"¡Quiero vivir!": La herramienta de guerra cognitiva de los ucranianos

Esta iniciativa telefónica y online de Kiev, lanzada en septiembre de 2022, trata de permitir (y convencer) a los soldados rusos para que se rindan de forma segura.

Oscar Ruiz -Escudo Digital.

Experto en migraciones y analista internacional.

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Portada del periódico ucraniano 'Kyiv Post' sobre la línea telefónica y online "I Want to Live" (Foto: Captura Youtube Kyiv Post)
Portada del periódico ucraniano 'Kyiv Post' sobre la línea telefónica y online "I Want to Live" (Foto: Captura Youtube Kyiv Post)

Desde 2022, más de 300 soldados rusos se habrían rendido a Ucrania a través de la iniciativa telefónica y online de Kiev "Quiero Vivir".

Así lo ha anunciado esta misma semana Andriy Yusov, jefe de relaciones públicas de la Inteligencia de Defensa de Ucrania, en una comparecencia televisiva en la que destacó el impacto de la línea telefónica impulsada por el gobierno. Yusov también resaltó el aumento de soldados rusos en servicio activo que se ofrecen voluntariamente para apoyar a las fuerzas de defensa de Ucrania. Además, afirmó que algunos de los soldados que se han rendido han expresado su deseo de no ser intercambiados e incluso de unirse a las fuerzas de seguridad y defensa ucranianas.

La unidad de inteligencia militar de Kyiv (GUR), que lanzó la iniciativa, informó que un sitio web que acompaña a la línea telefónica ha sido visitado más de 48 millones de veces en 15 meses.

Línea telefónica "Quiero Vivir"

La línea telefónica "Quiero Vivir" es una iniciativa de la Inteligencia de Defensa de Ucrania (GUR) lanzada en septiembre de 2022, destinada a permitir (y convencer) a los soldados rusos para que se rindan de manera segura. Esta línea ha sido muy importante en el contexto del conflicto entre Rusia y Ucrania, ofreciendo un canal seguro para que los soldados rusos expresen su deseo de rendirse y, en algunos casos, incluso unirse a las fuerzas de defensa ucranianas.

Desde su creación, la línea ha recibido decenas de miles de llamadas y ha facilitado la rendición de cientos de soldados rusos. El proceso de rendición incluye instrucciones detalladas, como ondear una tela blanca, retirar los cargadores de sus armas, apuntar los cañones hacia el suelo y evitar el uso de armaduras y cascos. También se les asegura que, si desean ser repatriados en un intercambio de prisioneros, su documentación reflejará que fueron capturados y no que se rindieron voluntariamente​​.

El programa también incluye un chatbot donde los soldados pueden registrarse preliminarmente para su rendición. Posteriormente, los operadores de la línea organizan un plan de salida segura del territorio controlado por Rusia hacia el control ucraniano. Este proceso está diseñado para garantizar la seguridad y el bienestar de los soldados que se rinden, cumpliendo con las Convenciones de Ginebra, proporcionando tres comidas diarias y atención médica si es necesario.

¿Qué es la guerra cognitiva?

La guerra cognitiva es una forma de conflicto que se centra en influir y manipular las percepciones, pensamientos, emociones y comportamientos de las personas, utilizando una variedad de técnicas psicológicas y tecnológicas. Su objetivo es afectar la toma de decisiones y el control de la narrativa en beneficio del agresor, a menudo sin recurrir a la fuerza física directa. Esta modalidad de guerra se apoya en la información y la tecnología para alterar las percepciones de la realidad y socavar la cohesión social y la moral del enemigo.

Proteger a la OTAN ante la amenaza de guerra cognitiva

Características de la guerra cognitiva

Tal y como advierte la OTAN, las principales características de la guerra cognitiva son las siguientes:

  • Manipulación de la información. Uso de noticias falsas, desinformación y propaganda para influir en las creencias y percepciones del público.
  • Operaciones Psicológicas (PSYOPS). Empleo de tácticas diseñadas para afectar la psicología del adversario, incluyendo el uso de mensajes persuasivos y campañas de miedo.
  • Ciberataques. Ataques dirigidos a sistemas de información y redes de comunicación para interrumpir, manipular o destruir información crítica.
  • Influencers y redes sociales. Utilización de plataformas de redes sociales y personas influyentes para difundir mensajes y manipular la opinión pública a gran escala.
  • Ingeniería social. Técnicas para engañar a individuos y obtener información confidencial, manipular decisiones o sembrar desconfianza y división.
  • Inteligencia Artificial y algoritmos. Implementación de IA y algoritmos avanzados para analizar datos, identificar patrones de comportamiento y crear contenidos personalizados que influyan en los objetivos específicos.
  • Narrativas estratégicas. Desarrollo de historias y narrativas que refuercen los objetivos del agresor y debiliten la posición del adversario.
  • Compromiso civil-militar. Coordinación entre entidades civiles y militares para ejecutar campañas de influencia de manera coherente y eficaz.
  • Ataques a la moral. Estrategias para reducir la moral de las fuerzas enemigas y la población, promoviendo sentimientos de desesperanza y derrota.
  • Resiliencia cognitiva. Medidas defensivas que incluyen la educación y concienciación del público para resistir la manipulación cognitiva y las campañas de desinformación.

 

La guerra cognitiva es una forma sofisticada y multidimensional de conflicto que va más allá del campo de batalla tradicional, enfocándose en la mente humana como el principal campo de batalla. En una guerra de desgaste como la del conflicto Ucrania-Rusia, este tipo de herramientas se volverán vitales en el transcurso de los próximos meses.

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