El Servicio Nacional de Salud (NHS) británico de la Universidad de Manchester ha admitido haber brindado una atención médica negligente a un hombre que falleció de una parada cardiaca a los 40 años y que, para mayor desgracia, murió apenas unas horas antes de convertirse en padre. Así lo señala el diario británico Daily Mail en un artículo en el que explica detalles de esta dramática historia.
Según relata, el hombre, que se llamaba Thomas Gibson, perdió la vida el 7 de junio del año pasado, el mismo día que su pareja, Rebecca Moss, tenía programada una cesárea para dar a luz a su primer bebé, una niña de nombre Harper. Esa mañana, Rebecca se encontró a Thomas inconsciente en su casa de Manchester y, aunque trató de reanimarle mientras esperaba a los servicios de emergencias, sus intentos fueron en vano.
El hombre padecía una grave anomalía cardiaca, pero los médicos no la detectaron a pesar de haberle realizado un electrocardiograma tres semanas antes, después de que Thomas acudiera a urgencias con un virus estomacal. "Le realizaron una prueba de electrocardiograma que mostró resultados anormales, identificando un bloqueo cardíaco completo", indica el citado medio, apostillando que este bloqueo cardíaco es el más grave que existe y puede provocar una muerte cardíaca súbita, que es lo que le ocurrió a Thomas.
Desgraciadamente, los médicos pasaron por alto la anomalía y dieron el alta a Thomas con un tratamiento de seguimiento en relación con su virus estomacal. "El fideicomiso le dijo a la familia que debería haber sido admitido como paciente hospitalizado en cardiología y haberle colocado un marcapasos, lo que probablemente habría evitado su muerte", apunta el Daily Mail.
Ahora, casi un año después, el caso ha vuelto a saltar a la actualidad porque el Tribunal Forense de Stockport va a llevar a cabo una investigación para esclarecer el alcance de la negligencia.
"La muerte de Tom es el resultado de una mala interpretación de una prueba básica de función cardíaca"
Según la abogada de la familia, Charlotte Moore, "la muerte de Tom es el resultado de una mala interpretación de una prueba básica de función cardíaca". "Si el electrocardiograma hubiera sido interpretado correctamente, Tom habría recibido un marcapasos y se habría evitado su muerte prematura".
"El cumpleaños de Harper, que debería ser una ocasión feliz, siempre estará teñido de tristeza para Rebecca y Harper, debido a la pérdida de su amado compañero y padre", ha agregado la letrada.
Esta semana se va a desarrollar la investigación sobre el caso. Tanto la NHS como el centro médico que atendió a Thomas, el A&E de Wythenshawe, se han negado a hacer declaraciones para el Daily Mail.