A pesar de la “marcha atrás” de algunas grandes empresas tecnológicas respecto a su política de teletrabajo, esta modalidad laboral sigue contando con gran apoyo entre buena parte de la sociedad. Según datos de IDC, solo un 2% de las empresas cree que la productividad disminuye con el trabajo híbrido y son muchos los trabajadores que exigen poder contar con esta fórmula a la hora de desarrollar su trabajo.
En mayor o menor medida, la figura del “nómada digital” se ha extendido, especialmente en el sector tecnológico y de la consultoría. Entre las empresas que crecen más de un 15% anual, solo un 22% de los empleados trabajan únicamente en la oficina. Ahora bien, ¿cuál es el lugar elegido para vivir por estos nuevos profesionales?
Está claro que la atracción de nómadas digitales comporta grandes beneficios para las ciudades que los acogen. No solo en forma de nuevos impuestos y mayores ingresos, sino también en forma de innovación y desarrollo, pues los perfiles de estos trabajadores suelen una perfil creativo y una carácter motivador.
España, con más 3.000 horas de luz solar al año, se posiciona como uno de los destinos más atractivos para teletrabajar, pero no es solo cuestión de sol y playas, hay otros factores que pueden resultar determinantes, como la buena calidad de la fibra óptica, la seguridad física y o altos niveles de ciberseguridad, que sitúan a nuestra nación en la más alto de los rankings en estas tres materias. Existen, además, seguros específicos para cualquier tipo de emergencia informática.
Quizás por ello, cuatro ciudades españolas se sitúan entre las 5 mejores urbes para teletrabajar, según un estudio realizado por la empresa ‘Compare the market’. Se trata de Sevilla, Barcelona, Madrid y Valencia, únicamente superadas por Londres como mejor destino de Europa para trabajar a distancia.
Para elaborar este ranking, los autores han analizado varios factores como la velocidad de la banda ancha, el número de espacios de coworking, las atracciones y el precio del café. Con estos parámetros, España ha copado la parte alta de la clasificación (que evalúa a 45 ciudades europeas) con cinco ciudades en el top 10.
La más recomendada es Sevilla, que ocupa el segundo puesto con la banda ancha más rápida de Europa (255.13 Mb/s) y un café asequible por solo 1.61 euros. Le sigue Barcelona, que cuenta con 189 espacios de coworking y algunos lugares emblemáticos como la Sagrada Familia o el Parque Güell para disfrutar después del trabajo.
Madrid y Valencia les siguen en la lista, con miles de atracciones y precios razonables. Valencia ofrece además la oportunidad de relajarse en la playa, a pocos pasos de la ciudad, y la tercera velocidad de banda ancha más rápida del top 10 europeo (166.64 Mb/s).
Budapest ocupa la sexta posición, con un precio medio de la cerveza en Budapest de sólo 2,07 euros (el cuarto más barato de nuestra lista europea), por lo que -señala el estudio- una visita a esos bares en ruinas después del trabajo es imprescindible.
Roma, Chisinau, Zaragoza y Nápoles completan el top 10, con la capital de Moldavia como la opción más barata de todas como lugar de trabajo. Por una taza de café en Chisinau, hay que pagar unos 1,39 euros y por una cerveza aún menos, 1,25 euros.
Aparte de España y los países del Este, Italia también goza de buena representación, con Roma, Nápoles y Palermo en las posiciones 7,10 y 11. Sin embargo, hay que ires mucho más abajo para encontrar representación de Francia (parís en el puesto 19) o Alemania (Berlín, 21). Los países nórdicos, pese a su prosperidad, ocupan los últimos puestos de la tabla (Estocolmo, 43; Copenhague, 45)