China y EE.UU. disputan la carrera mundial por liderar los robotaxis

Analizamos cómo China y EE.UU. se disputan la hegemonía global en la conducción autónoma y describimos claves de innovación y desafíos tecnológicos.

Pedro Fernaud

Periodista

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Robotaxi de Waymo | Foto: Waymo.com
Robotaxi de Waymo | Foto: Waymo.com

La carrera por conseguir el dominio en la tecnología de los robotaxis está en pleno apogeo, con China y Estados Unidos a la cabeza de la competición. Se trata de un escenario apasionante. Por un lado, está China, que está demostrando su capacidad para desarrollar un servicio componente de automóviles autónomos que operan como taxis, gracias a su sólida industria de vehículos eléctricos y al fuerte apoyo gubernamental. En virtud de estas fortalezas, el Gigante Asiático ha logrado avances significativos en la implementación de robotaxis en sus ciudades. Por otro lado, figura Estados Unidos, siempre una garantía en articular mercados competitivos, aunque, en este ámbito, el "país de las oportunidades" se enfrenta desafíos regulatorios y financieros. De cualquier modo, hablamos de una nación que sigue siendo líder en innovación tecnológica.

A continuación, exploramos las ventajas y desafíos que ambos países encaran en su afán por liderar el mercado de los robotaxis.

¿Cómo funcionan los robotaxis?

Los robotaxis son vehículos autónomos diseñados para operar como taxis sin necesidad de un conductor humano. Estos vehículos utilizan tecnologías avanzadas como inteligencia artificial, sensores LIDAR (Light Detection and Ranging, es decir, detección y localización por luz), cámaras y sistemas de navegación GPS para reconocer el entorno. El LIDAR, en concreto, emplea pulsos de luz láser para medir distancias y crear mapas tridimensionales en tiempo real, siendo clave para la percepción del vehículo: permite detectar y clasificar obstáculos, medir con precisión la distancia a otros objetos y generar modelos 3D del entorno. Hablamos de tecnología que posibilita tomar decisiones en tiempo real y transportar pasajeros de manera segura.

Además, estos vehículos suelen ser eléctricos, lo que los hace más sostenibles y respetuosos con el medio ambiente. Su desarrollo responde a la necesidad de reducir los accidentes causados por errores humanos, optimizar el tráfico urbano y ofrecer una alternativa más económica y accesible al transporte tradicional. Según un informe de IDTechEx, el mercado global de robotaxis podría alcanzar un valor de 174.000 millones de dólares para 2045, con una tasa de crecimiento anual compuesta del 37% entre 2025 y 2045.

¿Dónde hay robotaxis?

Actualmente, los robotaxis operan en varias ciudades del mundo, especialmente en Estados Unidos y China. En EE.UU., empresas como Waymo (de Alphabet) y Cruise (de General Motors) lideran el sector, ofreciendo servicios en ciudades como San Francisco, Phoenix y Los Ángeles. En China, compañías como Baidu y Pony.ai están a la vanguardia, con flotas activas en urbes como Pekín, Shanghái y Shenzhen. Estas empresas han implementado pruebas públicas y servicios comerciales, aunque en áreas limitadas y bajo estrictas regulaciones. Además, países como Singapur y Emiratos Árabes Unidos también están explorando esta tecnología, con iniciativas como los robobuses de WeRide en Abu Dabi.

El desarrollo de los robotaxis está siendo impulsado por adelantos tecnológicos y grandes inversiones. Algunas cifras ilustran el esfuerzo que representan esos avances. Waymo, por ejemplo, ha acumulado más de 20.000 millones de millas en pruebas simuladas y reales, consolidándose como líder en autonomía. En China, Baidu ha desplegado más de 400 robotaxis en Wuhan, y destaca por su capacidad de expansión. Sin embargo, persisten desafíos como la aceptación pública, la regulación y la rentabilidad. Según Alejandro Olivares, director de Ingeniería, Desarrollo e Integración de Módulos en Motional, "la tecnología autónoma es atractiva, pero lo que importa es llegar del punto A al punto B de forma segura y cómoda". Entre los expertos de esta industria existe consenso en que el sector promete transformar la movilidad urbana, pero su éxito dependerá de superar estos retos y de la colaboración entre gobiernos, empresas y ciudadanos.

Cómo se están desarrollando e implementando los robotaxis en Europa

En Europa, el sector de los robotaxis se encuentra en una etapa inicial, con previsiones de crecimiento hacia 2030, cuando se espera que haya alrededor de 10.000 vehículos autónomos operando en el continente. Países como Francia, Alemania y España lideran la adopción de esta tecnología, con inversiones en investigación y desarrollo, al tiempo que conforman marcos regulatorios favorables. Sin embargo, aún quedan importantes desafíos por resolver, como una infraestructura insuficiente y la aceptación social, que podrían ralentizar su expansión.

En el Viejo Continente funcionan empresas como Rimac, a través de su filial Verne, que está construyendo una fábrica de 28.500 metros cuadrados en Zagreb (Croacia) para producir taxis autónomos que comenzarán a operar en 2026. Además, Tesla planea introducir su robotaxi Cybercab en Europa para 2027, con un diseño futurista sin volante ni pedales. España, por su parte, explora la posibilidad de integrar esta tecnología en sus ciudades. Según una encuesta elaborada por Periodismo 2030, el 67% de los madrileños imagina un futuro en el que las calles de Madrid estén llenas de taxis autónomos. Esto refleja un interés creciente, aunque aún queda mucho por hacer para que los robotaxis sean una realidad cotidiana en Europa.

El matiz adverso del desarrollo de la conducción autónoma por parte de Cruise

Lo cierto es que la movilidad autónoma, que hasta hace no mucho era un sueño futurista, ya se ha convertido en una realidad tangible, con empresas como Waymo, Zoox, y WeRide liderando el sector. Estas compañías han demostrado que la confianza en la tecnología autónoma, respaldada por rigurosas pruebas y una infraestructura robusta, puede transformar la forma en que nos desplazamos en las ciudades. Sin embargo, no todos los intentos han sido exitosos. Empresas como Cruise, respaldada por General Motors, han enfrentado problemas financieros y decisiones estratégicas erráticas que han llevado al colapso de sus programas más ambiciosos.

La cuestión es que los robotaxis no dependen únicamente de la tecnología avanzada, sino también de la capacidad para integrarla en un ecosistema real que combine la confianza del consumidor y de los peatones, el soporte regulatorio y modelos de negocio sostenibles. La disparidad entre los éxitos de algunas empresas y los fracasos de otras ofrece valiosas lecciones sobre la importancia de la ejecución, la adaptabilidad y la coherencia en la innovación disruptiva.

Claves de la competición entre China y Estados Unidos por liderar los robotaxis

La carrera entre Estados Unidos y China por el dominio en la tecnología de robotaxis está en plena competencia, con ambos países realizando significativas inversiones en innovación y desarrollo. China parece tener ventaja gracias a su sólida industria de vehículos eléctricos a bajo coste, lo que permite ofrecer precios más competitivos en el mercado de los robotaxis. Además, el gobierno chino ha sido proactivo a la hora de apoyar el desarrollo de vehículos autónomos, con regulaciones menos restrictivas que las de muchos países occidentales, lo que ha acelerado el despliegue de robotaxis en ciudades chinas.

¿Y cuáles son las ventajas que tiene Estados Unidos en el campo de la conducción autónoma? Tu Le, fundador de Sino Auto Insights, afirma que "Estados Unidos todavía adelanta a China en varias de las tecnologías que sustentan áreas clave de la conducción autónoma, como el aprendizaje automático y los sensores".

Empresas chinas como Baidu, AutoX y startups como WeRide y Pony.ai tienen ambiciosos planes de expansión, con objetivos de ingresar en mercados como Singapur, Oriente Medio y Estados Unidos. Estas empresas han logrado avances significativos en la tecnología de conducción autónoma, lo que les permite ofrecer servicios cada vez más competitivos.

No obstante, la competencia no está exenta de desafíos. En EE.UU., empresas como Cruise, de General Motors, han enfrentado problemas significativos, incluyendo la suspensión de operaciones tras incidentes de seguridad. Estos contratiempos han ralentizado el progreso en el mercado estadounidense, aunque no han detenido por completo el avance de la tecnología.

Aun así, la dinámica empresarial de algunas empresas estadounidenses del sector parece declinante. Otro caso relevante en clave norteamericana es el de Ford, que ha cancelado Argo AI, su proyecto de robotaxis en colaboración con Volkswagen. Mientras tanto, compañías chinas como Pony.ai están expandiendo sus flotas. Tanto es así que la propia Pony.ai ha anunciado recientemente sus planes para aumentar su número de robotaxis de 250 a 1.000 unidades, en asociación con el fabricante GAC.

La realidad es que, en términos de capacidad de para construir y desplegar robotaxis en entornos urbanos, China parece liderar la carrera. Pero EE.UU. sigue siendo un competidor de primer nivel, con claras fortalezas en seguridad y innovación. En cualquier caso, parece claro que la competencia entre ambas potencias continuará impulsando el desarrollo de esta tecnología, lo que podría traducirse en una oferta más diversa y asequible para los consumidores en el futuro.

La experiencia de una periodista en un coche autónomo de Waymo

El artículo "How robotaxis are trying to win passengers' trust" ("Cómo los robotaxis intentan ganarse la confianza de los pasajeros"), escrito por Martine Paris para la BBC, examina cómo las empresas de vehículos autónomos buscan ganarse la confianza de los pasajeros. La autora relata su experiencia en un vehículo autónomo de Waymo en San Francisco, donde destaca que la tecnología se ha vuelto una presencia familiar en la ciudad. En el interior del vehículo, Waymo aplica estrategias para generar confianza, como dar la bienvenida a los pasajeros por su nombre, reproducir música al comenzar el trayecto y mostrar en una pantalla el mapa de la ruta, junto con opciones para ajustar la temperatura o el audio. Otra pantalla muestra en tiempo real lo que los sensores detectan alrededor del vehículo, permitiendo a los pasajeros ver lo mismo que "ve" el automóvil. Con esto Waymo quiere, en resumidas cuentas, que los usuarios confíen en él.

En conclusión, la carrera por el robotaxi sigue su curso, con un futuro en el que seguramente se consolide una mayor diversificación en la oferta de servicios de movilidad autónoma. La capacidad para equilibrar ambición, seguridad y una ejecución adecuada será crucial para definir el transporte urbano del mañana y, en muchos casos, la fisonomía de las ciudades. En este contexto, la competencia entre China y Estados Unidos repercute en el fortalecimiento de la industria y genera interesantes condiciones para la expansión de esta tecnología motora autónoma en el resto del planeta.