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Inteligencia Artificial para saber si un cerdo está bien de la cabeza

Una especie de traductor desarrollado con IA busca preservar la salud mental de los animales

Gonzalo Díaz Bonet.

Especialista en Tecnología y Sostenibilidad.

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Ilustración 3D de cerdo volador
Ilustración 3D de cerdo volador

Escuchar sonidos y analizar su significado para ser uno de los nuevos retos a los que se enfrenta la Inteligencia Artificial. Si hace unos días os hablábamos de un software que analiza los llantos de los bebés para “traducir” a sus padres su significado, un nuevo proyecto desarrolla ahora actividades similares en el campo de la ganadería.

Aunque el sujeto del estudio es muy diferente, el objetivo de este proyecto es muy similar: proporcionar a sus cuidadores información relevante para poder mejorar su atención y su escucha. Solo que en este caso se trata de cerdos.

Unos científicos de la Universidad de Copenhague están usando la Inteligencia Artificial para inferir cómo se sienten los cerdos por medio del análisis de sus gruñidos. Este traductor de cerdos de IA, que convierte los oinks, gruñidos y chillidos en emociones, podría usarse –sostienen- para monitorear automáticamente el bienestar de los animales y allanar el camino para un mejor tratamiento del ganado en las granjas y en otros lugares.

Para desarrollar este proyecto, Elodie Briefer, experta en comunicación animal que codirigió el trabajo en la Universidad de Copenhague, entrenó una red neuronal para saber si los cerdos estaban experimentando emociones positivas, como felicidad o emoción, o emociones negativas, como miedo y angustia, utilizando grabaciones de audio y datos de comportamiento de cerdos en diferentes situaciones desde el nacimiento hasta la muerte.

Los investigadores usaron la IA para analizar las firmas acústicas de 7414 llamadas de cerdos grabadas de más de 400 animales. Si bien la mayoría de las grabaciones procedían de granjas y otros entornos comerciales, otras procedían de recintos experimentales donde a los cerdos se les daban juguetes, comida y objetos desconocidos para olfatear y explorar.

Los científicos utilizaron el algoritmo para distinguir las llamadas vinculadas a emociones positivas de aquellas vinculadas a emociones negativas. Los diferentes ruidos representaban emociones de todo el espectro y reflejaban situaciones positivas, como acurrucarse con compañeros de camada, amamantar o correr a reunirse con la familia, y situaciones negativas que iban desde peleas de lechones a aplastamiento, castración o espera en el matadero.

Un chillido agudo es mala señal

Tras el análisis, los investigadores encontraron más chillidos agudos en situaciones negativas, mientras que los gruñidos breves se asociaban generalmente a una buena señal de satisfacción porcina.

El algoritmo clasificó correctamente el 92% de las llamadas como emociones positivas o negativas. Con más grabaciones, piensan los autores de la investigación, el traductor de cerdos puede aprender a distinguir un repertorio más amplio de emociones y arrojar luz sobre el bienestar mental de otros animales.

“Hemos entrenado el algoritmo para decodificar gruñidos de cerdo. Ahora necesitamos a alguien que quiera convertir el algoritmo en una aplicación que los granjeros puedan usar para mejorar el bienestar de sus animales”, ha señalado Elodie Briefer, quien expresó su preocupación por la salud mental de los animales en granjas y factorías.