El hijo mayor del matrimonio fallecido el pasado domingo junto al resto de su familia en su vivienda en la localidad sevillana de Guillena no se hallaba en el domicilio en el momento en que se originó el fuego. El joven, de 21 años de edad, regresaba al hogar tras una fiesta en el municipio. Nada más percatarse de lo que estaba sucediendo entró en casa para intentar rescatar a sus padres y hermano.
Pero ninguno de los cuatro salió con vida. Los vecinos de la familia explicaron que fue el joven el que dio la voz de alarma cuando abrió la puerta de la casa. “No se lo pensó y se metió dentro para salvar a los suyos”. El joven residía en Sevilla, pero esa noche decidió quedarse a dormir en casa de sus padres.
Intentos desesperados
El gran dispositivo de seguridad que se montó en torno al suceso y los intentos desesperados de los vecinos por intentar ayudar no consiguieron evitar la tragedia. Tres dotaciones de bomberos de los municipios vecinos de Ronquillo y Santiponce, los servicios sanitarios del 061 y los efectivos de Guardia Civil y Policía Local resultaron inútiles contra la rapidez con la que se extendió el fuego por la vivienda de dos plantas.
Los cuerpos de los cuatro miembros de la familia fueron encontrados juntos en la parte posterior de la casa, señal de que pretendieron salir a la terraza para poder subir por una escalera a la azotea.