El pasado 17 de noviembre se cumplieron cinco meses de la desaparición de Edwin Isaías Ayala Sabil, un hombre de 30 años de nacionalidad hondureña que ese mismo día se convirtió en padre por tercera vez, de una niña llamada Adriana.
Edwin, jornalero de profesión, desapareció en Bolaños de Calatrava (Ciudad Real) en extrañas circunstancias, según relata el Periódico de España contando con el testimonio de su mujer, Yadira Quintanilla.
"Yo había pasado la noche con dolores, Edwin ese día no iba a trabajar. Pasé por el Ayuntamiento a solucionar un trámite del empadronamiento y él se fue con la bici. A las dos de la tarde me llamó preguntando cuánto iba a tardar y si seguía encontrándome mal: 'amor, ¿ya vienes?'", recuerda Yadira.
"Media hora después volvió a llamarme, me dijo que había bajado al chino a comprar un refresco para la comida y me preguntó si yo quería zumo. Le dije que estaba llegando y nos despedimos con un 'ahora nos vemos', pero ya nunca nos vimos", añade.
Desde entonces, la única pista fiable que ha recabado Yadira de lo que hizo Edwin justo antes de desaparecer se la aportó el encargado del establecimiento chino, quien le contó, según cuenta ella misma, que "mi marido estuvo allí, que hizo una llamada de teléfono y que después de comprar se quedó sentado en un banco en la puerta".
Poco después, Yadira llegó a casa y se dio cuenta de que Edwin ya no estaba, por lo que estuvo llamándole "una y otra vez, sin parar", pero siempre le saltaba el mensaje de que el teléfono estaba apagado o fuera de cobertura.
El teléfono es, junto a una bicicleta, lo único que llevaba Edwin cuando desapareció. Dejó atrás su dinero, su NIE, su pasaporte, el resto de su documentación, su ropa… Y, además, el móvil que llevaba era un modelo antiguo, sin internet ni GPS, por lo que "no se puede rastrear", lamenta Yadira. "Hace un tiempo se le rompió su móvil y estaba usando uno viejo que no tenía ni acceso a internet", explica.
El día de su desaparición, Edwin iba vestido con un pantalón de chándal azul marino, una camiseta también azul marino y unas deportivas negras, según detalla el aviso difundido por la Asociación SOS Desaparecidos.
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Fuente: sosdesaparecidos
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De ese día, Yadira también recuerda que, a las seis de la tarde, tras tres horas tratando de localizar sin éxito a su marido, "ya no podía soportar el dolor y pedí a una amiga que me llevara al hospital. Esa misma noche nació Adriana".
Descarta una desaparición "voluntaria", que es la principal hipótesis de la Guardia Civil
Yadira también ha contado que ella llegó a España el pasado mes de enero, después de que Edwin lo hiciera unos meses antes para tratar de buscar "una vida mejor para él y su familia".
"En cuanto el hombre encontró trabajo en la provincia de Ciudad Real, su mujer vino para instalarse con él. En Honduras, en casa de sus familiares, la pareja dejó a sus otros dos hijos, de 9 y 14 años, a los que esperaban poder traer pronto a España", prosigue contando el Periódico de España.
"Los llamábamos todos los días, a mediodía y por la noche, a pesar de la diferencia horaria. Sin falta. Además, Edwin también hablaba con su madre, por la que siente devoción. Por eso sé que no ha desaparecido voluntariamente, jamás dejaría de contactar con ella y con nuestros hijos", asegura Yadira.
Por el contrario, la desaparición voluntaria es la principal hipótesis que baraja la Guardia Civil para explicar la ausencia de Edwin. "Me dicen que seguramente se ha ido a trabajar a otro pueblo, pero no hay ninguna constancia de ello. Nadie lo ha visto desde aquel día, nadie sabe nada. Y yo sí que sé que él no desaparecería así el día que su bebé nace", asegura Yadira, que apunta "él amaba a la bebé ya desde antes de que naciera, estaba deseando conocerla y no llegó a hacerlo".