El síndrome del teléfono apagado puede definirse como “el estrés que experimentan las personas que se encuentran en búsqueda activa de empleo y cómo hacen frente a la ausencia de respuesta de las solicitudes laborales enviadas”. Así cartografía esa sintomatología Óscar Fajardo, especialista en comportamiento humano y social, con más de 20 años de experiencia en el ámbito de la empresa y colaborador de Generación SAVIA.
Efectos del síndrome del teléfono apagado
El caso es que el síndrome del teléfono pagado puede generar en quien lo padece efectos psicológicos como aislamiento social, ansiedad, depresión, pérdida del sentido de la identidad y reducción de la confianza y la autoestima. Este problema se expresa con gran virulencia en los profesionales sénior (personas con amplia experiencia en el ámbito laboral y habilidades avanzadas en su campo de trabajo) desempleados, debido a su compleja realidad en el mercado laboral. Según la última EPA (Encuesta de Población Activa, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística de nuestro país), un 30 por ciento de los desempleados en España tiene más de 50 años. Además, cuatro de cada diez profesionales senior sin empleo han empleado más de 12 meses buscando una oportunidad laboral, sin éxito en la tarea.
Credenciales del Proyecto SAVIA: visibilizando a los profesionales senior
La alerta sobre los problemas que comporta el síndrome del teléfono apagado corresponde a la Fundación SAVIA. Hablamos de un proyecto sin ánimo de lucro liderado por Fundación Endesa. La actividad de la Fundación se centra en cinco ejes de actuación: educación, formación para el empleo, biodiversidad urbana, cultura y voluntariado corporativo. El proyecto SAVIA se enmarca dentro del área de formación para el empleo.
El síndrome del teléfono apagado representa un reto mayúsculo para los profesionales senior, las fundaciones como Savia que promueven la formación y la empleabilidad para este colectivo así como para el tejido empresarial y el conjunto de la sociedad. Óscar Fajardo, especialista en comportamiento humano y social y colaborador de la Fundación Savia lo explica con mucha perspectiva: “Hemos creado una sociedad 'trabajo-céntrica' en la que se produce una absoluta identificación entre el ser y el trabajar. La desaparición del puesto de trabajo implica también la desaparición de uno de los ejes más importantes en los que la persona apoya su identidad. La consecuencia es la pérdida de una posición clara en el mundo, el bloqueo por no tener claro hacia dónde ir”.
Nos parece de gran utilidad la función que cumple la Fundación Endesa, cuyo cometido se centra en favorecer un cambio cultural de calado (tan necesario como esencial) sobre un colectivo que se cifra en alrededor de 925.900 profesionales mayores de 50 años (de acuerdo a los datos extraídos de la EPA del primer trimestre 2023) que han sido desligados prematuramente de sus empleos. Se trata de una propuesta de modificación cultural de largo alcance, que Endesa nutre con soluciones al tejido social y empresarial español (PYMEs, startups y ONGs) al que la fundación de esta compañía energética acerca a grandes profesionales, que pueden aportar grandes dosis de talento y experiencia para el crecimiento y desarrollo de los ecosistemas empresariales y de la productividad e inclusividad social de las empresas.
Pautas para mitigar y resolver el síndrome del teléfono apagado
Ana Aceituno, coach ejecutiva, entrenadora de la calidad humana y colaboradora de Generación SAVIA, admite haber experimentado este síndrome y reconoce su huella en la salud mental. Para atemperar estos efectos, la mentora detalla que “es importante buscar apoyo emocional, desarrollar estrategias para afrontarlo de manera saludable y mantener una mentalidad positiva para sobrellevar esta etapa de la búsqueda de empleo de manera efectiva”.
Por su parte, Óscar Fajardo, experto en comportamiento humano y social que colabora con la Fundación SAVIA, apunta cuatro ejes que permiten afrontar la sensación de invisibilidad laboral por parte del colectivo de profesionales senior:
- Fijar y cultivar un hábito cotidiano de autocuidado y búsqueda activa de empleo para mantener la motivación. En esa dirección, resulta recomendable hacer actividades que contribuyan al desarrollo de destrezas profesionales, formación en competencias y optimizar el perfil profesional.
- Labrarse el apoyo social: hablar con amigos, familiares y otras personas en situaciones similares nos puede aportar consuelo emocional y perspectivas diversas, al tiempo que ampliamos oportunidades laborales, fortaleciendo la red de contactos cercanos.
- Plantearse metas profesionales realistas, en lugar de centrarse sólo en la espera de una llamada. En esa línea, resulta relevante marcarse objetivos específicos y manejables para centrar la búsqueda de empleo, lo que contribuye a estar enfocado y estimular la motivación.
- Cultivar el bienestar emocional: la práctica de aficiones, el ejercicio regular, las técnicas de relajación o la búsqueda de ayuda profesional son actividades que pueden aportar serenidad y bienestar emocional.
Por qué es importante integrar al colectivo de profesionales senior en el tejido empresarial de un país
Integrar al colectivo de profesionales senior en el tejido empresarial resulta capital por varias razones. En primer lugar: su experiencia y conocimiento acumulados a lo largo de décadas pueden servir como valioso recurso para impulsar la innovación y el crecimiento económico de las compañías que integran o pueden integrar. Además, al mantener a los profesionales seniors activos en el mercado laboral, se promueve la diversidad generacional y se fomenta la transferencia de conocimientos a las generaciones más jóvenes, asegurando así la continuidad y la mejora de las prácticas empresariales. Esto contribuye a una sociedad más equitativa y sostenible, al aprovechar plenamente el potencial de todas las edades en el mercado laboral.
Ejemplo inspirador de reinvención laboral
Buena prueba de ese valor que aporta al conjunto de la sociedad los profesionales senior es el caso de Julio Estalella. Hablamos de un ingeniero sevillano que, tras 27 años de trayectoria profesional, vio finalizar su carrera en el sector de la energía y la infraestructura. “Ya nadie me cogía el teléfono, fue un momento de grandes desilusiones porque me di cuenta de que la gente ya no estaba ahí”, relata.
No obstante, Estalella ejercitó la inventiva para encontrar soluciones imaginativas y las encontró en un vídeo que le inspiró sobre cómo crear salsa de tabasco. “A partir de ahí mi vida profesional cambió, encontré la forma de hacerle frente a un problema al que me estaba costando encontrar solución, el síndrome del teléfono apagado”. A raíz de esa epifanía, fundó Salsas Quietud, un negocio de salsas picantes que se ha internacionalizado y con el que ha logrado comercializar en dos años más de 10.000 botes.