Pablo Ramos es vicepresidente de ASEPAL y presidente del Comité Organizador de SICUR 2022, el Salón Internacional de la Seguridad que celebrará su vigesimotercera edición del 22 al 25 de febrero de 2022 en el Recinto Ferial de IFEMA y que sigue dando a conocer sus preparativos y novedades. Entre estas se encuentra el espacio que por primera vez dedicará a la Ciberseguridad, centrado en las soluciones y herramientas para la protección de la información, los sistemas y los datos de las empresas, ante las ciberamenazas.
Ramos ha respondido a las preguntas que desde la propia organización de la Feria le han realizado en relación a esta y a la evolución de la seguridad en España en los últimos años.
En lo que se refiere a las expectativas de SICUR, el presidente de la feria se muestra confiado en que “SICUR debe ser el altavoz, el canalizador e impulsor nacional e internacional de las empresas que participan en este evento. Es una de las ferias internacionales más importantes de la Unión Europea (UE) en lo que a seguridad se refiere, y debe ayudar a proyectar nuestra visibilidad y posición en el exterior de forma global, mostrando nuestra competitividad y fortaleza. Porque España cuenta con importantes empresas e instituciones que pueden liderar y están liderando en algunos casos la protección y seguridad sectorial a nivel internacional”.
Asimismo subraya la importancia del posicionamiento exterior de nuestras empresas de seguridad para su desarrollo: “SICUR 2022 debe ser un evento que se distinga por su capacidad de proyección y el posicionamiento de las empresas que participan, porque debemos apostar por competir y posicionarnos en el exterior. Sólo así conseguiremos crecer y conseguir empresas más fuertes, aspecto que debería convertir a SICUR en el futuro en un referente internacional en la UE frente a otros eventos semejantes”.
Preguntado por los principales escollos del sector tras la pandemia, señala que “siempre existen muchos retos que deberemos afrontar pero inicialmente, y desafortunadamente para algunas empresas de nuestro sector, el principal será estudiar su viabilidad. Como muchos otros sectores laborales, algunas empresas de nuestro entorno, ya sea como fabricante de alguno de los EPI no sujetos a la Covid-19 o empresas contra incendios que vieron reducidos sus proyectos a lo largo de 2020, tendrán que actualizar sus estructuras de acuerdo a su capacidad financiera después de muchos meses sin actividad o con carga limitada de producción. Las expectativas industriales y económicas de España tampoco favorecen el optimismo”.
Y ha añadido que “se trata de retos tan importantes o más que los que podamos plantear desde el punto de vista de la implementación y mejora de producciones o soluciones concretas de protección que puedan innovar en cuanto a la prevención y anticipación. En este sentido, no consideramos retos diferentes ‘post-pandemia’, porque somos un sector que debe estar en constante reinvención de soluciones de todo tipo que ayuden a mejorar la seguridad.”