Elegir una cámara de seguridad adecuada a las necesidades de cada caso es crucial antes de realizar cualquier inversión, pero ¿hemos pensado si estas tienen realmente la tarjeta adecuada? Kingston, empresa de productos de memoria y soluciones tecnológicas, señala algunos consejos para poder escoger la mejor opción, ya que factores como el tiempo que vaya a estar encendida la cámara, las condiciones climáticas donde estas se encuentren, o la manera en que se grabe, condicionan nuestra selección:
- Almacenamiento: depende en gran medida de cómo grabe nuestra cámara, si lo hace de forma continua o solo cuando detecta movimiento. También hay que tener en cuenta la resolución a la que va a grabar, ya que, a más resolución, más memoria vamos a necesitar. Lo apropiado es moverse en el rango de 32 a 512 GB, siendo este último el óptimo si nuestra idea es grabar a 4k o superior y de forma continua.
- Velocidad: la mayoría de las cámaras están pensadas para albergar en su interior tarjetas de tamaño microSD. Además, para nosotros solo es importante en este caso la velocidad de escritura de nuestra tarjeta, es decir, a la velocidad que graba (escribe) datos en su memoria. Para que nuestra cámara no tenga ningún problema a la hora de grabar, en HD o 4k y superiores, lo ideal es que optemos por una tarjeta que tenga una velocidad de escritura por encima de los 70 Mb/s y que soporte velocidades UHS-I (V30) al menos.
- Durabilidad: en este apartado, debemos tener en cuenta el desgaste de nuestra cámara, del que dependen varios factores: tiempo de grabación, intensidad, las condiciones climáticas y la ubicación (interior o exterior, calor, temperaturas gélidas, vientos fuertes, etc.). En función de estas variables, tendremos que optar por una tarjeta más resistente si vamos a tenerla al aire libre.