En el año 2009, un equipo de forenses del Juzgado de Violencia sobre la Mujer de L’Hospitalet de Llobregat se puso en contacto con la consultora AIS para ver en qué sentido podía la Inteligencia Artificial mejorar la situación de las personas maltratadas por violencia de género.
Su interés, según relata la directora general de AIS Group, “era más académico que práctico”, pero la consultora lo abordó “como un proyecto real y exportable a cualquier otro equipo forense”. El objetivo principal era proporcionar información valiosa y herramientas que permitan generar los criterios para una mejor administración de los recursos destinados a la prevención y el cuidado de las víctimas de violencia de género.
Tras analizar una muestra de atestados, se realizó una propuesta de proceso de recogida de información de modo que se unificaran criterios. Y el equipo de forenses implicados lo implementó. “Gracias a ello, ahora disponemos de una gran cantidad de casos que nos han aportado datos muy valiosos con los que poder alimentar motores de inteligencia artificial, no sólo relativos a las posibles lesiones, sino incorporando información sociodemográfica relacionada”, asevera Nausica Trias, máxima responsable de la consultora.
La aplicación de herramientas de IA en la muestra obtenida permite identificar de manera más detallada grupos de riesgo y, consecuentemente, proponer indicadores forenses clave para asesorar en dichas situaciones. Además, posibilita reconocer las áreas donde deben ser aplicadas las medidas protectoras necesarias hacia los colectivos más vulnerables, optimizando así recursos, servicios y programas.
“Hay mucha subjetividad en qué información se recoge, cómo se plasma, el nivel de detalle, cómo se valora la gravedad de la agresión, etc. Afortunadamente la IA nos ofrece posibilidades como la lectura automática de los informes de los forenses para poder recopilar información para su análisis”, explica Trias.
La directora general de AIS confía en que “una clasificación más minuciosa y precisa de los índices reconocidos de los niveles de gravedad, desemboque en una mayor fluidez y sintonía en el diálogo entre jueces y forenses, facilitando la misión y decisiones de ambos”.
“Estamos muy satisfechos con la aportación que realizamos al grupo de trabajo de L’Hospitalet, pero nuestra voluntad es que esta labor sirva para poder optimizar las estrategias de actuación y los recursos para combatir este problema a mayor escala”, dice Nausica Trias. “Y es que el trabajo ejecutado -añade- nos ha mostrado que todavía hay mucho camino por recorrer, mucho margen de mejora y debemos ser capaces como sociedad de tomar todo lo que nos pueda resultar útil, como, en nuestro caso, la tecnología”.