de agresión rusa”, han señalado representantes galos.