El nuevo frente de batalla está en el lecho marino

Las infraestructuras instaladas en el lecho marino, particularmente a los cables submarinos y otras como gasoductos, representan un desafío de seguridad creciente.

Oscar Ruiz -Escudo Digital.

Experto en migraciones y analista internacional.

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Imagen renderizada de un cable submarino.
Imagen renderizada de un cable submarino.

El sabotaje a los gaseoductos North Stream 1 y 2, construidos para transportar gas desde Rusia hasta Alemania a través del Mar Báltico, en septiembre de 2022, y las amenazas a los cables submarinos en el Mar Rojo por parte de los Hutíes hace solo unos meses no han hecho más que aumentar la atención de países y corporaciones en la protección del lecho marino, particularmente a los cables submarinos y otras infraestructuras críticas como gasoductos, representan un desafío de seguridad creciente. Estos elementos son esenciales no solo para la comunicación global (pues más del 95% del tráfico de datos y comunicaciones internacionales transitan por estos cables), sino también para la distribución de energía y recursos entre naciones.

Las principales amenazas a estas infraestructuras críticas incluyen el Sabotaje,  como ya conocemos algunos casos, el Espionaje submarino como interceptación ilegal de datos que viajan a través de cables submarinos, y los Desastres naturales y accidentes como terremotos, deslizamientos submarinos o actividades humanas como el anclaje inapropiado de barcos que pueden causar daños accidentales pero significativos a estas infraestructuras.

Pero ahora mismo lo que más preocupa a países Occidentales, especialmente los involucrados en la guerra contra Rusia apoyando a Kiev, es el posible sabotaje de estas infraestructuras en el Mar del Norte. Por ello, Gran Bretaña y otros países europeos con fronteras marítimas en el Mar del Norte firmaron hace ahora una semana un acuerdo para colaborar en la protección de la infraestructura submarina, incluyendo contra posibles ataques rusos. Los seis países involucrados (Bélgica, Gran Bretaña, Dinamarca, Alemania, Noruega y los Países Bajos) firmaron una declaración conjunta que, según afirmaron, les permitiría compartir información.

En mayo de 2023, la OTAN había dicho que Rusia podría sabotear los cables submarinos para castigar a las naciones occidentales por apoyar a Ucrania, mientras que los riesgos de seguridad global han aumentado aún más tras la guerra de Gaza. "El Mar del Norte es la central que impulsa las ambiciones de renovables y cero emisiones netas de Europa, ayudando a reforzar la seguridad energética en el continente. Por eso, es crucial proteger ahora y en el futuro su infraestructura energética crítica", dijo Andrew Bowie, ministro británico de nuclear y renovables. "Fortalecer los lazos con nuestros principales vecinos del norte de Europa como hemos hecho hoy, hará justamente eso, asegurando que la infraestructura sea resistente contra aquellos que puedan buscar amenazarla o perturbarla", añadió.

La protección de estas estructuras es vital no solo para la propia seguridad nacional sino también para la estabilidad económica y política global. Los países están cada vez más enfocados en mejorar la resiliencia de estas infraestructuras mediante acuerdos internacionales, mayor vigilancia y tecnología avanzada de monitoreo y reparación para contrarrestar o mitigar estas amenazas. En el terreno de la zona gris, el sabotaje es uno de los protagonistas y desde luego, hacer daño a estas infraestructuras en el lecho marino es una gran oportunidad y sería una gran victoria para los actores que suelen tirar la piedra y esconder la mano.