En el día de ayer sorprendieron las declaraciones del presidente de la República francesa Emmanuel Macron, quien afirmó que “el enviado de Francia a Níger, Sylvain Itté, vive como un rehén en la embajada francesa” y acusó a los gobernantes militares de bloquear las entregas de alimentos a la misión.
Según la junta militar que ahora gobierna Níger, en agosto le dieron un ultimátum de 48 horas para que abandonara el país. El Gobierno francés se negó a cumplirlo y a reconocer la legitimidad del nuevo régimen militar.
El 26 de julio se produjo el golpe de estado en Níger. El presidente nigerino, Mohamed Bazoum, fue derrocado y detenido por su propia guardia, encabezada por el general Abdourahmane Tchiani. Tras el golpe, Francia y la CEDEAO (Comunidad Económica de Estados de África Occidental) han suspendido toda cooperación con Níger y amenazan con una intervención militar si los rebeldes no reinstauran a Bazoum.
Después del golpe, el ejército de Níger en el poder dio a Francia 30 días para retirar las tropas y rompió todos los acuerdos militares con Francia. Sin embargo, el presidente galo dijo que París no reconocería el gobierno golpista de Níger y solo discutiría la retirada con el presidente Bazoum, a quien siguen considerando el jefe de Estado legítimo del país africano.
El pasado 10 de septiembre Macron ya había subrayado que un posible redespliegue de las fuerzas francesas estacionadas en Níger solo se decidiría a petición del presidente depuesto. Ante esto, el coronel Amadou Abdramane, portavoz de los líderes golpistas de Níger, afirmó en televisión que "Francia está desplegando fuerzas en países pertenecientes a la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) para una intervención militar en Níger".
Según el gobierno militar, hay "evidente" presencia de fuerzas francesas en Benín (país miembro de la CEDEAO, fronterizo con Níger, y el más cercano a su capital). Este país había "autorizado el despliegue de soldados, mercenarios y material de guerra" en el contexto de una posible intervención de la CEDEAO, obligando a los líderes militares nigerinos "a renunciar al acuerdo de cooperación militar (con Benín)", según citaron los medios a los líderes golpistas de Níger en un comunicado leído en una emisora nacional. Todo ello en medio de fuertes tensiones internas, porque la aparente unidad de la Junta Militar no es tal.
Parece ser que Tchiani, excomandante de la guardia presidencial de Níger, quien se autoproclamó jefe de un gobierno de transición tras el golpe militar que derrocó al presidente Bazoum, iba a ser destituido de su cargo por este, a lo que reaccionó adelantándose con el golpe para impedirlo.
Para relevarle se barajaban dos nombres. Uno de ellos es el del general Salifou Mody, general de Cuerpo de Ejército, coloquialmente conocido allí como “general de cuatro estrellas” (Général 4 étoiles), actual ministro de defensa.
El día 26 de julio de 2023 recibió el encargo del general Tchiani, jefe de la Guardia Presidencial, de garantizar el apoyo al golpe de Estado del resto de ramas de las fuerzas armadas y cuerpos de seguridad de Níger. Su nombre sonaba como posible líder de la junta militar golpista, papel que asumiría finalmente el propio Tchiani. Se le considera de hecho su número dos, pero a un general que lleva ya tres golpes de Estado en su currículo, el numero dos le sabe a poco.
La junta golpista de Níger anunció el pasado día 9 de agosto la formación mediante decreto de un nuevo gobierno que combina a militares y personalidades civiles. Sin embargo, destacan dos puestos claves, denominados “ministros de Estado”, que recaen en militares. El primero y nuevo ministro de Defensa, el general Salifou Mody, a quien mencionábamos antes, y el segundo personaje clave del gobierno, número tres del nuevo régimen, es el general Mohamed Toumba.
En el nuevo gobierno ocupa la posición de ministro de Estado y está al frente de la cartera de Interior, Seguridad Pública y de la Administración del Territorio.
Según miembros del propio ejército de Níger, Toumba parece ser el mejor visto por Francia; mientras que cada vez es mayor la tensión entre Tchiani y Mody. Toda vez que aunque al líder del golpe, Abdourahmane Tchiani, le apoyan sobre todo la Guardia Presidencial y las fuerzas militares de Niamey (la capital), Modi cuenta con respaldo de la mayor parte del ejército, y pudiera ser que en caso de una intervención "especial" desde Benín Tchiani se encontrase solo.