Abejas robots que se infiltran en la corte de la reina: el último proyecto para salvar insectos

También se investiga con abejas robóticas bailarinas o colmenas artificiales. La tecnología al rescate de la especie.

Gonzalo Díaz Bonet.

Especialista en Tecnología y Sostenibilidad.

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abejas robot
abejas robot

Igual no nos hemos dado cuenta y hasta pensamos lo contrario, porque cuando aparecen en verano pueden llegar a ser bastante molestas, pero la población de abejas se está reduciendo enormemente a nivel mundial. Y la de todos los insectos.

Un estudio publicado por Nature concluye que las tierras de cultivo sometidas a estrés climático por término medio sólo tienen la mitad de ejemplares de insectos y un 25% menos de especies que las zonas de hábitat natural.

Y aunque el panorama es peor en los países tropicales, en Europa y Norteamérica no es un problema banal. Se han identificado pérdidas generalizadas de polinizadores en Gran Bretaña. El número de mariposas ha disminuido entre un 30 y un 50% (en toda Europa) y se ha registrado una reducción del 76% de la biomasa de insectos voladores en Alemania.

Motivados por ello, un grupo de investigadores liderado por el biólogo austriaco Thomas Schmickl han decidido diseñar robots para ayudar a la naturaleza, un concepto que él define como ‘"piratería del ecosistema".

Tal como recoge una publicación del MIT, se está centrando en las abejas. Estos polinizadores se enfrentan la pérdida de hábitat, la exposición a pesticidas y otros desafíos, y Schmickl cree que acudir en su ayuda podría ayudar a fortalecer ecosistemas completos. Algunas empresas ya ofrecen colmenas mejoradas que monitorizan las condiciones en el interior, o incluso cuidan a las abejas de forma robótica. Ahora Schmickl y sus colegas quieren dar un paso más y utilizar la tecnología para manipular el comportamiento de los insectos.

Colmenas con arcilla impresa en 3D

Este equipo de investigadores está construyendo prototipos de colmenas como parte de un proyecto financiado por la Unión Europea llamado Hiveopolis. Una de las colmenas del grupo se asemeja a un tronco de árbol estilizado, similar a un árbol hueco donde las abejas podrían anidar en la naturaleza. En un esfuerzo por utilizar materiales sostenibles, esa colmena está hecha de arcilla impresa en 3D y de hongos cultivados en posos de café reciclados.

Las colmenas prototipo están equipadas con sensores y cámaras, así como con dispositivos que pueden crear vibraciones dentro de la colmena y ajustar la temperatura o el flujo de aire. Estas herramientas podrían, en última instancia, dirigir los patrones de tráfico de estos insectos. Los experimentos de Schmickl han demostrado que la vibración ralentiza a las abejas, mientras que el aire en movimiento las alienta a alejarse.

Abejas bailarinas

Pero hay más proyectos. Tim Landgraf, profesor de inteligencia artificial y colectiva en la Freie Universität Berlin de Alemania, está trabajando en otro tipo de herramienta para estas colmenas: una abeja robótica bailarina.

Cuando las abejas melíferas reales regresan de buscar comida, realizan un característico baile que comunica la ubicación de la comida. Otras abejas se unen a los bailes de los recolectores, y cuando suficientes abejas están haciendo el mismo baile, volarán para encontrar la comida.

En una investigación anterior, Landgraf construyó un robot que podía realizar un baile tan convincente que otras abejas lo seguían y volaban en la dirección sugerida por el robot. Ahora se está preparando para probar una versión mejorada del robot oscilante y descubrir si puede guiar a las abejas a una fuente de alimento.

El robot no se parece mucho a una abeja para el ojo humano. Su cuerpo es simplemente un tubo pequeño y flexible con un “ala” que revolotea. Pero está conectado a un motor fuera de la colmena que puede conducirlo y moverlo por la pista de baile de la colmena.

En teoría, un robot de este tipo podría guiar a las abejas a un sitio de alimentación seguro si los humanos determinaran que otro sitio estaba contaminado con pesticidas y estaba afectando la salud de la colmena. O los humanos podrían alejarlas de un sitio que estaba reservado para las abejas silvestres.

Infliltrarse en la corte de la reina

Existe un tercer proyecto de la UE, llamado RoboRoyale, donde los investigadores quieren utilizar abejas robóticas para influir en la reina y mejorar así la aptitud de toda la colonia. La idea es que los robots se infiltren en el grupo de asistentes más cercanos de la reina.

De conseguirse, los robots impostores podrían inducir a la reina a poner más huevos al alimentarla con alimentos más ricos en proteínas. O podrían hacer que su puesta de huevos sea más eficiente guiándola a áreas del nido donde ya se han preparado celdas para bebés.

Todos estos proyectos están aún en fase de investigación, pero podrían servir en un futuro muy cercano para acabar con el síndrome de despoblamiento de las colmenas, un fenómeno preocupante que también afecta a nuestro país. España es el país comunitario más importante en cuanto a producción apícola, con un 17% del censo total de la UE y una producción aproximada de 30.000 toneladas anuales de miel.