Marruecos ha incrementado su presupuesto de defensa para 2025 hasta los 133.000 millones de dirhams (aproximadamente 12.300 millones de euros), que confirma su estrategia para modernizar la infraestructura militar y desarrollar su industria. Este aumento busca diversificar y mejorar las capacidades de las Fuerzas Armadas, particularmente en lo que respecta a nuevas adquisiciones y la renovación de equipo de armamento antiguo.
El Consejo de Ministros, presidido por el rey Mohamed VI de Marruecos, aprobó la pasada semana las orientaciones generales del proyecto de ley de Finanzas para 2025 con siete proyectos de decretos relacionados con el ámbito militar. No es raro en absoluto en estos tiempos que corren, que los países aumenten paulatinamente sus presupuestos de defensa, pero cuando lo hace Marruecos siempre deber ser motivo de análisis para España. En dicha reunión, se asignaron 8.000 millones de dólares al presupuesto para gastos de personal y gestión ministerial, con la intención de Rabat de aumentar los salarios de los miembros de las fuerzas auxiliares, defensa civil, Fuerzas Armadas Reales y Gendarmería Real, según dos proyectos de decretos que detallan el incremento por categoría, como parte de la especial atención brindada por el rey, también comandante supremo y jefe de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas Reales.
El presupuesto de defensa de Marruecos en 2024 era de alrededor de 11.500 millones de euros, por lo que el incremento para el año que viene es bastante notable, un 7,25% de aumento. Ahora espera fortalecer su infraestructura de defensa y renovar sus fuerzas armadas, desarrollando una industria militar y fabricando drones, capaces de llevar a cabo misiones de inteligencia y ataques armados. El reino alauita quiere mantener sus planes políticos relacionados con el apoyo y desarrollo de la industria de defensa y quiere que este sector se convierta en una pieza clave de su desarrollo militar y económico.
En julio de 2020, Marruecos adoptó el decreto ejecutivo de la ley sobre equipos y suministros de defensa y seguridad, armas y municiones, que es un texto legislativo actualizado donde se fija el nuevo marco para el apoyo y desarrollo de actividades industriales dedicadas a la defensa en Marruecos. El decreto establece la clasificación de equipos, suministros, armas, municiones y equipos de defensa en operaciones militares terrestres, marítimas, aéreas o espaciales, además de determinar los métodos y condiciones para la concesión de licencias de fabricación y las obligaciones de los actores en este campo.
Repercusiones del aumento presupuestario
El enfoque que está adoptando Marruecos en defensa es multifacético, no se está limitando de manera exclusiva a la adquisición de armas, sino también al desarrollo de una industria nacional de defensa capaz de producir tecnología propia, como drones y sistemas de defensa aérea. Este presupuesto récord implica la compra de nuevos equipos, entre los que se destacan aviones de combate como el Rafale francés, sistemas de misiles de largo alcance, sistemas de defensa antiaérea y la modernización de la flota de transporte aéreo.
Este avance ha sido visto con preocupación por algunos sectores en España, ya que podría impactar en la superioridad militar regional. A pesar de que Marruecos aún se encuentra por detrás de España en términos de capacidades militares globales, las adquisiciones recientes —incluyendo sistemas avanzados como los misiles Himars de EE.UU. y sistemas de defensa aérea Barak MX de Israel— sugieren una estrategia a largo plazo de Marruecos para reducir la brecha con sus vecinos del norte y del este (España y Argelia, respectivamente). Pero sobre todo, esta expansión marroquí podría estar impulsada por la necesidad de afrontar desafíos como la creciente inseguridad en el Sahel y en el Sáhara Occidental.
Implicaciones para España
Desde una perspectiva española, este aumento en el gasto de defensa marroquí plantea algunos desafíos para mantener una superioridad suficientemente creíble y, por lo tanto, un nivel de disuasión efectivo. Actualmente, las Fuerzas Armadas españolas mantienen una ventaja significativa en términos de capacidades navales y aéreas, especialmente gracias a su flota de F-18 y el programa de modernización con los Eurofighter, así como a una potente Armada con capacidades de proyección estratégica. Pero una constante expansión de las capacidades ofensivas y defensivas de Marruecos obliga a España a mantener (o aumentar) su ritmo de modernización para asegurar que su superioridad militar se mantenga incuestionable en el corto y medio plazo.
Aun así, no todo tiene que ser negativo para nuestro país: un Marruecos con más y mejores medios para vigilar sus inmensas fronteras también puede significar un mayor control sobre la inmigración ilegal que entra (y que sale) al país alauita.
Se puede afirmar que muchos países están incrementando de manera importante sus inversiones en inversión militar por los cambios estratégicos que estamos viviendo y desde luego el norte de África no iba a ser menos. La situación estratégica de Marruecos entre Europa y África es muy compleja, geoestratégicamente hablando, e independientemente de los “enemigos” que tenga como vecinos, los desafíos a los que se ve sometido Rabat le obligan a invertir y mejorar de manera importante en seguridad y defensa.
Como dato reciente, se ha señalado por parte de algunos medios especializados el interés del reino alauita por los aviones de transporte brasileños Embraer C-390 Millennium que reemplazarán a los modelos C-130 Hércules más antiguos de la Fuerza Aérea marroquí, mejorando así su logística y sus capacidades de transporte táctico. Pero las conversaciones entre el Gobierno marroquí y Embraer no se limitarían a la compra de este tipo de aviones, sino que también incluyen diversos aspectos relacionados con la cooperación industrial en defensa, ya que algunas operaciones de fabricación o ensamblaje podrían realizarse en Marruecos, confirmando así la diversificación de proveedores que está acometiendo Rabat por un lado, pero también los pasos firmes del reino para convertirse en una competencia importante a la industria de defensa europea.