Tanto para el toreo como para marcarse el baile más castizo, hay que arrimarse. Y ahora mismo, la distancia interpersonal recomendada es de dos metros, si queremos evitar el contagio del Covid-19. La fiesta madrileña de San Isidro Labrador, como tantas, peligraba desde hace tiempo, en cuanto se decretó el estado de alarma. Se sabía de sobra, pero la última esperanza no se ha perdido hasta esta misma semana, cuando se ha hecho oficial la lógica cancelación.
La temporada taurina ha quedado suspendida en la primera plaza del mundo, Las Ventas, de manera indefinida. También la celebración del patrón de Madrid, programada entre el 14 y el 17 de mayo. Las Vistillas no acogerán sus fiestas populares hasta, en principio, octubre. Adiós a las romerías, conciertos, verbenas y actividades familiares. Los festejos se reducirán a dos actos, y sin público, uno de ellos en el Palacio de Cibeles y otro en la Ermita del Santo.
En la Galería de Cristal del Ayuntamiento de la capital seentregarán las medallas de oro de la ciudad, una de ellas concedida al pueblode Madrid por su responsabilidad y solidaridad en esta pandemia provocada porel coronavirus. Por su parte, el Arzobispado de la ciudad ha organizado para eldía de San Isidro misas sin fieles en los templos, que se podrán seguir porInternet. Los devotos del patrón madrileño tampoco podrán acudir al manantial arecoger el agua de la fuente del Santo.
Medalla de Oro al pueblo de Madrid "por su responsabilidad y solidaridad en esta pandemia"
“San Isidro en tucasa” es el lema de la celebración virtual que ha organizado la juntamunicipal de Carabanchel, una emisión a través de Youtube desde las 10:00 horas,15 de mayo, con espectáculos de clown, circo, música, zarzuela y chotis. “Nohay celebración en la pradera, pero sí entretenimiento”, comentan.
Puesto a echar de menos, lo haremos incluso al mirar alcielo sin preocupación, dándonos igual la previsión meteorológica y si lalluvia - todos los años amenazante por estas fechas - va a dar tregua o no.Pero, de los clásicos, sí podemos salvar uno: entregarnos a las rosquillas (lastontas, más sencillas; las listas, bañadas con azúcar, limón o huevo batido; ylas de Santa Clara, recubiertas de merengue). Qué por comer no quede, que yaestamos bien entrenados - y entregados - en todas estas semanas de encierro.Así que es muy probable que el ambiente se traslade a las pastelerías y toquehacer cola; ya se sabe, con la distancia reglamentaria.
Mientras tanto, mantones, parpusas, pañuelos y claveles sequedan en los armarios. O no... Chulapas y chulapos también pueden lucirse enlos balcones y en los paseos (siempre respetando horarios y normas sanitarias).Los bocadillos de entresijos y gallinejas tendrán que esperar un poquito más,cuando Madrid llegue a la Fase 1 y vuelvan las terrazas, aunque al 50%.
En cualquier caso, ¡al rico barquillo! (confinado).
Y al organillo: 'Madriz, Madriz, Madriz'.