El próximo 1 de octubre el actual Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, deberá de renunciar a su puesto de una manera irreversible después de haber pasado 10 años en un cargo que asumió en 2014. Una decisión tan importante, en un momento tan delicado como este, debe ser tomada con mucho cuidado. Y aunque los aliados casi han llegado a un acuerdo sobre la elección, todavía no está decidido.
Mark Rutte, quien ha sido primer ministro de los Países Bajos desde 2010, lidera todas las apuestas con el apoyo de 29 de los 32 miembros de la Alianza de Atlántica, incluido el jefe del asunto, Estados Unidos.
Pero Mark Rutte no es el único candidato. El presidente rumano Klaus Iohannis todavía está en la contienda después de presentarse en marzo, aunque tiene muchos menos seguidores que Rutte.
Otros posibles nominados, incluidos la primera ministra de Estonia Kaja Kallas y el ex ministro de Defensa del Reino Unido Ben Wallace, ya se han retirado de la carrera y ambos ahora apoyan a Rutte.
¿Cómo se elige al nuevo Secretario General?
Primero, consulta informal y candidatos
El proceso de selección comienza de manera informal con consultas entre los líderes de los países miembros de la OTAN. Estas consultas suelen involucrar discusiones entre embajadores, ministros de defensa, y ministros de asuntos exteriores de los países miembros. Se evalúan los candidatos potenciales basándose en su experiencia, competencias diplomáticas y su capacidad para liderar la organización en un contexto geopolítico complicado.
Segundo, criterios de selección
Los candidatos suelen ser figuras políticas de alto nivel, como ex primeros ministros, ministros de defensa o de relaciones exteriores. Es crucial que el candidato tenga un perfil que pueda equilibrar las diversas sensibilidades políticas y estratégicas dentro de la alianza. La nacionalidad del candidato también puede ser un factor, ya que los países miembros a menudo buscan un equilibrio regional y político en la selección.
Tercero, propuesta de candidatos
Una vez que se ha identificado un grupo de candidatos potenciales, los nombres son propuestos y discutidos entre los embajadores de la OTAN en Bruselas. Este proceso es altamente confidencial y se lleva a cabo con el objetivo de evitar divisiones públicas entre los miembros de la alianza.
Cuarto, consenso
El nuevo Secretario General debe ser elegido por consenso, lo que significa que todos los países miembros deben estar de acuerdo con la elección. Este requisito puede hacer que el proceso sea prolongado y complicado, ya que cualquier desacuerdo puede retrasar la decisión.
Quinto, nombramiento formal
Una vez que se alcanza el consenso, el Consejo del Atlántico Norte (NAC), que es el principal órgano de decisión de la OTAN compuesto por los embajadores de todos los países miembros, hace un anuncio formal sobre la elección del nuevo Secretario General. El NAC se asegura de que el candidato seleccionado sea el adecuado para representar y liderar la organización.
Sexto, período de transición
Después del anuncio formal, suele haber un período de transición durante el cual el Secretario General saliente trabaja con el entrante para asegurar una transferencia de responsabilidades sin problemas. Este período puede variar en duración, pero es crucial para mantener la continuidad en la gestión de la OTAN.
Séptimo, toma de posesión
El nuevo Secretario General asume oficialmente sus funciones en una ceremonia formal, que marca el inicio de su mandato. Durante su mandato, el Secretario General actúa como el principal portavoz y representante de la OTAN, coordinando las políticas y estrategias de la alianza y trabajando para fortalecer la cooperación entre los países miembros.
La tradición dice que el trabajo lo ocupa una figura política europea de alto nivel, y la duración usual del mandato es de cuatro años.
El momento del nombramiento, como comentamos al principio, es delicado, y algunos han temido que nombrar a un jefe de la OTAN demasiado anti-ruso podría aumentar aún más las tensiones con Moscú, un factor que podría haber jugado en contra de personas como la candidata Kaja Kallas, la primera ministra de Estonia, que podría considerarse una elección demasiado radical en cuanto a animadversión contra Rusia.
Mark Rutte es pro-Ucrania, pero ni demasiado moderado ni demasiado belicoso, Rutte parece el candidato en línea con el consenso y la firmeza de la OTAN en el asunto Ucrania-Rusia, pero sin arriesgarse a provocar al oso ruso.
Todas las miradas estarán puestas en las elecciones de EE.UU. previstas para noviembre, con algunos temiendo que el resultado pueda socavar la alianza transatlántica por completo por la llegada de Donald Trump, que ha instado a los aliados a alcanzar los objetivos acordados de gasto militar e incluso ha pedido a Rusia que ataque a aquellos que no lo hagan.
Pero, ¿vale la pena económicamente asumir estos puestos de altísima responsabilidad? Hemos investigado algunos de los cargos políticos, nivel nacional e internacional en el mundo y, aunque las cifras del sueldo solo representan el dinero que reciben por su trabajo, es difícil calcular el dinero que “no gastan” al ahorrarse comidas vivienda, vehículos y transporte, etc., y, como en el caso del secretario general de la OTAN, las prebendas fiscales y descuentos que recibe en muchas de sus gastos, pudiendo asegurar este autor (10 años en OTAN) que en la cesta de la compra en general te ahorras un 20%.
Sueldos de puestos gubernamentales
Presidente de los Estados Unidos, $400.000 anuales, además de beneficios adicionales y una cuenta para gastos.
Primer Ministro de Singapur, más de $1.6 millones anuales.
Canciller de Alemania, aproximadamente $369.727 anuales.
Primer Ministro de Australia, Alrededor de $549.229 anuales.
Presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos, aproximadamente $203.500 anuales.
Sueldos de Puestos en Organizaciones Internacionales
Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, actual Secretario General, tiene un salario mensual de 26.878.75 euros, lo que equivale a aproximadamente 322.545 euros anuales (alrededor de $350.000 USD). Este puesto incluye beneficios significativos y es libre de impuestos.
Secretario General de las Naciones Unidas, aproximadamente $227.253 anuales, además de beneficios adicionales.
Director Gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), alrededor de $467.940 anuales, junto con una asignación para gastos adicionales.
Presidente del Banco Mundial, aproximadamente $500.000 anuales, además de beneficios adicionales.
Directores Ejecutivos del Banco Central Europeo (BCE), entre $400,000 y $500.000 anuales.
Directores de agencias de la ONU (OMS, UNICEF, etc.), en el rango de $150.000 a $250.000 anuales, además de beneficios adicionales.