Del Quad al J-AUKUS y el nerviosismo chino

El posible J-Aukus confirma la voluntad norteamericana de desplazar el centro de gravedad de su esfuerzo estratégico a la región Indo-Pacífico.

Ramón C. Riva.

Ex militar y experto en Seguridad.

Guardar

El Presidente de la República Popular China, Xi Jinping, en la Cumbre de Seguridad Nuclear en Washington (2016).
El Presidente de la República Popular China, Xi Jinping, en la Cumbre de Seguridad Nuclear en Washington (2016).

El 15 de septiembre de 2021 el presidente de Estados Unidos Joe Biden anunciaba la formalización de un acuerdo de cooperación en seguridad y defensa, y con las siglas AUKUS (de AUS, UK y US), compromete a Estados Unidos y a Gran Bretaña a compartir con Australia tecnología avanzada de defensa para reforzar las capacidades militares de este último frente a las “amenazas” -con tal potencial solo puede ser China- que les afectan en la región del Indo-Pacífico.

Y que en la práctica viene a convertir a Australia en una potencia nuclear más, con cinco submarinos nucleares que permitirán al país entrar, a partir de la próxima década, en el club de las naciones con sumergibles de propulsión nuclear que integran Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido, Francia e India.

Ya existía, a efectos de “dialogo” sobre la zona Indo-Pacifico, desde 2007 el QUAD, Diálogo de Seguridad Cuadrilateral, foro estratégico informal entre Estados Unidos, Japón, Australia e India que se mantiene mediante cumbres semi-regulares, intercambios de información y ejercicios militares entre países miembros.

En la realidad, AUKUS y QUAD son un freno a China en su política del Collar de Perlas y sus crecientes conflictos con otros países por su expansión en el mar de China, y que enfrenta a China con otros ocho países de la zona, delimitando sus aguas territoriales (Brunéi, Camboya, Indonesia, Malasia, Filipinas, Singapur, Taiwán, Tailandia y Vietnam) y lo que considera India (el gran rival de China como futura superpotencia alternativa a Estados Unidos) respecto al Collar de Perlas, que cree que este plan, junto con el Corredor Económico China-Pakistán y otras partes de la Iniciativa de la Nueva Ruta de la Seda de China bajo Xi Jinping, es una amenaza para la seguridad nacional de la India.​ El sistema rodearía a India y amenazaría su proyección de poder, su comercio y potencialmente su integridad territorial.

Si China considera que el AUKUS es la alianza anglosajona para mantener la presencia de Estados Unidos en la zona, ahora, con la invitación a Japón, para un supuesto y no confirmado JAUKUS, pone a la estructura de Xi Jinping en ‘ataque de nervios’.

Xi Jinping confiaba –según decían todos los pronósticos- en que China llegara a 2070 como la mayor potencia militar y económica del mundo, y ahora se siente amenazada demográfica y económicamente por India y militarmente, cada vez más, por las alianzas en su contra, en la zona.

El posible J-Aukus confirma la voluntad norteamericana de desplazar el centro de gravedad de su esfuerzo estratégico a la región Indo-Pacífico, donde estaría tratando de construir un contrapeso eficaz al irresistible ascenso de China.

Washington está trabajando en la creación de una arquitectura regional de seguridad a muchas bandas para el Indo-Pacífico en cuyo núcleo duro se sitúan sus aliados anglosajones.

Sería la nueva OTAN frente a OTIP, sin llegar al grado de compromiso que implica el Artículo 5 del Tratado de Washington (el principio que establece que un ataque a un miembro de la OTAN representa un ataque a todas las naciones de la organización).

Por eso el anuncio de que Japón (abril 2024) se une al PILAR 2 del acuerdo AUKUS junto con Australia, el Reino Unido y Estados Unidos, en la primera ampliación hasta la fecha de este pacto para compartir tecnología de defensa, ha alterado a China. Y más cuando está prevista una cumbre trilateral con el presidente filipino Ferdinand Marcos Jr., país con el que China mantiene continuos roces en las aguas del Mar Meridional de China que Pekín reclama casi en su totalidad y donde disputa, además del archipiélago filipino, territorios también con Malasia, Vietnam, Taiwán y Brunéi. Pekín alega razones históricas, pero en 2016 la Corte Permanente de Arbitraje dio la razón a Manila en su denuncia contra las reivindicaciones de las autoridades chinas, decisión que China se negó a acatar.

Mientras Australia trabaja en el desarrollo de submarinos nucleares bajo el “Pilar 1” de AUKUS, utilizando tecnología de Estados Unidos y el Reino Unido,  la participación de Japón en el “Pilar 2” de AUKUS, implica un mecanismo para compartir tecnologías avanzadas en defensa, abarcando campos como la tecnología cuántica, misiles hipersónicos e inteligencia artificial.