El ministro de Asuntos Digitales de Japón, Taro Kono, ha decidido tomar medias tanteo contra los floppys (disquetes), así como otras tecnologías obsoletas que aún se usan en la administración del país. Aunque parezca mentira así es. Cuesta trabajo creer que cuando ya hemos entrado en la tercera década del milenio, 1.900 procedimientos gubernamentales aún necesitan de este tipo de almacenamientos.
De la noticia se ha hecho eco la BBC, que señala que Japón es uno de los países que más se aferra a las tecnologías obsoletas. Aunque también puede ocurrir que la escasez de funcionarios para volcar la información a otros sistemas de almacenamiento más modernos haya originado esta situación, al igual que muchas personas en su casa los siguen conservando por falta de tiempo.
Los disquetes, también denominados "floppy disks" en inglés, se crearon a finales de la década de 1960 y a finales de los noventa comenzaron a dejar de usarse para ceder el paso a otras soluciones de almacenamiento mucho más eficientes y modernas. Después dejaron de utilizarse en favor de soluciones de almacenamiento más eficientes.
Para hacernos una idea de lo obsoletos que han quedado solo hay que recordar que se precisarían más de 20.000 disquetes para conseguir el almacenamiento de una tarjeta de memoria de nuestros días con una capacidad de almacenamiento de 32 GB.
El disquete o disco flexible está formado por una fina lámina circular de material magnetizable y flexible (de ahí su denominación), encerrada en una cubierta de plástico que se utilizaba en ordenador para disco de arranque, para trasladar datos e información de un ordenador a otro, o simplemente para almacenar y resguardar archivos. La disquetera, unidad de disquete o unidad de disco flexible (FDD, del inglés Floppy Disk Drive) es el dispositivo o unidad de almacenamiento que lee y escribe los disquetes, es decir, es la unidad lectora/grabadora de disquetes.
El ministro aún tiene máquina de fax
Para colmo, este tipo de soporte de almacenamiento es vulnerable a la suciedad y los campos magnéticos externos, por lo que deja de funcionar con el tiempo o por el desgaste.
Y, es más. Se necesitarían más de 20.000 disquetes para replicar el almacenamiento de información de una tarjeta de memoria actual de 32 GB. ¿Por qué a los japoneses les gusta seguir usándolos? Les gustan las tradiciones, y no debemos olvidar que el icono de guardar está representado por un icono de un disquete.
El ministro manifestó también: " "Estoy intentando deshacerme de la máquina de fax, y todavía no lo he hecho". No solo el amor por lo vintage de los japoneses explicaría esta tendencia. Los altos cargos no suelen estar muy implicados con la tecnología, lo cual se refleja en la inadecuada adaptación tecnológica en los procesos burocráticos de un país tan moderno. El ministro de Seguridad Cibernética del país admitió en 2018 que nunca había usado un ordenador y alegó que siempre delegaba en su personal todas las tareas relacionadas con las tecnologías de la información. Hay quien prefirió no creerle y pensar que lo decía por motivos de ciberseguridad, para evitar que lo hackearan.
Hay que recordar que los buscas han estado funcionando hasta casi antes de ayer. El último proveedor de este servicio no cerró hasta 2019.