El próximo 75º aniversario de la OTAN se celebrará en Washington, del 9 al 11 de julio de 2024. Este evento no solo va a conmemorar el aniversario de la creación de la Alianza Atlántica en 1949, sino que también planea ofrecer a Ucrania un paquete de seguridad cuando la alianza celebre su cumbre este verano en Washington. Se habla (y mucho) de aprovechar esta oportunidad para incorporar oficialmente a Ucrania a la OTAN, aunque realmente se espera que no se acepte (por ahora) la solicitud de membresía de la nación, pendiente desde hace mucho tiempo, en medio de la invasión rusa.
La idea es que los 32 miembros entreguen en esa fecha “un paquete” que de forma bilateral servirán de apoyo a Ucrania y supondría un “empujón” definitivo para la futura adhesión de Ucrania a la OTAN. Lo que se quiere llevar a cabo es la institucionalización de parte del apoyo bilateral que actualmente se brinda a Ucrania para que no quede solo como una colaboración bilateral, colocándolo bajo el mando de la OTAN.
Aunque la Alianza Atlántica rechazó el año pasado en Lituania la solicitud de Volodymyr Zelenski en el año 2022 para que Ucrania entrara de lleno en la OTAN, sí que se ha estado ayudando a Kiev en forma de múltiples paquetes de asistencia económica y de personal, para ayudar y transformar los sistemas y el personal militar ucraniano, desde la tecnología y modos de la antigua Unión Soviética, hasta las tecnologías, protocolos y modos de combatir actuales de la Alianza Atlántica.
Evidentemente, la plena entrada de Ucrania en la OTAN es un asunto complejo y lleno de polémica debido a las discusiones sobre una posible escalada del conflicto con Rusia si este proceso ocurriera, porque esto permitiría a Kiev invocar la cláusula de defensa colectiva de la alianza, lo que podría desencadenar un conflicto regional/total con Rusia. Por el contrario, los más “audaces” argumentan que invitar a Ucrania a unirse a la alianza fortalecería la disuasión contra la agresión rusa y reafirmaría los valores de soberanía y defensa colectiva de la OTAN.
Ventajas e inconvenientes de la incorporación de Ucrania a la OTAN
Veamos algunas “ventajas e inconvenientes” sobre la idea de que la OTAN debería anunciar como nuevo miembro a Ucrania el próximo julio en las celebraciones de su 75 aniversario.
A favor de la entrada de Ucrania en la OTAN
Fuerte disuasión contra Rusia. Invitar a Ucrania a unirse a la OTAN enviaría una señal contundente a Rusia, mostrando a Moscú los altísimos costos de continuar con su agresión militar. Esta medida podría consolidar la seguridad de Ucrania y disuadir nuevas aventuras militares rusas.
Señal política. Una invitación formal a Ucrania reforzaría el liderazgo de Estados Unidos en la geopolítica global, no solo disuadiendo a Rusia, sino también enviando un mensaje a otras potencias como China sobre el precio a pagar de acciones y aventuras unilaterales.
Consideraciones morales. Apoyar la membresía de Ucrania en la OTAN sería un acto de respaldo a los principios de soberanía, integridad territorial y el derecho de las naciones a elegir su propio camino. Demostraría liderazgo moral y fortalecería las garantías de seguridad para Ucrania.
Motivaciones económicas. Con las sanciones a Rusia mostrando resultados limitados, la invitación a Ucrania ayudaría a reafirmar la relevancia e influencia de Occidente en la economía global, contrarrestando la narrativa de declive de Estados Unidos.
Herramienta definitiva para acabar con la guerra. La adhesión de Ucrania a la OTAN podría ser el medio más efectivo para disuadir la agresión rusa y, en última instancia, poner fin al conflicto. Esto alteraría el cálculo estratégico de Rusia, como se vio en el caso de Finlandia, y podría conducir a resoluciones diplomáticas.
En contra de la entrada de Ucrania a la OTAN
Efectividad cuestionable. Hay dudas sobre la capacidad de Ucrania para cambiar el curso del conflicto con Rusia, incluso con mayor apoyo militar. Persisten preocupaciones sobre el valor estratégico y las implicaciones a largo plazo de apoyar la candidatura de Ucrania en estas circunstancias.
Requisitos de admisión. Ucrania no cumple con todos los criterios de entrada a la OTAN, especialmente en cuanto a estándares militares. Estas deficiencias representan obstáculos significativos para la membresía y podrían retrasar o complicar el proceso de adhesión.
Compromisos del Artículo 5. La extensión del compromiso de defensa colectiva de la OTAN a Ucrania genera incertidumbre, especialmente ante los riesgos de una confrontación militar directa con Rusia. Esta reticencia refleja preocupaciones sobre las implicaciones de expandir las garantías de seguridad de la OTAN.
Riesgo de escalada. La admisión de Ucrania en la OTAN podría escalar el conflicto con Rusia, potencialmente llevando a una confrontación más amplia que involucre a los aliados de la OTAN. Esto podría provocar una respuesta más fuerte de Rusia y aumentar la probabilidad de un conflicto más extenso y costoso, acercando incluso la posibilidad de una guerra nuclear.
Comenzando por el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, que prometió que "Ucrania se convertirá en miembro de la OTAN" durante una visita a Kiev en abril de 2023, Ucrania no ha parado de recibir “invitaciones” para entrar en la Alianza Atlántica, aunque de manera oficiosa y cumpliendo primero con determinados requisitos. Por ejemplo, el presidente de EE.UU., Joe Biden, quien dijo el año pasado que la guerra con Rusia tendría que terminar antes de que Ucrania ingrese a la alianza.
75 aniversario de la OTAN, ¿punto de inflexión para la Alianza?
Además de los planes para Ucrania, el aniversario incluirá importantes anuncios estratégicos, tecnológicos y financieros. Se espera que se aborden temas como la producción en la industria de defensa, la coordinación de entrenamiento entre aliados y la modernización de capacidades militares, así como un mayor enfoque en los planes de defensa regionales para Europa.
Estos eventos y decisiones marcarán un hito en la historia de la OTAN, reafirmando su compromiso con la seguridad transatlántica y la cooperación entre sus miembros en un entorno global cada vez más desafiante.
Planes regionales
Estos planes están parcialmente destinados a guiar a los miembros de la OTAN cuando tomen decisiones de adquisición militar para garantizar que compren las capacidades correctas. Por ejemplo, un país podría ser responsable de tres tareas principales dentro de un plan regional y se esperaría que tome decisiones de adquisición en consecuencia.
"En última instancia, depende de ellos cómo gastar los recursos, pero tienen que responder a los planes regionales", agrego un alto funcionario de la OTAN.
Estos planes regionales no van a significar la firma de un contrato vinculante, pero ayudará a la industria de defensa a prever las necesidades a medio y largo plazo de la Alianza, conociendo con antelación la demanda de las naciones, al menos, a diez años vista.
Por supuesto, y con un posible presidente americano llamado Donald Trump a la vista, se va hablar y mucho del reparto de la carga económica en la Alianza. El 2% del PIB en Defensa será un punto importante de esta cumbre y se presionara a los (pocos) miembros que no tiene ya en marcha un plan para llegar y rebasar este objetivo fundamental.
El próximo julio todos los ojos estarán puestos en Washington para apuntar, sin dejarse nada, el golpe de efecto que, de una manera u otra, quiere dar la OTAN en su 75 aniversario, proyectando una suerte de “soberanía europea” en su seguridad y defensa de sus intereses, y un golpe de disuasión al Kremlin, mostrándole que el apoyo de Ucrania va a continuar en forma y tiempo.