La tecnología del ‘hombre volador’ o jetpack ha estado siempre en la imaginación tanto del público como de las fuerzas armadas en todo el mundo. Estos dispositivos, que permiten a una persona volar de manera autónoma, están siendo explorados por diversos países con el objetivo de mejorar la movilidad y la eficacia en operaciones militares.
El ejército francés presentó en unas recientes maniobras militares un nuevo proyecto (basado en el británico Jetpack) de la tecnología del ‘hombre volador’, como parte de la búsqueda de soluciones de movilidad en combate, por parte de los ejércitos. Este proyecto galo no es más que la evolución del Flyboard Air (o tabla voladora), que invento Franky Zapata, que equipado con 6 motores podía alcanzar una altitud de 10.000 pies, gracias a avanzados algoritmos.
En 2021, la ministra francesa de Defensa anunció que las fuerzas especiales experimentarían con una plataforma voladora derivada de este sistema. El Comando de Operaciones Especiales (COS) consideró este dispositivo una oportunidad para misiones de infiltración y exfiltración. Sin embargo, el entusiasmo por el proyecto disminuyó tras un accidente durante una demostración en 2022.

De manera simultánea a los franceses, en 2019 los Royal Marines británicos impulsaban un jetpack desarrollado por la empresa Gravity Industries, pero orientado en este caso a operaciones de abordaje marítimo. El jetpack se basa en un exoesqueleto equipado con cinco microturbinas de gas: dos montadas en cada brazo y una en la espalda, que generan un empuje total de 144 kilos y una potencia combinada que supera los 1.000 caballos de fuerza. Esta configuración permite velocidades de vuelo superiores a 80 km/h y una altitud máxima de 3.000 metros, aunque las operaciones suelen realizarse a altitudes más bajas por seguridad y eficiencia.
Pero a pesar de lo espectacular de esta tecnología, la integración del jetpack en las fuerzas armadas plantea importantes dudas sobre su ergonomía y operatividad en combate. Con un peso aproximado de 27 kilos sin combustible, este dispositivo puede limitar la movilidad de los soldados y dificultar el manejo del armamento convencional.
Viables para fuerzas especiales
La autonomía de vuelo, que oscila entre tres y cuatro minutos dependiendo de las condiciones y la carga, exige una planificación meticulosa para evitar que los operadores queden expuestos en zonas hostiles sin energía. Si bien estas herramientas podrían ser viables para fuerzas especiales, su implementación a gran escala representa un desafío demasiado grande.
La incorporación del Jetpack a la infantería francesa ofrecería una ventaja importante al incrementar la movilidad y flexibilidad en el campo de batalla. Esta tecnología permitiría el despliegue rápido en terrenos complicados como montañas o áreas urbanas, superando obstáculos naturales y artificiales con facilidad.
En misiones de alto riesgo, facilitaría infiltraciones y evacuaciones rápidas, minimizando la exposición al fuego enemigo. Aunque los problemas de autonomía y compatibilidad con el armamento aún requieren solución, el Jetpack promete mejorar la velocidad, la agilidad y las opciones tácticas, convirtiéndose en un recurso estratégico en el contexto de la guerra moderna.
Por su parte, en Estados Unidos, la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (DARPA) ha financiado proyectos para desarrollar sistemas de movilidad aérea personal portátil. En 2021, DARPA anunció contratos para construir prototipos de Jetpack destinados a mejorar la movilidad de las tropas en el campo de batalla.
¿Tiene futuro el Jetpack en el ámbito militar?
En principio la integración del Jetpack en operaciones militares ofrece varias ventajas tácticas importantes:
Movilidad mejorada. Porque permite a los soldados desplazarse rápidamente a través de terrenos difíciles.
Infiltración y exfiltración rápida. Facilita la entrada y salida de zonas hostiles de manera más eficiente, reduciendo la exposición al peligro. Ideal para operaciones urbanas, donde los Jetpacks pueden proporcionar acceso a posiciones elevadas y edificios de difícil acceso.
Problemas
Pero si las ventajas de estos equipos parecen prometer éxitos militares importantes, los problemas que presentan su utilización son también desalentadores:
Autonomía muy limitada. La duración del vuelo suele ser corta (muy pocos minutos), lo que restringe el alcance de las operaciones y podría dejar abandonado al operador sin energía en territorio hostil.
Carga y ergonomía excesiva y complicada. El peso del equipo limita la movilidad y la capacidad de llevar armamento adicional.
Seguridad y entrenamiento. Requieren un entrenamiento especializado y presentan riesgos inherentes asociados al vuelo personal.
Conclusiones
Es probable que, en el corto plazo, su uso se limite a operaciones especiales y situaciones muy específicas donde sus ventajas superen las desventajas (todavía demasiadas). A medida que la tecnología avance, especialmente en términos de autonomía y seguridad, podríamos ver una integración más amplia en diversas misiones militares.
Los jetpacks representan una innovación prometedora en el ámbito militar porque ofrecen nuevas capacidades y tácticas. Pero para una implementación efectiva va a necesitar de avances tecnológicos adicionales, porque ahora mismo, este modelo parece poco realista para ser usado con garantías en el campo de batalla.