El cambio climático, omnipresente en nuestra sociedad actualmente, está transformando también nuestra forma de entender la seguridad nacional y la defensa.
Este fenómeno, que afecta tanto a los ecosistemas naturales como a nuestras actividades cotidianas, está redefiniendo el panorama de la seguridad global. Este artículo inaugura una serie dedicada a explorar cómo el cambio climático está impactando la seguridad de los Estados y las personas, y qué medidas se están tomando al respecto.
El cambio climático como "multiplicador de amenazas"
El Departamento de Defensa de Estados Unidos ha identificado el cambio climático como un "multiplicador de amenazas". Esto significa que fenómenos climáticos extremos, como el aumento del nivel del mar y tormentas más intensas y extremas, agravan las tensiones ambientales y los riesgos de seguridad existentes. Lloyd Austin, Secretario de Defensa norteamericano ha llegado a afirmar que casi todas las actividades del Departamento de Defensa norteamericano estarían en riesgo debido al cambio climático.
Las bases militares y la infraestructura crítica están cada vez más expuestas a los efectos del cambio climático. La Estación Naval de Norfolk en Virginia, la base naval más grande del mundo, enfrenta inundaciones frecuentes que dificultan las operaciones en el Atlántico y el mantenimiento de barcos y submarinos. El huracán Michael en 2018, causó daños severos en la Base Aérea Tyndall en Florida, con un costo de reconstrucción estimado en 3.6 mil millones de dólares. Además, la subida del nivel del mar amenaza instalaciones en Guam y las Islas Marshall.
Cadenas de suministro en peligro: la crisis de los semiconductores
Las severas inundaciones en Malasia en 2021, un hub crucial para el ensamblaje de semiconductores, contribuyeron a una escasez global de estos componentes vitales para tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial y los sistemas autónomos. Estas tecnologías son desde luego fundamentales para mantener la superioridad militar y la seguridad nacional.
La frecuencia y severidad de los desastres naturales están aumentando la demanda de recursos militares. Entre 2016 y 2021, el número de días de servicio del personal de la Guardia Nacional dedicado a combatir incendios forestales aumentó drásticamente debido a temporadas de incendios más largas provocadas por la sequía. Durante el huracán Sandy, el Departamento de Defensa distribuyó millones de comidas, galones de combustible y suministros médicos, demostrando su papel crucial en la respuesta a emergencias. Los impactos físicos del cambio climático aumentan la frecuencia, escala y complejidad de las operaciones de defensa y las hacen más costosas.
Migraciones masivas: el nuevo desafío geopolítico
El cambio climático también es culpable de desplazamientos masivos de personas, lo que aumenta las tensiones en regiones ya vulnerables. Un estudio del Banco Mundial advierte que 143 millones de personas en África subsahariana, Asia del Sur y América Latina podrían verse obligadas a migrar debido a los impactos climáticos. Estas migraciones masivas podrían sin duda desestabilizar países y regiones, creando nuevas crisis de seguridad a lo largo y ancho del planeta.

Guerra por los recursos: litio, cobalto y el Ártico en disputa
A medida que los países buscan reducir su dependencia de los combustibles fósiles y adoptar tecnologías más limpias, la demanda de minerales críticos como el litio y el cobalto está aumentando. Esta competencia por recursos también podría generar tensiones importantes entre naciones. Un ejemplo muy actual es la creciente preocupación en Occidente por el dominio de China en la producción de minerales críticos y su potencial uso como herramienta de poder geopolítico.
Por otra parte, el derretimiento del hielo en el Ártico está abriendo nuevas rutas marítimas y acceso a recursos naturales, aumentando el interés de potencias globales como Estados Unidos, Rusia y China, y con todo esto, la falta de un marco legal robusto para gobernar estas regiones podría llevar a conflictos por los territorios y recursos que guardan.
¿Solución o riesgo? La geoingeniería y la manipulación del clima
La geoingeniería, específicamente la inyección de partículas reflectantes en la atmósfera para mitigar el calentamiento global, es una opción cada vez más discutida. Sin embargo, la falta de regulación internacional sobre estas tecnologías conllevaría riesgos significativos. La manipulación del clima por un solo país alteraría sin duda los patrones climáticos globales, desencadenando sequías o incluso ser utilizada como arma.
Este artículo pretende ser el primero de una serie que explorará las complejas relaciones entre el cambio climático y la seguridad global. Desde las infraestructuras y la migración hasta la competencia por recursos y la ciberseguridad, el cambio climático ha llegado para redefinir lo que va a significar mantener la seguridad en el siglo XXI.
Los riesgos asociados al cambio climático están creciendo y el mundo no está en camino de cumplir los objetivos del Acuerdo de París. Tanto las amenazas directas que supone este fenómeno, como las amenazas indirectas (seguridad alimentaria y del agua, que provocarán disturbios y desplazamientos) nos confirman que estamos ante una importante amenaza a la seguridad nacional.