La sostenibilidad es un elemento que cada vez preocupa más a los consumidores y les condiciona en mayor medida en sus decisiones de comprar. Es algo que pone de manifiesto el último estudio que acaba de publicar EAE Business School.
De este trabajo se puede extraer que un 53,7% de los consumidores online considera que el actual e-commerce no es sostenible o duda de que lo sea. Solo uno de cada cinco encuestados cree que el e-commerce actual es sostenible, mientras que el 79,7% de los encuestados duda de la sostenibilidad del modelo actual.
El estudio también revela que 7 de cada 10 compradores online reconocen haber comprado productos por impulso, siendo este impacto mayor en los más jóvenes (9 de cada 10).
“El ecommerce se debe adaptar a varios retos: ODS, Pacto verde europeo, Estrategia Española de Economía Circular (EEEC), El proyecto de Ley de Residuos y Suelos Contaminados, El Real Decreto de envases y residuos de envases, Real Decreto para mejorar la gestión de residuos de pilas y acumuladores y de aparatos eléctricos y electrónic, o la Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario, Ley de Cambio Climático y Transición energética, además de Ley Rider, futura tasa google y la protección de datos”, advierte May Lopez, autora del estudio de EAE Business School.
Un detalle llamativo es que los envíos exprés (en menos de 24 horas) han aumentado por encima de un 10% cada año. El 15% de los compradores online desea recibir su pedido en el mismo día y el 86% de todos los repartos son solicitados a domicilio.
“Esto supone generar unos costes de hasta 3 o 4 veces mayores que los que supone vender los productos en los establecimientos. El quick-commerce tiene un mayor impacto medioambiental, por el incremento del número de desplazamientos con vehículos a media carga y requiriendo más vehículos para la entrega que por lo general son antiguos y muy contaminantes”, pone sobre la mesa la profesora de EAE Business School.
Además, López subraya que campañas de marketing como la del Black Friday supone un aumento de las incidencias y la ineficiencia, lo que implica "más entregas fallidas, más residuos, más devoluciones y al mismo tiempo mayor tráfico en las ciudades, con el evidente impacto directo e indirecto en la calidad del aire y en los accidentes de tráfico”.
No ser sostenible pasa factura
El estudio pone de manifiesto que más de la mitad de los consumidores (55,8%) ya han penalizado a las empresas poco sostenibles con su decisión de compra o están dispuestos a hacerlo. En este sentido, tres de cada cuatro encuestados valorarían el uso de un distintivo que identifique la sostenibilidad de las distintas tiendas de venta online.
“Es necesario crear modelos de negocio bajo el enfoque de Economía Esférica basado en la economía circular, en la que evitemos el consumo innecesario de productos desde el diseño hasta la vida final del producto, contemplando la huella de carbono y la economía colaborativa para la eliminación de consumo innecesario de recursos naturales", asegura la autora.
"Pero es necesario también un enfoque 360º, donde se tenga en cuenta la responsabilidad e impacto de la organización en los empleados, en los clientes, en los proveedores, en la sociedad y en el planeta. Donde las empresas y organizaciones crezcan de forma sostenible económica, ambiental y socialmente, beneficiando a la sociedad también”, concluye.