¿Es factible que Elon Musk llegue a Marte en dos años?

Musk quiere acelerar exponencialmente los plazos y mandar hacia el planeta rojo naves no tripuladas en 2 años.

Oscar Ruiz -Escudo Digital.

Experto en migraciones y analista internacional.

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Recreación de rover marciano atravesando la superficie rocosa del Planeta rojo.
Recreación de rover marciano atravesando la superficie rocosa del Planeta rojo.

Los viajes tripulados comerciales a Marte cada vez están más cerca, pero Elon Musk los quiere acelerar exponencialmente y mandar hacia el planeta rojo naves no tripuladas en 2 años, pero ¿hemos pensado qué consecuencias tendrían estos viajes?

Elon Musk dice que SpaceX va a lanzar alrededor de cinco Starships no tripulados a Marte en dos años. Además afirma que si aterrizan de manera segura, las misiones tripuladas a Marte serían posibles en cuatro años. Pero que todo este (optimista) timing se podría ir al traste si su proyecto encontrara trabas burocráticas, que, según él, ya enfrenta.

Y es que a pesar del escepticismo general de que se pueda viajar a Marte tan a corto plazo, Musk afirmo en su plataforma X, antigua Twitter, que solo es posible viajar al planeta rojo cada dos años, cuando los planetas están alineados y que por esa razón SpaceX iba a multiplicar de forma exponencial el número de naves espaciales que van a viajar al planeta rojo en cada oportunidad de tránsito. El controvertido magnate está seguro de que en el futuro habrá un flujo constante de Starships viajando a Marte y que el planeta rojo podría ser un refugio para los humanos frente a las amenazas de nuestro planeta.

Según Elon Musk, el programa Starship está siendo sofocado por una montaña de burocracia gubernamental que crece cada año, y entre los principales retos regulatorios se encuentran las restricciones ambientales y de seguridad impuestas por la Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos y otras agencias gubernamentales. La FAA ha exigido a SpaceX más de 75 medidas para mitigar el impacto ambiental de sus lanzamientos desde Boca Chica, Texas, donde la empresa lleva a cabo la mayoría de sus pruebas con el sistema Starship/Super Heavy. Estas medidas incluyen la protección de especies en peligro de extinción, el control de la contaminación acústica y la gestión de residuos generados por las pruebas, lo cual retrasa constantemente los permisos necesarios para el programa.

Otro obstáculo importante es la complejidad de los requisitos de seguridad. La FAA no solo evalúa el impacto ambiental, sino también los riesgos asociados a la seguridad pública y la viabilidad de las operaciones de lanzamiento a gran escala. SpaceX debe cumplir con los estándares de seguridad establecidos para minimizar riesgos a personas e infraestructuras locales. Estos estándares incluyen la implementación de medidas de contención para desechos y la adecuación de las estructuras de lanzamiento, lo que ha generado retrasos en las licencias para futuros vuelos de prueba del Starship.

La NASA y los viajes a Marte. Punto de situación

Actualmente, la planificación de las misiones tripuladas a Marte ha avanzado considerablemente, con la NASA liderando los esfuerzos para lograr este objetivo hacia la década de 2030. El desarrollo de tecnologías clave, como el sistema de soporte vital regenerativo y la producción de oxígeno a partir de la atmósfera marciana, son pasos fundamentales que están siendo probados en misiones robóticas y en la Estación Espacial Internacional. Estos sistemas permitirán a los astronautas obtener agua, aire y combustible de forma autónoma, sin depender de envíos de suministros desde la Tierra. Las lecciones aprendidas en estas investigaciones se implementarán progresivamente en misiones lunares como parte del programa Artemis, que tiene el objetivo de establecer un entorno de pruebas para futuras misiones de mayor envergadura hacia Marte.​

Pero para alcanzar este objetivo hay enfrentarse a un entorno extremadamente hostil. Las condiciones climáticas y atmosféricas de Marte presentan grandes retos para la seguridad de las misiones. Las temperaturas pueden oscilar desde  -140°C hasta los 30°C, y el planeta sufre tormentas de polvo que pueden durar meses, afectando la generación de energía solar y complicando las operaciones de exploración. Por este motivo, se están investigando opciones como el uso de reactores de fisión nuclear para garantizar una fuente de energía estable.

La radiación cósmica es otro factor de riesgo considerable, ya que la atmósfera marciana no proporciona la protección que ofrece la atmósfera terrestre, lo que incrementa la posibilidad de enfermedades a largo plazo para los astronautas

El factor humano también es un desafío crítico. Los efectos de la baja gravedad en Marte (un tercio de la gravedad terrestre) pueden provocar pérdida de masa ósea y muscular, lo que se suma a los problemas psicológicos derivados del aislamiento y la distancia. Estos aspectos requieren desarrollar nuevos enfoques para mantener la salud física y mental de los astronautas durante estancias prolongadas. Actualmente, la NASA está probando contramedidas a bordo de la Estación Espacial Internacional y en simulaciones terrestres para reducir estos efectos y preparar a las tripulaciones para misiones de larga duración.

A nivel de infraestructura, la agencia espacial está construyendo una arquitectura escalable que contempla la utilización de estaciones en la órbita lunar como punto de partida para viajes hacia Marte. La fase actual se enfoca en misiones de corta duración en el espacio profundo, que permitirán validar tecnologías como los hábitats presurizados y los sistemas de soporte de vida que se utilizarán posteriormente en misiones más lejanas. Estas iniciativas reflejan la estrategia de la NASA de reducir riesgos operacionales y técnicos antes de comprometerse con un envío directo de humanos a Marte.

Parece obvio que el éxito de una misión tripulada no depende únicamente de avances tecnológicos y científicos, sino también de factores políticos y de financiación. La colaboración internacional y el apoyo del sector privado son fundamentales para llevar a cabo un proyecto que requiere grandes recursos. Además, las regulaciones y el entorno burocrático podrían retrasar el calendario previsto. Como hemos visto antes, empresas como SpaceX están trabajando en paralelo para desarrollar sistemas de transporte innovadores como el Starship, que complementen los esfuerzos de la NASA, aunque enfrentan restricciones regulatorias y desafíos técnicos propios que podrían influir en los tiempos de lanzamiento y operación​.