La UE está considerando enelevar a 10.000 euros el máximo para las compras en efectivo, una cantidad considerada por los expertos como razonable para mover la economía yfacilitar los pagos. Y, mientras tanto, paradójicamente, en España el Gobierno está empeñado en reducir el pago en efectivo a 1.000 euros, con toda la problemática de exclusión que eso conlleva, por ejemplo a la hora de pagar ganado en el campo, en lugares dónde hay cobertura, o simplemente porque hay personas que no quieren o no saben utilizar otros sistemas de pago, en una sociedad fuertemente bancarizada que cada vez va recortando más y más el número de oficinas y cajeros en pueblos y ciudades.
Lo dicho: laa Comisión Europea estudia la posibilidad de establecer un máximo de 10.000 euros para compras en efectivo en la UE con el fin de evitar que se usen estas transacciones para blanquear dinero de actividades ilegales, y en España se tramita el proyecto de Ley de Medidas de Prevención y Lucha contra el Fraude Fiscal para reducir el límite general de pagos en efectivo para las operaciones en las que alguna de las partes intervinientes actúe en calidad de empresario o profesional. Hasta ahora el límite era de 2.500, y se bajará 1.000 euros, manteniéndose en 2.500 euros para los pagos realizados por personas físicas.
Bruselas, que apuesta por el pago en efectivo, afirma que los 10.000 euros son un límite suficientemente alto como para no poner en cuestión el euro como moneda de curso legal ni afectar a la inclusión financiera
La comisaria de Servicios Financieros, Mairead McGuinnessmseñaló esta semana que el límite de 10.000 euros para el pago en efectivo podría incluirse en el paquete de nuevas iniciativas para luchar contra el blanqueo que la Comisión presentará en julio, ya que considera que es "suficientemente alto como para no poner en cuestión el euro como moneda de curso legal ni afectar a la inclusión financiera".
Además, la comisaria indicó que es "suficientemente bajo como para hacer más difícil que los criminales blanqueen largas sumas de efectivo" e insistió en que Bruselas reconoce “el papel vital del efectivo”. La Comisión presentará una propuesta para crear una autoridad europea contra el blanqueo de capitales que supervisará directamente a algunas entidades financieras que operan de forma transfronteriza y son de mayor riesgo.
Asimismo, convertirá en legislación aplicable directamente en los Estados las normas sobre blanqueo para el sector privado, con el fin deunificar criterios y evitar que cada país las incorpore a su ordenamiento jurídico con diferencias.