Los Juegos Olímpicos de París 2024, que comienzan el 26 de julio y concluyen el 11 de agosto, van a constituir el mayor evento deportivo jamás organizado en Francia. Las previsiones de visitantes a la capital del Sena se sitúan en 15 millones. El espectáculo obliga a una operación de seguridad sin precedentes.
Importante despliegue
Otras ciudades como Marsella, Burdeos, Lyon, Saint-Etienne, Niza, Nantes, Lille y Teahupo’o (en la Polinesia Francesa), también serán sede de importantes competiciones deportivas. El despliegue en distintas sedes plantea importantes desafíos de seguridad en un contexto global marcado por la polarización, el auge de los activismos y distintos conflictos bélicos. Esta situación ha motivado que el presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron, haya realizado un llamamiento a la denominada Tregua Olímpica, en clara evocación de la tradición de la antigua Grecia que buscaba la paz durante la celebración de los Juegos.
El despliegue de 20.000 agentes de seguridad privada por día, apoyados por fuerzas de seguridad, buscan garantizar la seguridad. Además, el Ministerio del Interior francés solicitó a 45 países que proporcionasen Policía para reforzar el operativo. En este sentido, por primera vez, más de 300 policías nacionales y guardias civiles españoles se han destinado a París para integrarse en los dispositivos de seguridad antiterrorista. Este esfuerzo coordinado busca limitar las posibles amenazas que un evento de tal magnitud puede suponer.
Catálogo de riesgos
La Unidad de Inteligencia y Prospectiva de Prosegur Research ha realizado un análisis de la situación para identificar las principales amenazas, tanto físicas como digitales, de la próxima competición deportiva:
Ataques terroristas. Recientemente, canales de difusión utilizados por islamistas radicales han señalado específicamente este evento como potencial objetivo de sus acciones. Como respuesta, desde el 24 de marzo, Francia mantiene en el país el nivel de alerta urgence attentat (NAA, Nivel de Alerta Antiterrorista) por el que las fuerzas de seguridad presentan un despliegue adaptado a esta amenaza.
Protestas sociales. Los Juegos Olímpicos son un espectáculo universal con audiencias que pueden superar los mil millones de telespectadores, lo que convierte este evento en un perfecto altavoz para las reclamaciones de distintos grupos sociales. Desde cuestiones internacionales como el conflicto entre Israel y Palestina, la guerra de Ucrania o el cambio climático, hasta cuestiones locales en una Francia agitada por las recientes elecciones legislativas.
Riesgos físicos para la salud. Como problemas derivados por golpes de calor, gestión de las masas de gente en el interior de los estadios o en las áreas con aglomeraciones. El correcto control de accesos resultará clave para evitar las avalanchas y eludir las intrusiones en las cuatro zonas perimétricas en las que los desplazamientos podrían quedar limitados o restringidos.
Criminalidad física y digital. La afluencia masiva de participantes, espectadores y turistas a las ciudades en las que se celebran los Juegos, sobre todo París, aumenta el nivel de riesgo criminal. Los hurtos en la vía pública y los robos en establecimientos hoteleros son los delitos más comunes. Dentro del ámbito tecnológico, están las ciberestafas, donde los criminales se centrarán en delitos digitales como la compraventa de entradas, su falsificación y las estafas en el alquiler de alojamientos, principalmente pisos turísticos.
Boicots. El carácter phygital (físico y digital) del evento trae consigo la posibilidad de que se produzcan boicots mediante el sabotaje de sistemas de telecomunicaciones que paralicen o deterioren su retransmisión o su continuidad. También en materia tecnológica se advierten los ciberataques dirigidos a robar información o alterar el evento.
Consejos
Prosegur Research recomienda a cualquier persona que vaya a asistir a la histórica competición que antes de viajar compruebe la veracidad de sus reservas y prevea el desarrollo de huelgas o manifestaciones que puedan alterar su desplazamiento. Una vez allí, es aconsejable cuidar las pertenencias tanto dentro del alojamiento como en la vía pública, así como mantenerse hidratado para combatir las posibles altas temperaturas. Por último, recomienda comprobar los gastos de la tarjeta de crédito o débito para asegurar que todos los pagos realizados son correctos. En caso de que se produzcan situaciones de caos, se aconseja mantener la calma y confiar en los expertos y las autoridades.