La Covid-19 reduce en más de un 12% las consultas de Urología

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Imagen de médicos.
Imagen de médicos.

La pandemia de la Covid-19 puede acarrear graves consecuencias a corto y medio plazo en algunas especialidades médicas como la Urología, según ha advertido el Grupo Hospitalario HLA haciendo alusión a dos cifras que preocupan a los profesionales. Por un lado, que el número de consultas urológicas se haya reducido en un 12,4% en lo que va de año. Y por otro, que las intervenciones quirúrgicas también hayan caído en un 25,66%.

"El retraso en el diagnóstico puede conllevar consecuencias muy graves en las probabilidades de curación del paciente", subraya HLA. En palabras del Dr. Ángel Tabernero, coordinador del área de urología del Hospital HLA Universitario Moncloa, "la patología sigue presente, aunque no sea diagnosticada".

El Grupo Hospitalario HLA también explica que los urólogos tratan el cáncer de próstata, el tumor más común entre los hombres y el segundo en mortalidad. Asimismo, destaca que este cáncer a veces no presenta síntomas y que sus probabilidades de curación se multiplican si el diagnóstico es precoz.

"Para evitar el retraso en el diagnóstico y, por ende, en el tratamiento, es esencial que la población siga acudiendo a realizarse las revisiones habituales, a pesar de ser asintomáticos, y si tienen síntomas urológicos, con mayor motivo", señala el Dr. Tabernero.

Además, el Grupo Hospitalario HLA advierte que existen otros tumores más agresivos que el de próstata, como el de vejiga, en el que es crucial la prevención. "Ante cualquier hematuria (sangrado al orinar) es muy importante acudir a urgencias o al especialista. Cuadros benignos como hiperplasias benignas de próstata (pacientes con problemas para orinar) o cólicos nefríticos por litiasis también pueden llegar a comprometer la viabilidad de los riñones".

Las repercusiones que puede tener el retraso en el diagnóstico

El portal Infosalud también ha abordado este mismo problema en un artículo que recoge la visión del especialista del equipo Urología Integral del Hospital Nuestra Señora del Rosario, el doctor José Manuel Duarte.

Duarte ha recordado que las repercusiones que puede conllevar el retraso en el diagnóstico y en el tratamiento dependerán de cada patología. Respecto a la oncológica, ha explicado que se debe valorar la agresividad de cada tumor y el impacto que puede tener el retraso de la cirugía en la progresión de la enfermedad.

En este sentido, ha señalado que en los tumores de vejiga no músculo-invasivos de bajo grado se puede demorar la cirugía sin riesgo entre 3 y 6 meses. Sin embargo, los de alto grado o los tumores que afectan al músculo deben ser intervenidos de forma más preferente.

En cuanto al cáncer de riñón, ha afirmado que "en los tumores de pequeño tamaño y limitados al riñón parece que demorar la cirugía entre 3-6 meses no afecta al pronóstico, mientras que en caso de tumores localmente avanzados deben ser asimismo intervenidos de forma preferente". Y, en lo que se refiere al cáncer de próstata, ha explicado que para los tumores de bajo riesgo se puede utilizar la vigilancia activa, mientras que en el riesgo intermedio o alto se puede demorar la cirugía entre 3-6 meses en la mayoría de los casos sin que se afecte a la evolución.

Eso sí, el doctor Duarte afirma que "cada paciente debe ser evaluado de forma individual valorando los riesgos y beneficios de ser intervenido en cada momento y decidiendo de forma conjunta con el médico la mejor opción según el caso".

Padecer coronavirus aumenta el riesgo de la cirugía

Por otra parte, el especialista del equipo Urología Integral del Hospital Nuestra Señora del Rosario ha señalado que ser intervenido estando infectado de coronavirus aumenta de forma muy significativa los riesgos y la mortalidad de la cirugía. "Por ello, todos los pacientes que van a ser intervenidos deben ser evaluados preoperatoriamente mediante un test de PCR para descartar infección", ha detallado.