Las posibilidades de la Inteligencia Artificial (IA) para allanar los interrogatorios policiales o judiciales y el examen de pruebas abren el campo de la represión del crimen y la solución de casos. Por ejemplo, para inspeccionar los datos de registros de llamadas o los videos de vigilancia… El análisis de imágenes o dispositivos móviles permite rastrear pistas como la identificación de personas, vehículos o comportamientos sospechosos, pero todo con sus correspondientes límites: no concederle la infalibilidad, complementar su utilización con el juicio humano y no obviar la ética y la privacidad.
PLN y detección de mentiras
Otra de las innovaciones tiene que ver con el reconocimiento de voz. El procesamiento del lenguaje natural (PLN) incluye un conjunto de tecnologías, algoritmos y procedimientos que se engloban dentro de la IA diseñados específicamente para comprender, interpretar y generar texto y voz de manera similar a como lo hacen los humanos.
Pablo Haya, director de Business and Language Analytics en el Instituto de Ingeniería del Conocimiento (IIC), explica a Escudo Digital la evolución del PLN. El IIC es un centro I+D+i pionero en IA y experto desde hace más de 30 años en tecnologías Big Data, ubicado en Madrid. Según Haya, “las primeras aplicaciones del PLN surgieron hace más de cincuenta años dentro del campo de la traducción automática entre idiomas”. “Actualmente, y gracias a la aparición de grandes modelos lingüísticos (LLM, del inglés Large Language Model) son capaces de realizar tareas lingüísticas como mantener una conversación, resumir un documento, generar un relato o localizar información a un nivel de resultados similar al humano”, añade.
El reconocimiento de voz y lenguaje natural, la identificación de temas y palabras clave y el análisis de la estructura de la conversación permiten la detección de mentiras (gracias a algoritmos de localización automática se pueden evaluar la veracidad de los declaraciones en busca de inconsistencias en las respuestas o indicadores de evasión) y las emociones del emisor con la identificación de momentos de estrés, nerviosismo o engaño.
“Hay una rama del PLN específica para el análisis de sentimiento, opinión y emociones —señala Haya—. Este análisis se basa en un análisis lingüístico de las expresiones que se vierten en el texto. Se utiliza, por ejemplo, para identificar la opinión que tienen los clientes de una marca o los empleados de la organización en la que trabajan. El PLN se puede emplear, también, para comprobar si las aseveraciones vertidas en una conversación tienen correlato con la realidad”.
Seguridad y Defensa
La aplicación de la IA en interrogatorios policiales y juicios está siendo desarrollada por diversas empresas y entidades, como la plataforma que diseñó el IIC en 2017 para el despacho Garrigues: “Transcribe e indexa toda la información que conforma el sumario incluyendo los audios de sala, si los hubiera. Esta plataforma permite al abogado reducir sensiblemente los tiempos para localizar información o para encontrar relaciones entre los implicados en el sumario”.
El PLN tiene más aplicaciones en seguridad y defensa, relata Pablo Haya: “La clasificación automática de información sensible (como documentos relacionados con negociaciones internacionales, asuntos militares o datos personales de ciudadanos); la asignación automática de nivel de seguridad (como el etiquetado inteligente de documentos para guiar decisiones sobre información clasificada); la anonimización de documentos (como eliminar automáticamente datos personales de un texto mediante la detección automática de entidades nombradas); el reconocimiento inteligente de entidades (como detectar testigos, armas, lugares y detalles en informes policiales o artículos de noticias) o la gestión de riesgos en tiempo real (como el análisis de datos para amenazas o vulnerabilidades con un rastro digital)”.
La cara y los espejos
‘Imago animi vultus, indices oculi’ (El rostro es el espejo del alma, y los ojos, sus delatores), decía el escritor romano Marco Tulio Cicerón (106 a. C.—43 a. C.). Y para desentrañar la verdad y la mentira que puede esconder una cara la IA se perfila como una potente herramienta. Daniel Arribas, Head of Research en una multinacional de tecnología, comenta que “el Departamento de Psicología de la Academia de Ciencias en China está realizando estudios sobre las microexpresiones faciales”. “La información está a disposición del público”, apunta.
“Se está trabajando en mapear nuestro pensamiento —aclara el experto—, la forma de pensar ante determinadas circunstancias que pueden cambiar la expresión de la cara. Un estudio del MIT revela que hay capacidad para detectar microcambios que no son captados con el ojo. Por ejemplo, el iris presenta movimientos específicos en ciertos contextos”.
El sector de la publicidad ya utiliza esta posibilidad hace años. En 2009, Rana el Kaliouby y Picard fundaron en Boston la compañía Affectiva, dedicada a la inteligencia emocional artificial y con el foco puesto en la investigación automotriz y publicitaria de la IA. Una vez obtenido el consentimiento del cliente, la cámara capta sus reacciones mientras observa un anuncio. Con un nivel de precisión del 90%, el lenguaje corporal y los patrones de habla revelan emociones y pensamientos. También Imotion Analytics usa este sistema desde 2018.
Estos métodos son bastantes más sofisticados que el detector de mentiras a la antigua usanza, revela Arribas: “Medir la tensión o analizar electrocardiogramas o la respiración son pocas variables y el examen incompleto. Lo que hace Affectiva es más potente”.
Modelo Transformer
El cambio radical, para Arribas, surge en 2017 con la irrupción del modelo Transformer, la red neuronal que aprende contexto y significado a través del seguimiento de relaciones en datos secuenciales. ‘La atención es todo lo que necesitas’. Esta frase resume la filosofía de los nuevos procesos. “Gracias al mecanismo de atención —indica Arribas—, el Transformer genera datos y respuestas de manera novedosa”.
Considera Arribas que las aplicaciones de los LLM, red neuronal con miles de millones de parámetros entrenados, en el mundo policial y jurídico son “infinitas”. Aunque no puede afirmar que en España se están utilizando estos métodos, se muestra convencido de que “el CNI puede estar aplicando la tecnología”. “Es viable, se podría estar haciendo, mezclando análisis de texto, inflexiones de voz y microexpresiones faciales. No con un acierto del 99%, pero sí del 80%”, sostiene.
Si unimos IA y ondas de radio también resulta factible examinar las emociones. La Universidad Queen Mary de Londres, en el Reino Unido, realizó en 2021 una investigación sobre una red neuronal con la propiedad de descifrar estímulos emocionales, con evidentes aplicaciones en determinados escenarios bélicos o policiales. El equipo usó una pequeña antena transmisora para que rebotaron las ondas de radio en los voluntarios, a los que se les conectó un aparato para electrocardiogramas. Con las señales se creó una base de datos de los diferentes ritmos cardiacos, mientras se monitorizaban videos con emociones que causaban relajación, miedo, asco o alegría. La precisión del estado emocional se cifró en el 71%.