El agujero de la capa de ozono retrocede y podría desaparecer dentro de 17 años

La eliminación progresiva de cerca del 99% de las sustancias prohibidas que agotan la capa de ozono ha logrado que la superficie y la profundidad del agujero hayan disminuido desde el año 2000.

Gonzalo Díaz Bonet.

Especialista en Tecnología y Sostenibilidad.

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Capa de ozono.
Capa de ozono.

El agujero de la capa de ozono, ése que se descubrió en 1980 y atemorizó al planeta entero, podría desaparecer en el año 2040 si se mantienen las políticas actuales de eliminación de las sustancias químicas nocivas que amenazan su funcionamiento. Así lo desvela un informe de la ONU, que constata que la superficie y la profundidad del agujero de ozono ha disminuido desde el año 2000. 

El estudio confirma que la eliminación progresiva de cerca del 99% de las sustancias prohibidas que agotan la capa de ozono ha logrado proteger la capa de ozono y ha contribuido a que se recupere de forma notable en la estratosfera superior y a que disminuya la exposición de las personas a la radiación ultravioleta (UV) nociva del sol.  

Si se mantienen las políticas actuales, se espera que la capa de ozono recupere los valores de 1980 (antes de la conformación del agujero de ozono) aproximadamente en 2066 en la Antártida, en 2045 en el Ártico y en 2040 en el resto del mundo. La recuperación de la capa de ozono podría ayudar a evitar hasta un 0,5 °C de calentamiento global. 

Lograr este hito, o encaminarse hacia él, no es cuestión de un día, sino el trabajo de muchos años. Hacia 1980, los científicos descubrieron que unas sustancias químicas artificiales llamadas clorofluorocarbonos (CFC) estaban destruyendo la capa de ozono de la Tierra, una delgada capa gaseosa que absorbe la mayor parte de la radiación ultravioleta del sol (la que provoca cáncer). 

La desaparición de los CFC

Los CFC se utilizaban entonces para gtodo para todo: eran los gases que hacían funcionar a los frigoríficos y los aparatos de aire acondicionado, y también se empleaban como propelente en los sprays a presión, como los de nata montada. Cómo relata este artículo de El Diario, la prohibición mundial del uso de CFC nos salvó de morir achicharrados por el sol. Pero, ¿qué sustituyó a los CFC? 

La industria comenzó a utilizar compuestos alternativos, como los hidroclorofluorocarburos (HCFC), y los hidrofluorocarburos (HFC). Estos gases afectan mucho menos a la capa de ozono, pero a cambio, producen un enorme efecto invernadero cuando se escapan a la atmósfera. 

De hecho, los HCFC siguen siendo perjudiciales para la capa de ozono y está es la razón por la que están siendo eliminados progresivamente en virtud del Protocolo de Montreal. Este acuerdo mundial, que vela por la protección de la capa de ozono, exigió en 2016 la reducción progresiva de los hidrofluorocarbonos. 

Según el Secretario General de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), Petteri Taalas, “las medidas adoptadas en relación con el ozono sientan un precedente para la acción climática”. “El éxito obtenido gracias a la eliminación progresiva de las sustancias químicas que destruyen la capa de ozono nos muestra lo que puede y debe hacerse ―con carácter de urgencia― para abandonar los combustibles fósiles, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y limitar, por lo tanto, el aumento de las temperaturas”, concluye.