El Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB) ha abierto un caso penal contra un científico residente en Moscú.
Se sospecha que Artem Khoroshilov, de 33 años de edad, ha llevado a cabo ataques de denegación de servicio distribuído (DDoS) en nombre de la agencia de inteligencia de Ucrania.
El FSB ha acusado al sospechoso de traición contra el país. Si es declarado culpable este físico podría enfrentar una sentencia de cadena perpetua. El servicio ruso asegura que el detenido ha confesado los cargos que se le imputan.
Algunos informes de medios de comunicación señalan que el físico contactó con los servicios especiales ucranianos después de que Moscú invadiera Ucrania y después recibió instrucciones para llevar a cabo ataques DDoS contra infraestructuras críticas rusas y recopilar datos sobre el personal militar ruso y el movimiento de equipos militares.
Rusia alega, además, que el sospechoso transfería de manera regular dinero y criptomonedas a cuentas de fondos registrados en Ucrania para la adquisición de armas y equipamiento militar para las fuerzas armadas ucranianas.
Aunque el arresto se ha dado a conocer esta misma semana se cree que el científico fue detenido hace algún tiempo, ya que los medios locales tienen imágenes en una ciudad nevada que corresponderían a los meses invernales, según explica The Record Media.
Otros 'traidores a la patria'
No se trata de la primera vez que la inteligencia rusa detiene a residentes locales sospechosos de ayudar a Ucrania. En julio un estudiante ruso fue declarado culpable de pasar la ubicación de las tropas rusas al servicio de seguridad de Ucrania, lo que le costó una condena de 5 años en una colonia de máxima seguridad.
Además, en octubre se detuvo a otros dos ciudadanos rusos en Siberia por llevar a cabo, presuntamente, ciberataques contra redes rusas en nombre de Ucrania. Si se les declara culpables quizás cumplan hasta 20 años de prisión por cargos de traición.