Anteayer, 20 de agosto, concluía a una hora de Moscú el "Foro Técnico Militar Army 2023", en teoría una Feria (similar a FEINDEF u otras) que expone las numerosas innovaciones de los principales fabricantes rusos de la industria de defensa, y que anteriormente, cada año, atraía a miles de visitantes y espectadores de todo el mundo.
Este año, y a causa de la invasión de Ucrania, Putin persigue muchos más objetivos, y por tanto, el despliegue ha sido mucho mayor.
Por un lado, intenta dinamizar -por medio de la industria defensa- la lastimada economía de Rusia, con un PIB en 2022 hundido un -2,1% y el rublo en "caída libre", y pagar los reiterados suministros y esfuerzos que la guerra solicita de su Industria, manteniéndola con exportaciones.
También pretende romper la tendencia de opinión suscitada en sus aliados, extendida con los primeros reveses de la guerra con Ucrania, sobre la inferioridad de material ruso frente al occidental. Y es que en muchas FFAA de países "clientes" de la industria defensa rusa se implanta la creencia de que el material OTAN (sobre todo aéreo) podría haber "barrido" de Ucrania al material ruso.
Además pretende intensificar lazos con países BRICs y allegados y, cómo no, dar un "chute" de moral a la sociedad rusa, donde cada vez se intensifican los esfuerzos en una represión interna, para evitar manifestaciones según llegan cadáveres y heridos.
Para conseguir estos objetivos se ha concentrado todo un despliegue político y de medios, algunos de los cuales son dignos de considerar para copiar.
El primero, ha sido un triple escenario de exposición, con base estática en su Disneyland militar (Patriot Park, su parque temático sobre las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa en la ciudad de Kúbinka); el segundo, las exhibiciones aéreas que se han realizado en la cercana base aérea de Kubinka, donde se han podido ver en acción las nuevas versiones de los cazas bimotores Sukhoi Su-57 y Su-35, así como los drones y los sistemas de defensa aérea y una extensa gama de misiles. Y, el tercero, las maniobras dinámicas terrestres realizadas en el campo de maniobras de Alabino, también cerca de Moscú, donde se han podido ver casi todo el catálogo de vehículos estrella, dedicados a la exportación: desde el nuevo tanque T-14 Armata al carro de combate T-90MS, los vehículos blindados sobre ruedas de transporte de personal BTR-82A, Z-STS Akhmat, etcétera.
Esta triple exposición, estática más las dos dinámicas, serían interesantes de contemplar por FEINDEF.
La segunda acción por parte del Kremlin ha sido la XI Conferencia de Moscú sobre Seguridad Internacional (MCIS). Con la participación de delegaciones de 59 naciones (un tercio del mundo actual) y de más de 3.000 políticos, militares y especialistas procedentes de Iberoamérica, Asia, Oriente Medio, África, y Europa que han asistido para escuchar las intervenciones y la opinión de países amigos y aliados del Kremlin.
La tercera, toda una serie de reuniones y pactos bilaterales (donde aparte de los consabidos Venezuela, Rusia y la India, estudian crear nuevas empresas mixtas para la producción de armas, y ha destacado el protagonismo de China, y ha tomado mucho protagonismo Bolivia).
Rusia persigue conocer las necesidades de armamento y logística terrestre, naval y aérea de los países amigos o aliados para intentar acuerdos de venta directa, pero sobre todo acuerdos de cooperación a largo. Estos acuerdos, más la exposición de material occidental capturado en Ucrania, intentan revertir el sentimiento negativo de sus aliados sobre el material -sobre todo de alto nivel tecnológico- ruso.
Y la cuarta, y cómo no, las famosas "noches moscovitas". Todos sabemos a lo que me refiero, argumento diplomático que Rusia explota y muy bien.
