Hace pocos días publicamos en Escudo Digital que China había lanzado el Documento 79, una directiva gubernamental que resuena como una clara declaración de cambio en las relaciones tecnológicas internacionales, especialmente con los Estados Unidos. Este movimiento, apodado "Eliminar A" (Eliminar América) no es solo una política, es una declaración de independencia tecnológica que busca redefinir el panorama tecnológico global.
La tensión geopolítica entre Washington y Pekín se recrudece en la conocida como la "guerra de los chips" (Chip War), y que gira en torno a la industria crítica de los semiconductores. Esta no es solo una guerra comercial, sino una contienda estratégica que tiene y tendrá amplias implicaciones para el liderazgo tecnológico global y la seguridad nacional de ambos países.
EE.UU. ha implementado restricciones de exportación y sanciones para frenar los avances tecnológicos y militares de China. En respuesta, China persigue la autosuficiencia en la fabricación de semiconductores con inversiones estatales significativas y políticas (Documento 79) para aumentar la producción nacional de chips y reducir la dependencia de tecnologías extranjeras.
El sector de los semiconductores es crucial, ya que sustenta varios sectores desde la electrónica de consumo hasta sistemas militares avanzados, siendo un punto focal de las estrategias de seguridad nacional. EE.UU. y sus aliados, reconociendo la importancia estratégica de los semiconductores, buscan limitar el acceso de China a las tecnologías de fabricación de chips más avanzadas.
Los semiconductores
Los semiconductores son materiales que tienen propiedades eléctricas intermedias entre los conductores y los aislantes. Estos materiales son fundamentales en la fabricación de dispositivos electrónicos como transistores y circuitos integrados, que son los componentes básicos de casi todos los aparatos electrónicos modernos.
En el ámbito civil, los semiconductores se utilizan en una gran variedad de aplicaciones, desde teléfonos inteligentes y computadoras hasta electrodomésticos y sistemas de transporte, facilitando tecnologías como la comunicación móvil, la computación y el entretenimiento personal.
En el ámbito militar, los semiconductores son esenciales para sistemas avanzados de armamento, comunicaciones y vigilancia. Permiten el desarrollo de tecnologías críticas como los sistemas de guía de misiles, radares, drones y otros equipos de defensa, los cuales dependen de la precisión y la fiabilidad que estos componentes proporcionan. La capacidad de procesar y transmitir información rápidamente y con alta precisión hace de los semiconductores un recurso estratégico en la defensa nacional.
Las respuestas de China al bloque norteamericano incluyen no solo el aumento y desarrollo de capacidades internas, sino también la búsqueda de sortear las restricciones de EE.UU. mediante alianzas globales alternativas e innovaciones tecnológicas. Las empresas chinas avanzan rápidamente en tecnología de semiconductores, desafiando la dominancia estadounidense y buscando adelantarse en este tipo de industria.
La rivalidad entre Estados Unidos y China en el campo de los semiconductores está impulsando innovaciones e inversiones a nivel global, ya que los países reconocen la importancia estratégica de tener una industria de semiconductores resilientes y capaz. Sin embargo, esto también suscita preocupaciones sobre la escalada de barreras comerciales y la potencial desconexión de los sectores tecnológicos globales, lo que podría llevar a ineficiencias y aumentar los costos para consumidores y empresas en todo el mundo.
Entonces podríamos aseverar que la "guerra de los chips" es más que una mera disputa comercial; es uno de los frentes centrales en una rivalidad estratégica más amplia que define la nueva era de la competencia entre grandes potencias. El resultado de esta lucha determinará mucho sobre el futuro del liderazgo tecnológico global, la seguridad económica y la dinámica de poder internacional.
Como afirma Chris Miller en su libro “CHIP WAR”, “los semiconductores rivalizan con el petróleo como un recurso geopolítico crítico. Estados Unidos ha logrado mantener su supremacía en el sector pese a que los países asiáticos han destinado miles de millones de dólares a elaborar sus propios semiconductores. Sin embargo, la dependencia de la producción extranjera, junto con las ambiciones chinas de convertirse en líder tecnológico mundial, se oponen al dominio estadounidense”. Miller cree que la guerra de semiconductores entre China y Estados Unidos se centrará en Taiwán, la potencia mundial y principal productor de los semiconductores más avanzados.