Ayer viernes concluyó la retirada de tropas estadounidenses de la base aérea de Bagram, la mayor en Afganistán, tras cerca de 20 años en las instalaciones, tal y como ha confirmado el Ministerio de Defensa del país centroasiático.
Fuentes del Ministerio han resaltado que se ha entregado el control de la base a las autoridades afganas, según ha informado la cadena de televisión Tolo TV, y fuentes oficiales estadounidenses han confirmado a la agencia alemana DPA el fin del repliegue.
La base, situada unos 70 kilómetros al norte de la capital afgana, Kabul, ha sido el principal centro de operaciones de Estados Unidos en el país centroasiático. Estados Unidos tiene previsto concluir su retirada el 11 de septiembre, 20 años después de los ataques del 11-S.
El repliegue está teniendo lugar en medio de un repunte de la violencia y las ofensivas de los talibán, a pesar del inicio en septiembre de las conversaciones de paz entre el Gobierno afgano y los insurgentes en la capital de Qatar, Doha.
En este contexto, fuentes citadas por Tolo TV han señalado que más de 20 personas han muerto en ataques ejecutados en la noche del jueves por los talibán en las provincias de Badajshán y Baghlan, situadas en el norte del país.
Por su parte, el Ministerio de Defensa ha asegurado a través de su cuenta en la red social Twitter que cerca de 130 presuntos insurgentes han muerto y cerca de cien han resultado heridos en operaciones llevadas a cabo durante las últimas 24 horas por parte de las fuerzas de seguridad.
El presidente del Alto Consejo para la Reconciliación Nacional de Afganistán, Abdulá Abdulá, advirtió el miércoles de que "la supervivencia del país está en peligro", al tiempo que pidió a los talibán impulsar el proceso de conversaciones para lograr un acuerdo de paz.
Así, arguyó que "con la retirada de las tropas extranjeras se ha recrudecido la guerra. Desafortunadamente, los talibán se han aprovechado de ello y la retirada de tropas extranjeras ha dejado de forma natural un vacío en algunas zonas", lamentó.
Los avances de los talibán, que han lanzado numerosas ofensivas durante los últimos meses, han provocado preocupación en el seno de la comunidad internacional ante la posibilidad de que las fuerzas afganas no sean capaces de hacer frente a los insurgentes y éstos acaben tomando el poder por las armas.
Denuncias de Rusia por los retrasos en las conversaciones de paz
Por otra parte, el Gobierno de Rusia ha denunciado durante la jornada que el grupo yihadista Estado Islámico está aprovechando los retrasos en las conversaciones de paz en la capital de Qatar, Doha, para concentrar sus fuerzas en Afganistán.
El ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, ha subrayado que "es importante prestar atención a Afganistán, donde Estado Islámico concentra de manera activa sus fuerzas aprovechando las imperdonables demoras en el proceso de preparación de las negociaciones de paz".
Lavrov, que ha mantenido una conversación durante la jornada con su homólogo de Bahréin, Abdulatif al Zayani, ha destacado que "es importante que aquellos en las estructuras de gobierno en Afganistán que intentan prolongar este proceso piensen en las consecuencias de estas acciones para su patria".
Por ello, ha incidido en que Moscú está en conversaciones en el seno de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva para proteger a los países de Asia central de la "amenaza directa y muy seria" que suponen las operaciones de Estado Islámico en Afganistán.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, afirmó a mediados de junio que grupos terroristas como Al Qaeda y Estado Islámico podrían necesitar únicamente dos años para restaurar sus capacidades para planear ataques contra Estados Unidos y sus aliados una vez se complete la retirada de tropas internacionales de Afganistán.