"Alguien acaba de ser devorado por un tiburón. ¡Oh, hombre! ¡Oh, no! Eso es una locura", grita un testigo en el vídeo que alguien estaba grabando al comprobar que un nadador ha sido atacado por un enorme tiburón blanco en Australia. Los hechos tuvieron lugar en la playa de Little Bay en Sidney (Australia), y el ataque fue presenciado por diversas personas. A pesar del miedo que provocan estos animales, no es tan frecuente como pudiera pensarse que estos hechos ocurran.
La víctima era un hombre de 35 años nacido en Wolli Creek, que sufrió heridas declaradas como catastróficas. Según un informe ofrecido por emergencias de Nueva Gales del Sur, que cerraron inmediatamente la playa de Little Bay en el el distrito de Malabar, una persona resultó gravemente herida como consecuencia del ataque sufrido y no pudieron hacer nada por salvar su vida.
Hay muchas menos muertes de las que se cree provocadas por estos animales
"Según las imágenes proporcionadas por el público, incluidos los relatos de testigos oculares, los biólogos de tiburones del DPI creen que un tiburón blanco, de al menos tres metros de largo, probablemente fue el responsable", informó en un comunicado el Department of Primary Industries (DPI).
El gran tiburón blanco es una especie de pez cartilaginoso lamniforme de la familia Lamnidae. Vive en las aguas cálidas y templadas de casi todos los océanos. Esta especie es la única del género Carcharodon que sobrevive en la actualidad. A nivel mundial se considera vulnerable en cuanto a peligro de extinción. Aunque la mayoría de las especies de tiburones son inofensivas para los humanos, sí que existen algunas especies como son el propio tiburón blanco, el tigre o el toro, que pueden atacar a un humano. Según un estudio dirigido por la Doctora Laura Ryan, investigadora de ciencias biológicas de la Universidad Macquarie de Australia los tiburones blancos suelen atacar a los surfistas al confundirlos con otras especies, tienen problemas de visión. Los humanos no son sus bocados más apetecibles.
Los ataques de tiburones son raros (menos de sesenta en el mundo en 2020). Los pocos incidentes que hay mantienen aún el terror asoociado a la ignorancia sobre las motivaciones del animal, especialmente cuando el ataque se produce sin provocación aparente, según el informe publicado en Interface en una revista de la Royal Society. Lo ocurrido convierte en ridícula la prohibición de nadar hace unos años en aguas de Alicante cuando una morena atacó a un bañista. No debemos olvidar que en el mar hay peces, y que no está exento de peligros.