La delicada danza entre la IA y el toque humano en la redacción de correos electrónicos

La creciente dependencia de la IA plantea serias preocupaciones sobre la autenticidad, la personalización y la integridad de nuestras comunicaciones.

Pedro Fernaud

Periodista

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La IA debe usarse con criterio en la confección de correos electrónicos.
La IA debe usarse con criterio en la confección de correos electrónicos.

El reto para aprovechar con criterio la tecnología de la inteligencia artificial (IA)  consiste en hallar un equilibrio entre la eficiencia que aporta su uso y la autenticidad que generan los detalles personales.

En la era digital, la IA se ha convertido en una herramienta omnipresente que genera eficiencia y productividad en diversas tareas cotidianas, entre las que se encuentra la redacción de correos electrónicos. Sin embargo, la creciente dependencia de la IA para esta tarea plantea serias preocupaciones sobre la autenticidad, la personalización y la integridad de nuestras comunicaciones.

A medida que la inteligencia artificial avanza, resulta crucial reflexionar sobre los riesgos y limitaciones de delegar la redacción de correos a algoritmos. Este artículo explora por qué es fundamental mantener un enfoque centrado en el ser humano, al tiempo que se destaca la importancia de la creatividad, la empatía y el cuidado de los detalles en la comunicación electrónica.

Por qué no debemos dejar que la IA escriba nuestros correos

La creciente integración de la IA en diversas áreas de nuestra vida diaria ha llevado a muchos a considerar su uso para tareas cotidianas, como la elaboración de correos electrónicos. Sin embargo, delegar esta tarea a la IA puede tener consecuencias negativas que es importante considerar.

En primer lugar, uno de los principales riesgos de permitir que la IA escriba nuestros correos electrónicos es la falta de personalización y autenticidad. Los correos electrónicos, especialmente en contextos profesionales o personales importantes, requieren un toque humano que refleje nuestra personalidad, emociones y contexto específico. La IA, aunque avanzada, aún no puede captar e incorporar completamente estas sutilezas, lo que puede acabar desembocando en mensajes que suenen genéricos o impersonales. Según un artículo de Infobae, las “alucinaciones” de IA (esta clase de herramientas generativas genera datos o información falsa) son relativamente comunes y pueden ser profesionalmente dañinas si se transmite información incorrecta. En ese sentido, la verificación rigurosa de los datos es importante cuando se utiliza IA para escribir correspondencia digital.

Además, la IA puede generar textos demasiado extensos y repetitivos, lo que no solo hace que los correos sean menos efectivos, sino que también puede confundir o aburrir al destinatario. Un estudio mencionado en un artículo de What's New sugiere que, si no tienes tiempo para revisar y editar los textos que te confecciona la IA para las misivas online, es mejor escribir el correo tú mismo. Esta prevención se debe a que los modelos de IA pueden producir contenido que no siempre es claro o relevante, lo que puede llevar a malentendidos o a una comunicación ineficaz. Si un correo es importante o requiere una respuesta significativa, escribirlo tú mismo puede ser la mejor opción.

Otro aspecto que debe considerse es la posible pérdida de habilidades de comunicación que comporta el uso indiscriminado de instrumentos de IA. En esa dirección, confiar demasiado en la IA para redactar correos puede llevar a una disminución de nuestras propias capacidades de escritura. La práctica permanente es esencial para mejorar estas habilidades y delegar esta tarea a la IA puede derivar en una dependencia que, a largo plazo, sería perjudicial. En ese sentido, Kathleen Day, profesora de comunicación empresarial, finanzas y gobernanza corporativa en Johns Hopkins Carey Business School, argumenta a Fast Company que los textos creados por IA nunca deberían usarse sin una revisión humana y que siempre deberían etiquetarse claramente cuando estén completamente generados por esta herramienta.

Privacidad, seguridad e impacto ético en el uso de la IA

La privacidad y la seguridad también son preocupaciones relevantes. El caso es que los correos electrónicos contienen a menudo información sensible o confidencial, y el uso de IA para redactarlos puede exponer esta información a brechas de seguridad. Y es que las plataformas de IA pueden almacenar y procesar datos de manera que no siempre es transparente para el usuario, lo que plantea cuestiones sobre la protección de la privacidad. Además, la posibilidad de que la IA genere información incorrecta o engañosa puede tener consecuencias graves en contextos profesionales o legales.

Hay que considerar también el impacto ético y profesional del uso de IA en la confección de correos electrónicos. No en vano, la autenticidad y la integridad son valores fundamentales en la comunicación, y el uso de IA puede comprometer estos principios. Tanto es así que, si existe el riesgo de sonar impersonal, irrelevante o poco claro, entonces es mejor optar por la escritura humana. En ese arte de emplear las herramientas de IA con criterio juega un papel fundamental el hecho de saber diferenciar cuándo usar la IA y cuándo confiar en la escritura humana puede marcar una gran diferencia en la comunicación profesional.

Pongamos algunos ejemplos para desbrozar ese campo de posibilidades. Si necesitas redactar correos logísticos o de confirmación, la IA puede ser una excelente aliada. Estos mensajes suelen ser breves y no requieren creatividad o juicio crítico. Sin embargo, aunque la IA puede ofrecer adecuación a diferentes contextos y eficiencia, resulta esencial evaluar cuidadosamente sus riesgos y limitaciones antes de confiar en ella para tareas tan importantes como la redacción de correos electrónicos.

¿Deberías utilizar IA para escribir correos electrónicos?

Emplear IA para escribir correos electrónicos puede ofrecer eficiencia y rendimiento maximizado, especialmente para tareas rutinarias o mensajes breves. Sin embargo, se debe ser consciente de los riesgos asociados. La IA puede generar textos que suenen impersonales o que no capten el tono y el contexto adecuados, lo que puede afectar negativamente la autenticidad y la calidad de la comunicación. Aunque puede ser una herramienta útil, es recomendable utilizarla con precaución y revisar siempre los mensajes generados para asegurarse de que reflejen adecuadamente tus intenciones y personalidad.

¿Cómo hacer un correo electrónico sin IA?

Para asegurarte de que un correo electrónico no sea generado por IA y refleje tu autenticidad, es fundamental incorporar elementos que solo un ser humano puede aportar: creatividad, compasión, cercanía y humor. Comienza por personalizar el mensaje de manera que se refiera a la relación que tienes con el destinatario. Por ejemplo, si estás escribiendo a un colega con quien compartes intereses comunes, menciona un evento reciente o una broma interna que solo vosotros entenderéis. Este gesto no solo hace que el correo sea único, sino que también fortalece el vínculo personal.

En el ámbito profesional, imagina que estás redactando un correo para felicitar a un miembro de tu equipo por un logro reciente. En lugar de usar frases genéricas, comparte una anécdota específica sobre cómo su esfuerzo impactó positivamente en un proyecto. Por ejemplo, “recuerdo cuando presentaste esa idea innovadora en la reunión del mes pasado; tu pasión y dedicación realmente marcaron la diferencia”. Este enfoque muestra que valoras su contribución y que has estado atento a su trabajo.

En el ámbito personal, al escribir a un amigo cercano, no dudes en incluir detalles que demuestren tu empatía y comprensión. Si sabes que tu amigo está pasando por un momento difícil, expresa tu apoyo con palabras sinceras y ofrece ayuda concreta. Por ejemplo, “sé que has estado lidiando con mucho últimamente. Si quieres hablar o si hay algo en lo que pueda ayudarte, cuenta conmigo para lo que necesites”. Estos pequeños gestos de humanidad hacen que el correo sea genuino y significativo, algo que la IA no puede replicar.

El valor de condimentar un correo con la personalización

Este reportaje se ha inspirado en un enriquecedor artículo de la revista Time, elaborado Andrew Brodsky, autor de Ping: The Secrets of Successful Virtual Communication (Ping: los secretos del éxito de la comunicación), además de profesor de gestión en la McCombs School of Business de la Universidad de Texas en Austin. Brodsky aborda los riesgos y desafíos de permitir que la IA escriba nuestros correos electrónicos. Brodsky, que ha acumulado durante su trayectoria profesional una amplia experiencia en el estudio de la comunicación virtual, argumenta que aunque puede ofrecer mayores cotas de optimización laboral e incluso personal, su uso puede comprometer la autenticidad y la calidad de nuestras interacciones digitales.

Este profesor universitario ha identificado la creciente dependencia que padecemos en el momento actual para manejar la sobrecarga de mensajes que, con más frecuencia de la que nos gustaría, asedian nuestras bandejas de entrada. Brodsky menciona que, aunque la IA puede generar respuestas productivas, estas a menudo carecen de la personalización y el toque humano necesarios para construir relaciones auténticas.

En esa línea, este docente norteamericano cita investigaciones que apuntan a que “la comunicación virtual que se percibe como de mayor esfuerzo es calificada por los destinatarios como significativamente más auténtica”. Por ejemplo, el investigador Arthur Jago, de la Universidad de Stanford, ha constatado que las personas califican canciones, recetas y pinturas como más auténticas cuando han sido confeccionadas por seres humanos en comparación con las generadas por IA. Esta preferencia se debe a que los productos hechos a mano se perciben como más sinceros e interesantes y menos preprogramados. Hablamos de una dinámica que puede afectar a aspectos vitales como la satisfacción del cliente, los resultados de las negociaciones y la confianza de los empleados en sus líderes.

El autor también advierte sobre los indicios que pueden delatar el uso de tecnología generativa en la redacción de correos. Estas pistas incluyen el uso de un lenguaje que no es característico del remitente, así como la inclusión de información incorrecta y errores que demuestran una falta de comprensión del contexto. Brodsky ilustra cómo un simple correo generado por IA puede dañar relaciones profesionales, especialmente si no se alinea con el tono o el contenido esperado. Por ejemplo, un correo a un colega cercano que incluya una frase generada del tipo “espero que este correo te encuentre bien” puede ser percibido como insensible si el destinatario acaba de compartir una situación personal difícil.

Este experto en la comunicación virtual también aborda el fenómeno de la "descarga cognitiva" o "sesgo de automatización", por el que las personas tienden a confiar demasiado en la tecnología, lo que puede llevar a errores y una disminución en la pericia para la comunicación. Diversos estudios han constatado que esta dependencia puede derivar en una menor capacidad para recordar información y manejar conversaciones futuras de manera efectiva.

Además, el autor subraya que la comodidad de dejar que la IA maneje tareas complejas puede llevar a una menor eficiencia en situaciones donde la intervención humana es importante. Como botón de muestra, redactar un correo importante para un cliente puede convertirse en una tarea prolongada si se depende demasiado de la IA para generar múltiples borradores que luego requieran una revisión extensa.

Autenticidad y conexión humana

Brodsky recomienda ser transparente sobre el uso de la IA en la comunicación y proporcionar una razón sobre su uso que beneficie al destinatario. Sin embargo, enfatiza que, para comunicaciones importantes, es ideal escribir los mensajes uno mismo para mantener la autenticidad y la conexión humana. A medida que las herramientas de IA continúan evolucionando, el valor irremplazable de la interacción humana genuina se vuelve crucial. Como dice este profesor universitario, “en un mundo cada vez más dominado por la IA, a veces el acto más significativo puede ser tan sencillo como un mensaje bien pensado y escrito por una persona”.

En síntesis: ser crítico y proporcionado en el uso de la IA para la redacción de correos electrónicos es esencial para preservar la autenticidad y la calidad de nuestras comunicaciones. Aunque la IA ofrece productividad y eficiencia, no puede reemplazar la humanidad, el ingenio, la empatía y el sentido del humor que un ser humano centrado y responsable aporta. La autenticidad en la comunicación es crucial para construir relaciones significativas y mantener la integridad en nuestras interacciones. La IA puede ser una herramienta útil para tareas rutinarias o para generar borradores iniciales, pero siempre debe haber una revisión humana para asegurar que el mensaje refleje adecuadamente nuestras intenciones y personalidad.

Además, el uso excesivo de la IA puede llevar a una dependencia que, a largo plazo, puede afectar nuestras destrezas de comunicación. La práctica constante es esencial para mejorar estas habilidades, y delegar esta tarea a la IA puede desembocar en una pérdida de competencias importantes. Por lo tanto, es fundamental encontrar un equilibrio y utilizar la IA de manera complementaria, sin sacrificar la calidad y la autenticidad de nuestra comunicación. En un mundo cada vez más digitalizado, mantener la humanidad en nuestras interacciones es más importante que nunca y puede marcar la diferencia a la hora de construir vínculos consistentes y duraderos.