Relojes del envejecimiento: los dispositivos que intentan predecir cuánto vas a vivir

Estos dispositivos prometen medir la edad biológica y ayudar a identificar fármacos antienvejecimiento.

Gonzalo Díaz Bonet.

Especialista en Tecnología y Sostenibilidad.

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Se pueden predecir muchas cosas, como el coste económico de un ciberataque antes de que se produzca. Pero no es tan fácil predecir cuantos años vamos a vivir. Eso es precisamente lo que pretenden hacer unos dispositivos que han sido bautizados como “relojes del envejecimiento”. 

La edad es mucho más que el número de cumpleaños. El estrés, el sueño y la dieta influyen en el modo en que nuestros órganos soportan el desgaste de la vida cotidiana. Estos factores pueden hacer que envejezcas más rápido o más despacio que las personas nacidas el mismo día. Esto significa que nuestra edad biológica puede ser muy diferente de nuestra edad cronológica, es decir, el número de años que llevamos vivos.  

Y la edad biológica es, para muchos expertos, un mejor reflejo de la salud física e incluso de la propia mortalidad que la edad cronológica. Pero calcularla no es tan sencillo. Los científicos han dedicado la última década a desarrollar herramientas denominadas relojes del envejecimiento, que evalúan los marcadores de su cuerpo para revelar su edad biológica. 

La gran idea que subyace a los relojes del envejecimiento es que, en esencia, indican cuánto se han degradado nuestros órganos y predicen cuántos años de salud nos quedan. Sin embargo, entre los cientos de relojes de envejecimiento desarrollados en la última década, la precisión varía mucho. Y los investigadores siguen enfrentándose a una cuestión vital: ¿qué significa ser biológicamente joven? 

La mayoría de los relojes de envejecimiento calculan la edad biológica de una persona basándose en patrones de marcadores epigenéticos, en concreto, en unas etiquetas químicas denominadas grupos metilo que se encuentran en el ADN y afectan a la expresión de los genes. El patrón de metilación en miles de sitios del ADN parece cambiar con la edad, aunque no está claro por qué. 

Algunos relojes prometen predecir la duración de la vida estimando cómo ha envejecido el cuerpo de una persona, mientras que otros actúan más como un velocímetro, siguiendo el ritmo del envejecimiento. Se han desarrollado relojes para órganos específicos del cuerpo y para múltiples especies animales. 

El primer reloj del tiempo 

Según revela un artículo publicado en MIT Technology Review, el primer reloj epigenético del envejecimiento se desarrolló en 2011, cuando Steve Horvath, de la Universidad de California en Los Ángeles, se ofreció voluntario para participar en un estudio con su hermano gemelo idéntico, Markus. El estudio buscaba marcadores epigenéticos en muestras de saliva que pudieran explicar la orientación sexual. (Steve es heterosexual y Markus es homosexual).  

Como bioestadístico, Horvath se ofreció a analizar los resultados y no encontró ninguna relación con la orientación sexual. Pero también buscó vínculos entre la edad de los voluntarios y los marcadores epigenéticos. "Me caí de la silla, porque la señal era enorme para el envejecimiento", dice. Descubrió que los patrones de metilación podían predecir la edad de una persona en años, aunque las estimaciones diferían unos cinco años de la edad cronológica de cada persona. 

Desde entonces, Horvath ha trabajado en relojes de envejecimiento. En 2013 desarrolló el reloj homónimo de Horvath, que sigue siendo uno de los relojes de envejecimiento más conocidos en la actualidad, y que él denomina reloj "pan-tejido" porque puede estimar la edad de prácticamente cualquier órgano del cuerpo. Horvath construyó el reloj utilizando datos de metilación de 8.000 muestras que representaban 51 tejidos corporales y tipos celulares. Con estos datos, entrenó un algoritmo para predecir la edad cronológica de una persona a partir de una muestra celular. 

Otros grupos han desarrollado relojes similares, y en la actualidad existen cientos. Pero Horvath calcula que menos de 10 se utilizan ampliamente en estudios con humanos, sobre todo para evaluar cómo la dieta, el estilo de vida o los suplementos pueden afectar al envejecimiento. 

Medir la edad  

En 2018, Horvath y otros investigadores desarrollaron un reloj basado en nueve biomarcadores, incluidos los niveles sanguíneos de glucosa y glóbulos blancos, así como la edad de una persona en años. Utilizaron datos recogidos de miles de personas en EE.UU. como parte de un estudio diferente, en el que se hizo un seguimiento de los participantes durante años. El reloj resultante, llamado DNAm PhenoAge, estima mejor la edad biológica que los relojes basados únicamente en la edad cronológica. 

Un aumento de un año en lo que sus creadores denominan edad "fenotípica", según el reloj, se asocia a un aumento del 9% de fallecimientos por cualquier causa, así como a un mayor riesgo de morir de cáncer, diabetes o cardiopatías. Si tu edad biológica es superior a tu edad cronológica, es justo suponer que estás envejeciendo más rápido que la media.   

Pero puede que no sea así, dice Daniel Belsky, de la Escuela de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia, en Nueva York. Dice que hay muchas razones por las que la edad biológica puede superar los años de una persona. Belsky y sus colegas han desarrollado una herramienta para medir con mayor precisión el ritmo del envejecimiento biológico, basándose en un trabajo que siguió los resultados de salud de 954 voluntarios a cuatro edades comprendidas entre los 20 y los 40 años.

Los investigadores analizaron biomarcadores que se cree que indican el funcionamiento de diversos órganos, así como otros relacionados con la salud general. Luego desarrollaron un "velocímetro" epigenético para predecir cómo cambiarían estos valores con el tiempo. 

¿Son fiables los relojes de envejecimiento? 

Sin embargo, muchos de los relojes de envejecimiento son propensos a errores aleatorios que distorsionan sus resultados. El problema es que en cada zona del cuerpo donde los grupos metilo se unen al ADN se producen cambios muy leves a lo largo del tiempo. Estos cambios sutiles pueden verse magnificados por errores en las estimaciones de metilación. Acaba siendo un problema enorme y los resultados pueden acabar siendo erróneos durante décadas. 

Varios investigadores trabajan para eliminar este ruido. También intentan comprender qué nos dicen realmente los relojes que envejecen. ¿Qué significa realmente tener una edad biológica más baja? ¿Y cómo se puede aplicar este conocimiento? Aunque los relojes de envejecimiento pueden ser un buen indicador de la salud general, en la mayoría de los casos no son aún lo bastante precisos como para confiar en ellos. "Creo que todavía no han desarrollado todo su potencial", concluye uno de los colaboradores de Horvath.