Cada vez suenan con más fuerza los rumores –o información en caso de que sean ciertos– que apuntan a la posible abdicación del rey Mohamed VI debido a su delicado estado de salud.
Según fuentes cercanas al Palacio Real, el monarca parece estar en plena transición de poder, y en este proceso el príncipe Moulay Hassan (futuro rey Hassan III) gana cada vez más protagonismo. Esta situación se ve acentuada por la progresiva desaparición pública de su padre, recién llegado de un viaje a Emiratos Árabes Unidos que se ha prolongado desde finales de 2024.
Moulay Hassan, de 21 años, es el sucesor natural del trono según la Constitución marroquí, que en el artículo 43 establece lo siguiente: "La Corona marroquí y los derechos constitucionales son hereditarios y se transmiten de padre a hijo a los descendientes en línea directa masculina y por orden de primogenitura entre los descendientes de Su Majestad el Rey Mohamed VI, a menos que el Rey designe, durante su vida, un sucesor entre sus hijos además del mayor. A falta de descendientes en línea directa masculina, el derecho de sucesión al Trono corresponderá, en las mismas condiciones, al varón más próximo en la consanguinidad colateral".
La estructura de poder marroquí, enfrentada por el trono
No obstante, algunos círculos del majzén, la estructura de poder marroquí, propagan que podría convertirse en un líder vulnerable dada su corta edad y, sobre todo, que reinaría bajo la influencia de su madre, Lalla Salma, quien tiene cuentas pendientes con ciertos sectores cercanos al rey.
El majzén, comparable a lo que Pablo Iglesias define como "la casta", es una pirámide de poder encabezada por el rey e integrada por la familia real, la cúpula militar, los servicios secretos y la oligarquía empresarial. Dentro de este entramado se encuentra el príncipe Moulay Rashid, hermano de Mohamed VI, quien está decidido a asumir el trono. Rashid podría considerarse una alternativa más experimentada para guiar al país, especialmente en un contexto como el actual en el que se enfrenta a desafíos tanto internos como externos.
Su ambición ha provocado que aumenten las tensiones dentro del palacio real, con dos facciones del propio majzén compitiendo por imponer a su candidato: una apoya al hijo del rey y príncipe heredero, Moulay Hassan, mientras que la otra respalda al príncipe Moulay Rashid.
Cambio generacional en el mazjén y el plan de la nueva élite
Esta pugna se intensifica por el cambio generacional en el que está inmerso el mazjén. La "vieja guardia", formada por militares y cortesanos leales a Hassan II y Mohamed VI, choca con una nueva élite más joven, formada en las mejores universidades de Francia, Reino Unido y Estados Unidos.
Este segundo grupo, con una visión geopolítica más amplia, busca un modelo similar al de Turquía y seguiría la misma estrategia que los estados del Golfo, pequeños pero muy ricos, como Emiratos Árabes Unidos, Bahréin o Catar.
Sus aliados serían Francia, Estados Unidos, Israel y los propios estados del Golfo, países con los que mantiene buenas relaciones y que ya ayudaron a Marruecos a reforzar su presencia en el Sáhara Occidental. "En el muro del Sáhara, la cobertura mediática es francesa, la tecnología es estadounidense, la idea israelí y la financiación árabe", ha señalado Gaici Nah, jefe de operaciones de la Oficina Saharaui de Acción contra las Minas en una entrevista publicada el pasado jueves.
No obstante, este plan también tendría rivales, siendo Argelia y España los que se postulan como sus principales oponentes, al poder considerar el expansionismo marroquí como una amenaza para sus propios intereses.
Este panorama de incertidumbre y posible reconfiguración del poder en Marruecos está generando una gran preocupación al gobierno español, especialmente en un nuevo mundo con giros "trumpistas".