El Ministerio de Sanidad mantiene su postura de no realizar una vacunación masiva de toda la población, porque estima que el riesgo asociado a las enfermedades transmisibles “más frecuentemente relacionadas” con inundaciones, como infecciones de heridas, enfermedades transmitidas por agua y alimentos, leptospirosis y legionelosis, se considera “bajo para las primeras”, las infecciones de heridas, y “moderado para el resto”, sobre todo en las primeras fases de la emergencia, siendo bajo pasadas unas cuatro o cinco semanas del momento “agudo”, informa Servimedia
Por lo que respecta a las infecciones víricas respiratorias, enfermedades transmitidas por vectores e inmunoprevenibles, el riesgo califica de “bajo desde el principio de la emergencia”, si bien, según el departamento que dirige Mónica García, en el caso de las enfermedades transmitidas por vectores o las relacionadas con plagas como los roedores, “puede haber un repunte del riesgo a un nivel moderado a medio plazo”.
“La magnitud del impacto en la salud pública de estos eventos puede reducirse si se implementan medidas de gestión de la emergencia adecuadas, con medidas de mitigación y de respuestas oportunas y coordinadas para el control”, señaló
En cuanto a las infecciones, afirmó que en una inundación puede “aumentarse” el “riesgo” de contraer infecciones gastrointestinales por la ingesta de agua o alimentos contaminados, además de infecciones respiratorias por el paso de agua contaminada a las vías respiratorias a través de la ingesta o la inhalación.
Infecciones por heridas
“Otras de las principales infecciones que pueden aparecer son las infecciones de heridas producidas durante las inundaciones o en las tareas de limpieza”, añadió. También defendió que la administración “rápida” de primeros auxilios puede “ayudar” a “sanar heridas pequeñas y prevenir infecciones”.
Ante la aparición de heridas “menores”, urgió a lavarse las manos con agua y jabón y, si es posible, usar guantes desechables después del lavado para limpiar la herida y evitar tocarla. Además, instó a examinarla para comprobar si hay suciedad o cuerpos extraños, mojar con agua embotellada o limpia y limpiar con agua y jabón alrededor de la misma sin introducir suciedad en la herida, secarla sin frotar y con material limpio y cubrirla con una venda o un pañuelo limpio seco.
En paralelo, recomendó revisarla “cada día” y acudir a un profesional sanitario si se pone roja, se inflama o tiene secreciones, o ante la aparición de signos como fiebre, mayor dolor, dificultad para respirar, palpitaciones o confusión o aturdimiento, así como ante la presencia de objetos dentro de la herida.
Proliferación de artrópodos
Se debe vigilar la presencia de mosquitos, insectos y roedores. La proliferación de distintos tipos de artrópodos después de una inundación puede suponer “una serie de riesgos para la salud añadidos, especialmente en el medio y el largo plazo”.
“Algunos de ellos pueden generar importantes molestias a causa de su picadura, pero, además, existen determinadas especies capaces de actuar como vectores de enfermedades infecciosas con un impacto en la salud mucho más importante”, advirtió Sanidad, que, como medidas de prevención, sugirió evitar que los recipientes o utensilios recuperados acumulen agua, proteger con tela mosquitera o tapar los recipientes donde se almacene agua.
Asimismo, ve necesario guardar los alimentos en lugares limpios y protegidos del acceso de roedores y “desechar” los alimentos afectados por las inundaciones, colocar mosquiteras en ventanas y puertas y, en caso de observar una acumulación de mosquitos o la presencia de roedores, avisar a las autoridades.
En este contexto, quien ha estado expuesto a zonas inundadas o ha participado en tareas de limpieza, debe mantenerse “alerta” ante la posible presencia de síntomas como fiebre “elevada y persistente”, diarrea o vómitos “intensos o persistentes”, o si implican deshidratación, incluyendo sequedad de boca o disminución de la orina; dolor abdominal “intenso”, coloración amarillenta de la piel y/o los ojos u orina oscura.
Por otra parte, consideró importante atender a síntomas como tos “persistente” o “dificultad para respirar”, la presencia de erupciones rojas o púrpura en la piel que puedan indicar sangrado bajo la piel, dolor de cabeza “intenso” o “rigidez” de cuello, confusión, desorientación o agitación, heridas abiertas o lesiones, especialmente si presentan signos de infección o un nivel de estrés o ansiedad “que sobrepasa”.
Protección y prevención
En cuanto a medidas de protección y prevención, Sanidad reitera la relevancia de no dejar piel al descubierto para evitar heridas y su posterior infección, usar ropa larga y calzado “adecuado”, preferiblemente de goma.
Para evitar el contacto con agua contaminada hay que usar protección ocular, guantes, a ser posible de trabajo para evitar heridas, y mascarilla de tipo FFP2, N95 o quirúrgica. “Mantén siempre las manos limpias usando agua y jabón, especialmente antes de los descansos, de usar el móvil, de comer o al finalizar los trabajos de limpieza. Si no tienes jabón, puedes usar un gel hidroalcohólico siempre después de limpiar la suciedad visible con agua”, prosiguió el departamento de García, al tiempo que estimó “importante no tocarse la cara ni con los guantes ni con las manos sucias”.
Por último, volvió a desaconsejar la participación en las labores de limpieza a la población “vulnerable” e indicó que las labores de limpieza y desinfección deben realizarse “con buena ventilación, preferentemente con ventanas y puertas abiertas”.