Vienen de todas partes. No solo de África. Las mafias de la inmigración irregular consiguen “clientes” de la República Dominicana, Bolivia, India, Pakistán, China, Siria o Argelia… Y diseñan para ellos viajes, por tierra, mar y aire, con múltiples escalas y con frecuencia de larga duración.
Una de las nuevas rutas que pretenden burlar los controles policiales, como ya publicó Escudo Digital, parte de la República Dominicaca y tiene dos zonas de origen detectada: desde la mitad norte del país, destinada a Estados Unidos, y desde la sur, que se dirige a España. Los inmigrantes que llegan a Europa también se establecen en Italia, Portugal y Francia.
Abonan entre 12.000 y 15.000 euros para iniciar un periplo que les lleva a Colombia, donde consiguen un certificado de nacimiento en este país con el que se pueden sacar un pasaporte. De aquí parten a Brasil, y desde aeropuertos menores volaban a Lisboa.
Según ha podido saber este diario, esta ruta anterior se ha diversificado y complicado un tanto. De esos aeropuertos secundarios marchan a Sao Paulo o a Río de Janeiro, y de aquí a la capital de Mongolia, Ulán Bator, para terminar en París. Desde la capital del Sena se trasladan a Madrid y a otras ciudades europeas.
Lucio Toval, profesor de Crimen Organizado de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), explica a Escudo Digital que “surgen nuevas rutas cada poco tiempo”. “Ciudadanos chinos han llegado a realizar itinerarios que pasaban por Turquía, daban casi la vuelta al mundo para llegar a España. Y después de dos o tres años de viaje muchos eran detectados por la Policía y se les repatriaba al país de origen”, añade.
“A España ―señala Toval― venían antes muchos sudamericanos que procedían de Países Bajos, de Ámsterdam y La Haya. Arribaban con pasaportes españoles normalmente robados en consulados. Gracias a la figura del enlace fronterizo se pudo parar este método de acceso en cuanto se destacaron allí a funcionarios de la Policía Nacional. Hemos logrado reducir el 90% de este tipo de llegadas desde Países Bajos”.
Más que la vuelta al mundo

En muchas ocasiones, las víctimas de las mafias pueden tardar más que lo que le duró a Phileas Fogg su aventura en La vuelta al mundo en ochenta días, la novela de Jules Verne. Las rutas de este tráfico internacional pueden llegar a antojarse raras, poco lógicas, peregrinas. Las operaciones policiales dan fe de los itinerarios e incluso de la combinación de distintas vías. El pasado mes de agosto, la Policía Nacional detuvo en distintas ciudades de España a setenta y siete integrantes de un grupo criminal que organizaba “viajes” desde India y Pakistán, con nuestro país como enlace hacía México. Estados Unidos era el destino final.
El proceso en India y Pakistán comenzaba con la captación de las “víctimas”. De su país de origen se les trasladaba en avión a Bahréin, de donde volaban a Egipto hasta terminar en Libia. Con visados falsos, eran embarcados en pateras para llegar a Italia. Y de aquí en avión nuevamente a Zaragoza o Barcelona.
El modelo de negocio de la banda incluía también la inmigración ilegal de ciudadanos bolivianos, que llegaban a España previa escala en Estambul (Turquía) o El Cairo (Egipto).
Ese mismo mes, la Policía Nacional desarticuló un grupo criminal que introducía sirios y argelinos por la costa de Almería a través de embarcaciones. La banda también ofrecía llegar a España en avión o en coche.
La lucha contra la inmigración ilegal
Indica Toval que los países emisores de estos inmigrantes ilegales actúan con laxitud y no ponen freno a este tráfico: “Cada persona de esas naciones que ingresa en España y consigue algún tipo de asidero, como la figura del arraigo, remite remesas de dinero en euros o en dólares”.

En la lucha contra las nuevas rutas de inmigración ilegal, resulta fundamental la participación de la Oficina Central de Operativa Documental o Punto Atenas. Dentro de la Unidad Central Contra Redes de Inmigración Ilegal y Falsedades Documentales (UCRIF), este Punto Atenas, actúa como una especie de call center para la realización de consultas rápidas por parte de cualquier agente de Policía que detecte documentos con indicios de falsificación o de dudosa autenticidad.
La UCRIF, comenta Toval, consigue la colaboración de algunos inmigrantes ilegales a cambio de una regularización más o menos permanente: “Muchas de estas redes caen gracias a los testimonios de mujeres inmigrantes que están siendo explotadas sexualmente”. El nivel de implicación para denunciar a los cabecillas es mucho mayor en las sudamericanas que en las africanas. “Las nigerianas, sobre todo —relata el experto—, tienen una coacción de carácter espiritual, las amenazan con vudú y con hacer daño a sus familias. Entonces no dicen absolutamente nada. Prefieren ser condenadas antes que delatar a los líderes de la red”.
Existe, sin duda, una responsabilidad compartida por la Unión Europea en el auge de la inmigración irregular. “Las mafias están aumentando de manera desorbitada porque Europa no pone en absoluto freno. No hay instrumentos legales para pararlo, o los que hay no se utilizan”, sostiene Toval.
Los problemas del Espacio Schengen
La articulación de las fronteras en Europa no contribuye precisamente a evitar la inmigración ilegal, en opinión del docente de Crimen Organizado de la UNED: “Cuando en su día se firmó Schengen, dije que estaba patrocinado y creado por un cabecilla de la mafia de inmigración. Schengen ha supuesto un retroceso inmenso en el control de fronteras. Ha sido terrible porque si a nosotros se nos cuela alguien puede llegar hasta Finlandia sin que un solo policía le pidan ninguna documentación. ¿Qué sucede? Pues que los inmigrantes intentan llegar a suelo español porque saben que desde aquí hacia el norte nadie les va a decir nada. Schengen ha sido muy bueno para la comodidad de viajar, pero para el control de fronteras, una verdadera desgracia”.

Por otra parte, el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas es un punto caliente de entradas de inmigrantes ilegales. Así lo recogió en 2024 la Fiscalía de Madrid en su memoria anual. Según las estimaciones de la Comunidad de Madrid, en 2023 más de 400.000 inmigrantes llegaron a España por el aeropuerto frente a los 57.000 que lo hicieron por las costas. Así habla Toval sobre este asunto: “La llegada de pateras televisivamente es una imagen muy potente, pero en realidad el primer puesto fronterizo por el que entran ilegales a España es Barajas. Entran más ilegales por avión que por cayuco. Algunos vienen incluso con visado de turista, con una duración de 90 días”.
Detrás de las rutas están las personas
Las organizaciones criminales que establecen nuevas rutas y nuevas estrategias de acceso a los países receptores se aprovechan de la necesidad de personas. Detrás del fenómeno de la inmigración hay personas, muchas. La Cátedra de Refugiados y Migrantes Forzosos del Instituto Universitario de Estudios sobre Migraciones (IUEM), de la Universidad Pontificia Comillas, en colaboración con UNICEF, presentó el pasado mes de septiembre el informe del proyecto Data Culture in Human Trafficking II. El análisis aborda, según Cecilia Estrada Villaseñor, directora de la cátedra, “la dificultad para detectar e identificar a posibles víctimas y la posibilidad de realizar denuncias y buscar al apoyo de instituciones no gubernamentales y gubernamentales”.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el Gobierno apuestan por la llamada migración circular. “Se trata de que personas que están a un lado y al otro —detalla Estrada— puedan venir a trabajar por temporadas y volver a sus países de origen durante otras”.
Para frenar el desarrollo de las mafias, estima Estrada, deben fijarse “vías seguras para las personas que quieran entrar en los países”. “No estoy hablando de papeles para todos, pero sí de un proceso muy claro y de objetivos muy claros por parte de los países receptores para que las personas que desean entrar en este país puedan hacerlo de una forma regular y luego establecer unos sistemas de acogida”, subraya.
Hay miedo a la inmigración

Se está trabajando en la actualidad en un estudio europeo sobre personas musulmanas o percibidas como musulmanas. Según la directora de la Cátedra de Refugiados y Migrantes Forzosos, “algunas de las informaciones que nos llegan es que musulmanes en nuestro país, incluso con la nacionalidad, se les cuestiona todo el tiempo su regularidad”.
La percepción social sobre la inmigración ha cambiado en los últimos años “Hay miedo en Europa por el fenómeno migratorio —afirma Estrada—, como se demostró en las encuestas del CIS de septiembre de 2024, aunque las preguntas estaban más o menos intencionadas para apuntar hacia la inmigración. Resulta curioso confrontar datos. En los picos de llegadas de pateras el número de inmigrantes era de 40.000. Sin embargo han venido más de 200.000 ucranianos y no se ha generado ninguna alarma”.
“La inmigración asusta a la sociedad, provoca una sensación de invasión, esa conexión con hilos muy primarios, con formas de pensar muy primarias”, concluye.