Diez puntos fundamentales para alcanzar el bienestar digital

Las buenas prácticas contribuyen a mejorar la salud mental y a reducir la huella de carbono.

Antonio M. Figueras

Periodista y escritor.

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El bienestar digital tiene que ver con cambiar los hábitos.
El bienestar digital tiene que ver con cambiar los hábitos.

El I Decálogo de Bienestar Digital, realizado por ING con la asesoría de Manuel Armayones, doctor en Psicología e investigador en la relación entre la salud y el uso de las tecnologías, y Esther Paniagua, periodista, autora y profesora especializada en el impacto social y medioambiental de la digitalización, está incluido dentro del proyecto Bienestar Digital: La vida digital que SÍ. Menos contaminante, menos estresante.

Estos consejos de buenas prácticas pretenden visibilizar y concienciar acerca de las consecuencias de la contaminación digital y los efectos que el consumo excesivo del mundo digital causa en la salud y en el planeta. Se busca además fomentar el bienestar digital de la sociedad. Y dejar patente que la tecnología ha mejorado nuestra calidad de vida y así debería seguir siendo.

1. Tomar conciencia

Solo el 5,6% de la población tiene consciencia de la contaminación que internet y las tecnologías digitales producen. El mejor ejemplo: si internet fuera un país, se estima que estaría entre el cuarto y el sexto más contaminante del mundo. Algunos estudios incluso señalan que los españoles dedican al día más tiempo ante las pantallas que durmiendo. Ser consciente del impacto medioambiental y en la salud mental que tiene internet favorece la motivación para adquirir nuevos hábitos digitales.

2. Apagar el móvil en momentos clave

Aunque el 62,6% de las personas reconocen la importancia de apagar el móvil en momentos clave, solo el 39,6% lo hace habitualmente. Este pequeño cambio puede tener un efecto transformador. Si se activa el modo avión en momentos en los que se precisa concentración, se pueden eliminar distracciones. Se trata de un hábito que a largo plazo puede permitir disfrutar más, cultivar tiempo de calidad y fortalecer las relaciones sociales.

3. Practicar limpiezas digitales

El 60% de los emails que se reciben ni se abren. También se guardan imágenes que nunca se utilizan, hasta un 83%. Limpiar la galería de fotos de los dispositivos y de la nube, eliminar los correos electrónicos antiguos o prescindibles, desactivar la descarga automática de archivos en aplicaciones de mensajería o borrar contenido de las redes sociales periódicamente contribuye a la sostenibilidad del planeta.

4. Evitar divagar en redes sociales

Las redes sociales han modificado la forma de interactuar, compartir contenido y relacionarse con el mundo. Se deben, no obstante, aplicar normas sociales cívicas online. Algunos ejemplos: evitar publicar a deshora o no consultar el móvil cuando se está hablando con alguna persona. También favorece los buenos hábitos fijar un tiempo de uso máximo. Las buenas costumbres sirven para la reducción de la huella de carbono.

5. Personalizar o silenciar las notificaciones

Cada notificación recibida supone que el cuerpo libera dopamina, la hormona vinculada a la recompensa y el placer, lo que genera la necesidad de estar siempre conectados. Silenciar notificaciones en aplicaciones que no sean de extrema necesidad o reducirlas a casos muy concretos ayuda a limitar el estrés y mejorar la salud mental.

6. Evitar la luz azul antes de dormir

La frecuencia de tiempo ante las pantallas (móvil, ordenador, televisión) es cada vez mayor. ¿Quién no revisa el teléfono antes de dormir? Pues es una hábito que afecta negativamente a la higiene del sueño. Por eso se aconseja evitar los dispositivos al menos dos o tres horas antes de acostarse.

7. Reducir las descargas y envíos

Cada vez que se descarga un GB de datos o se guarda algo en la nube, se emiten 7 kilogramos de CO2 y utilizan 200 litros de agua para refrigerar los centros de datos. Además, enviar un email con un archivo adjunto consume tanta energía como dejar una bombilla encendida durante 24 horas. Si se reflexiona sobre las consecuencias de determinados actos, un pequeño gesto puede terminar ayudando a salvar el planeta.

8. Evitar el consumo impulsivo y el abuso de ciertas herramientas

A veces las pantallas se convierten en un 'scroll infinito'. Ver videos en bucle representa más del 65% del tráfico mundial de datos. La interacción de likes, reacciones y retuits; el uso de asistentes de inteligencia artificial (IA); el blockchain de las criptomonedas y las NFT, todas son acciones que producen un exceso de huella de carbono. Reducir el uso compulsivo de estas herramientas resulta ecológico.

9. Elegir servicios responsables

Si se usan buscadores, la opción más ecológica puede tener una huella de carbono hasta un 74% menor que la de otros. Los más sostenibles ayudan a reducir el consumo de electricidad y agua, y las emisiones de CO2.

10. Desconectar para reconectar

Dedicar tiempo a actividades sin pantallas permite la reconexión con uno mismo. El equilibrio entre conectividad y descanso puede contribuir a mejorar el bienestar mental, social y medioambiental. El objetivo consiste en encontrar refugios de bienestar digital.

El estudio ha sido realizado por ING entre los meses de mayo y junio de 2024 a una muestra de 1.000 personas entre 18 y 65 años. Bienestar Digital: La vida digital que SÍ. Menos contaminante, menos estresante es una iniciativa que incluye la pieza audiovisual Yo tampoco lo sabía, protagonizada por Jesús Calleja, y el podcast de ficción Delete.