La lucha de una madre para saber si las redes influyeron en el suicidio de su hijo, de 14 años

Ha peleado para que las empresas le dieran datos que esclarecieran la muerte, pero no lo ha conseguido. Lo que sí ha logrado es cambiar la ley.

Guardar

Ellen Roome con su hijo Julian 'Jools' Sweeney | Foto: Ellen Roome
Ellen Roome con su hijo Julian 'Jools' Sweeney | Foto: Ellen Roome

Ellen Roome, una mujer británica cuyo hijo de 14 años se quitó la vida en 2022 en extrañas circunstancias, lleva meses luchando contra las empresas de redes sociales para que le entreguen su historial de búsqueda porque la única razón que encuentra es que participó en algún reto online que salió terriblemente mal, siendo la causa de su muerte.  

Roome, de 48 años y residente en la ciudad inglesa de Cheltenham, encontró el cuerpo sin vida de su hijo, Julian 'Jools' Sweeney, en su habitación el 13 de abril de 2022. Jools no había mostrado ningún síntoma de que sufriera algún problema y el forense no dictaminó que muriera por suicidio porque no pudo demostrar que estuviera en "estado de ánimo suicida", según contó Ellen a Sky News el pasado mes de mayo. Por aquellas fechas, su historia atrajo la atención de diversos medios británicos y ahora ha sido recogida por El País en un extenso reportaje en el que ha contado con la colaboración de Roome.  

Investigación policial y lucha contra las redes sociales 

Según ha indicado, en un primer momento ni ella ni su familia se plantearon que la actividad de su hijo en las redes sociales pudiera haber influido en su fallecimiento y "dejamos que la policía hiciera su investigación". Pero esa investigación policial no dio resultado. Los agentes no accedieron al móvil de Jools hasta pasados unos meses y la encargada de la investigación concluyó que tras "revisar algunos de los elementos [del móvil] no hay nada de qué preocuparse". Sin embargo, Roome considera que la investigación no se ha llevado a cabo correctamente "ni que se hayan revisado todas las cuentas". De hecho, la familia de Jools descubrió más tarde que el joven tenía cuentas secundarias en Instagram o TikTok, así como cuentas en aplicaciones que no conocían, como Discord.

Tras la insatisfactoria actuación policial, Roome comenzó su batalla para tratar de conseguir que varias compañías de redes sociales le facilitasen los datos que necesita para tratar de arrojar luz sobre el motivo de su muerte. En su conversación con El País se refiere únicamente a sus peticiones a Meta y TikTok, que no le han dado la información que les solicitaba y para ella no tienen moral. Meta le ha acabado proporcionando algunos datos, pero no ha incluido ni sus mensajes ni sus datos de navegación. Y TikTok se reunió con ella en una videoconferencia, pero Roome señala que "fue inútil" porque le dijeron que borraban los datos después de un año o durante ese mismo año. "No me creo nada de lo que dicen", declara. 

Una propuesta que ha conseguido cambiar la ley 

Tras la falta de respuesta de las compañías, Roome recurrió a la política lanzando una petición ciudadana para que los padres/tutores tengan derecho a que los proveedores de redes sociales les den acceso a las cuentas de redes sociales de sus hijos, tanto si están vivos como si han fallecido. Esta propuesta superó las 100.000 firmas necesarias para ser objeto de debate en el Parlamento británico y, tras las elecciones generales del pasado mes de julio, el Gobierno inglés la contempló introduciendo varios cambios en su Ley de Seguridad Online 2023. Estas modificaciones incluyen la obligación de conservar los datos cuando una autoridad lo pida y, sobre todo, la agilidad y la transparencia al responder. "Deberán establecer políticas sobre la divulgación de información a los padres con respecto a las actividades en línea de un niño fallecido en un formato claro, accesible y suficientemente detallado en sus términos de servicio", dice el Gobierno inglés en su respuesta a la petición ciudadana de Roome

Como apunta El País, estos cambios no sirven en el caso de Jools y la única alternativa que tiene su familia es acudir a un tribunal para obligar a la policía a reiniciar la investigación y que un juez pida esa información a las tecnológicas. Pero eso cuesta mucho dinero, por lo que han iniciado una campaña de recaudación en Gofundme que aspira a conseguir 80.000 libras (algo más de 95.000 euros) y que de momento está muy lejos de su objetivo. 

"Jools decidió terminar con su vida a los 14 años. Puede que no sea por las redes sociales, pero como madre, siento que debería tener un derecho humano a explorar todas las opciones para buscar respuestas sobre por qué mi hijo ya no está. Esto incluye obligar a las empresas de redes sociales a entregar todos los datos sobre los niños. ¿Cómo pueden nuestros hijos firmar términos y condiciones a los 13 años cuando somos nosotros los adultos responsables de ellos, y aun así no tenemos el derecho de ver nada?", apostilla Roome.