En Europa es más común, pero en España el fenómeno de los “destroza radares” ha permanecido a salvo hasta que ahora un conductor ha roto tres de estos dispositivos en menos de una semana en Málaga, ciudad en la que el Ayuntamiento tiene colocados hasta trece fijos, más los radares móviles operados por su Policía Local.
Para ser exactos, más que destrozarlos lo que el responsable de estos actos ha hecho es pintar la caja son pintura negra en spray, lo cual en caso de que le condenen a sufragar el coste de la reparación tendrá que asumir simplemente la limpieza de la caja blindada que los protegen en lugar de su reparación o sustitución.
Pintado o roto, pero vandalizado en cualquier caso, el Código Penal español, entre los artículos 263 al 267, contempla esta acción como un delito contra los bienes públicos y lo castiga con la multa y el coste del aparato, que oscila entre los 60.000 y los 70.000 euros por unidad, lo que en el caso que nos ocupa nos lleva al entorno de los 200.000 euros multa aparte.
En el otro extremos se encuentran muchos de los que se pronuncian por redes sociales sobre estos hechos, quienes lejos de castigar al responsable, a quien el Ayuntamiento de la ciudad andaluza está buscando, proponen que sea el próximo pregonero de las fiestas de Málaga.
Y es según para quién este vándalo es un héroe o villano. Aunque, si se le identifica, también podría ser ambas cosas y, por un lado, pagar de su bolsillo el arreglo más la multa y, por otro, si la mayoría de los vecinos lo piden, proponerle para que dé el pregón de su ciudad. Así todos contentos.